Críticas de Luis II de Baviera (El rey loco) (1973) - FilmAffinity
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Luis II de Baviera (El rey loco)

Drama En 1864, antes de cumplir los veinte años, Ludwig de Wittelsbach (Luis II, "el rey loco") ocupó el trono de Baviera. El joven rey era generoso y romántico y soñaba con traer la felicidad a su pueblo. Fue un gran mecenas que amaba el arte, la paz y la armonía universal. Sin embargo, por confiar en sus consejeros, llevó a Baviera a una desastrosa guerra que la dejaría en manos de Bismarck. Hasta sus más fieles colaboradores conspiraban ... [+]
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Críticas 24
Críticas ordenadas por utilidad
7 de octubre de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A un maduro Visconti le atraía recrear ciertos ambientes y recrearse en ellos. Con harta frecuencia estos ambientes se asocian con la decadencia, lo que no pasa de ser una pobre exculpación de ese pecado para nuestra época. Quizá Visconti no refleja decadencia sino exuberancia. Pero es lo que le atrae Visconti y lo presenta muy bien. Baviera en los momentos del reinado de Luis II muestra ese mundo y Visconti se sumerge en él gustosamente.
Pero a Visconti no le basta el marco y precisa el personaje que se encuadre perfectamente en él. En este caso es Luis II de Baviera, una personalidad extraña cuyos perfiles distan de estar perfectamente definidos y siguen siendo discutidos pero que, en todo caso, poseen ese grado de indefinición que permite su perfecta inserción en el ambiente. Una ambigüedad a la que sirve perfectamente Helmut Berger.
En los biopics siempre se tiene la sensación de que más que la película se critica el correcto reflejo del personaje cuya historia se nos presenta. Pero lo cierto es que esto último es un condicionante básico de la película y si ésta se confiesa como biopic debe ser fiel a la realidad. Visconti es fiel a la en este caso a la imagen de Luis II de Baviera; transmite las contradicciones y las dudas que aun existen sobre su vida, comenzando por la que afecta a su muerte por suicidio o por asesinato. Sucede, sin embargo, que se trata de un personaje terriblemente difícil y complejo. Se abordan problemas como su amistad con Wagner, sus deficiencias como gobernante, su carácter caprichoso, sus problemas sexuales, o su peculiar pacifismo.
Se acusa a la película de ser larga y lenta, una doble y peculiar acusación. Pero la duración es fruto de la complejidad de la historia contada y, a la vez, fruto de la morosidad que debe existir en determinados momentos para permitir la comprensión del personaje. Habría que preguntarse si hubiera sido posible acortarla sin perderse el sentido de la historia contada.
La película derrocha preocupación estética. Y lo hace con éxito en la mayor parte de las ocasiones. Dejando a Visconti a un lado, los protagonistas llevan a cabo grandes interpretaciones. Helmut Berger refleja perfectamente las distintas etapas de Luis II, desde el joven coronado al monarca acosado, pasando por el gobernante desnortado. Romy Schneider ofrece la imagen de una Sissi poderosa e influyente. Trevor Howard nos ofrece un Wagner verosímil y natural. Todos los demás intérpretes cubren perfectamente sus papeles, lo que suele ser un signo de la habilidad del director.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
RARRA
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14 de octubre de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ludwig como casi la totalidad de los filmes de Visconti es una obra de arte. Ambientación, fotografía, música, actuaciones -Helmut Berger "es" Ludwig- son magníficas, pero he notado más allá de su discurrir pausado, varias escenas que se despegan, podrían haberse evitado para dotar al film de mayor ritmo. Por ejemplo, la visita de la emperatriz Sissi a los tres palacios levantados por Luis, tienen el aire de un documental de arte, para dejar pasmados a los turistas con el lujo desplegado en ellos. Las escenas en el lago subterráneo con la barca-cisne, -Ludwig además de ser el rey de Baviera fue el absoluto rey del kitsch-, son muy repetitivas. En cuatro horas parece que sabemos mucho de Ludwig, pero nunca podremos comprender su enigma -¿homosexualidad, narcisismo, huída de la realidad, paranoia?, guarda su secreto hasta el final; en eso veo la prueba de la maestría de Visconti, no saca conclusiones, queda siempre ese núcleo de misterio que encierra toda vida humana.
rubi
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22 de enero de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Luis II de Baviera, el rey loco (1972) es uno de los titánicos biopics que dirigió Luchino Visconti a lo largo de su filmografía. La película, tan majestuosa y potente como una obra de Richard Wagner,(al igual que las óperas del alemán, la película tiene una duración exarcerbada) se centra en la figura histórica del rey Luis II, aunque muestra una visión romantizada de su figura, alejándose de la histórica. La película recibió numerosos premios y galardones en su momento.

