Como herederas de dos grandes imperios que tuvieron a la mala suerte como aliada desde su nacimiento, a Barbara Hutton (almacenes Woolworth) y Christina Onassis (navieras, finanzas, inmuebles, comercio) les llamaron popularmente "pobres ni�as ricas". De seguir