La figura de Luis II de Baviera ha suscitado siempre mucha controversia. Es en cierto sentido una figura "pop", incluso para aquellos que no lo conocen, porque su patronazgo y promoción arquitectónica llevó a la edificación de castillos tan fascinante (algunos dirían tan Kitsch) como los de Neuschwanstein que no solo lo ha visto cualquiera en miles de guías de viajes sobre Alemania, sino que incluso sirvió de inspiración para la creación del logo del castillo de Disney. Esta versión "pop" del rey Luis se complementa también con la de ser uno de los primeros promotores de la carrera musical de Richard Wagner.

Pero en realidad el rey, más allá de sus caprichos artísticos, fue una persona que en un primer momento si se interesó por los estados del gobierno, y que desde luego tenía una formación intelectual más elevada de la que presupone el mito. 

Seguramente, uno de los mejores retratos pictóricos que se han realizado en la historia de la pintura es el del papa Inocencio X por parte de Diego Velázquez. No porque sus cualidades técnicas sean impresionantes, que sin duda lo son, sino porque el pintor español fue capaz de llegar al alma del retratado, mostrándonos su carácter. Pues bien, lo que hace Visconti con su película es lo mismo que hizo Velázquez, solo que cambiando de medio.

El acercamiento es a la figura del rey, y de su progresiva decadencia de facultades, aunque la película no evidencia de manera clara una supuesta locura, tal y como pretendieron hacer ver en su momento los consejeros y ministros del monarca, que intentaron engatusar al reino de Baviera, y desde luego la sensación final es la de estar asistiendo a un retrato del alma del personaje. 

La película emplea numerosos planos que tienen una clara correlación con el arte de la pintura. Planos que son estáticos y que muestran claramente una desconexión en teoría con la lógica de la película, porque tienen una clara intencionalidad estética. A ello se le ha de sumar un intencionado uso de la iluminación, que es uno de los mejores recursos de la película.

Por un lado la película diferencía claramente de la iluminación de los interiores de las escenas que tienen lugar en los palacios del rey. Los interiores, que se grabaron su mayoría en Cinecitta, tienen un aspecto majestuoso, y realmente la recreación de una corte tan fastuosa como debía de ser la de Luis II queda bien retratada. Visconti seleccionó de manera intencionada que los elementos de iluminación así como los tiempos atmosféricos para que coincidieran exactamente con el estado de ánimo del rey, creando una correlación que le da un toque magistral a la película. 

La película que la precedía era Muerte en Venecia (1971) y sin duda comparten muchas similitudes. En ambas nos encontramos con personajes principales en cierto modo muy similares, con una capacidad de ensimismamiento que les abstrae del todo y les convierte en seres pasivos, que únicamente existen para su mundo interior. Visconti es un maestro en retratar también la paulatina degradación de este tipo de personajes.

Hay también ciertos elementos operísticos que se respiran en Luis II de Baviera (1) y que ya se presentaban en la mente del director italiano desde que trabajara en una función de Bellini, la Sonnambula. Sin duda hay una intención por parte del cineasta de ir mezclando elementos de diversos géneros, no solo por la influencia Wagneriana obvia, sino también por el aparente sentido teatral de las escenas que suceden en el interior de los palacios del rey. 

Conclusión

Luis II de Baviera, el Rey loco es una obra que mezcla elementos Wagnerianos con el cine de Visconti. Es imposible que a un cinéfilo le desagrade esta propuesta, si bien es cierto que al igual que sucede con numerosas óperas del maestro alemán, tanta exaltación puede dejarle a uno totalmente fuera de combate por la pesadez de tanto espectáculo. Por eso es bueno tener claro con que tipo de película nos vamos a encontrar antes de empezar a gozar del cine de Visconti. 

Crítica escrita para Cinemagavia.es
Kyrios
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6 de junio de 2011
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía fundadas esperanzas antes de ver esta película, ya que "el ocaso de los dioses" me había impresionado profundamente, pero lo cierto es que Ludwig me decepcionó. No por los actores(magníficos Helmuth Berger, Trewor Howard, Rommy Schneider, Helmuth Griem), ni por el vestuario y ambientación histórica (impecable), sino por otra cosa; la utilización por parte de Visconti de la figura del rey Bávaro, falseándola hasta el límite del sadismo y mal gusto, para poder hacer encajar en el guión su leiv motiv; mostrar a la aristocracia en una progresiva y denigrante decadencia.
Para empezar, Ludwig II no dilapidó las arcas fiscales para la construcción de los castillos que hoy son fuente inagotable de fama, recursos y turismo para Baviera_amén del enorme desarrollo que hasta hoy ello derivó en la construcción especializada de artesanos_, sino que los financió de su propio peculio.
Llama la atención que durante las cuatro tediosas e irritantes horas de filmación, no exista ninguna panorámica de Neuschwanstein; claro, su belleza no calza con la imagen infame que Visconti le otorga a su creador, un eufórico, degenerado,indolente Rey, con una sonrisa cubierta de un sarro negro horrible.
Infamia que se prolonga al mostrarlo como un no monarca, llegando hasta lo inverosímil (el Rey debía firmar las leyes de Baviera, sin embargo no aparece en esa labor en toda la película), un Rey que no trabaja (Ludovico siempre pasaba un mínimo número de meses en Munich, la capital, en labores de Estado, algo que no existe en el filme).
Tal como en "Senso", "El ocaso de los Dioses" o "Muerte en Venezia", a Visconti le rinde frutos su insistente temática de la decadencia germana, pero en este caso simplemente se le pasó la mano.
vincentvoncasa
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13 de febrero de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hablar de Ludwig y no hablar de exceso es casi imposible. Porque en las mas de cuatro horas que dura la película los más osados veran un torrente de emociones que puede desbordar la paciencia hasta del mayor conocedor de la obra de Visconti (no, no es un director que lo ponga facil a los fans. Pero eso yo creo que es bueno ¿o no?).
Sobre el argumento poco hay que decir que no esté bien resumido en la sinopsis que da Filmaffinity : la historia de un rey que por ser demasiado sensible no era un buen candidato al trono y que acabo sumido en la demencia al verse abandonado hasta por sus mayores protegidos.
Bueno, dirán algunos ¿y eso da para cuatro horas?
Pues si uno es Visconti si.
Si se tiene el manejo de la puesta en escena que el maestro italiano tiene si.
Con el buen manejo de unos buenos actores si (aquí el odiado Helmut Berger hace el papel de su vida. Le pese a quien le pese..).
Con la maravillosa selección musical de costumbre en el director si se puede.
Habrá quien diga que como todo el cine de Visconti ha envejecido mal. Que es cine de otra época. No es mi caso. Cierto es que ya no se hacen grandes producciones como Ludwig o El gatopardo. Bien. El cine europeo ya no es tan ambicioso. Pero eso no quiere decir que haya que contextualizar este tipo de cine para poder disfrutarlo. A mi modo de ver han envejecido peor El cazador o Taxi driver (que son solo dos ejemplos de cine ambicioso más o menos contemporaneo) que este film.

Así pues tenemos una película que ya digo que es excesiva. El dilema es, amigo lector, ¿te van los retos?
manihook
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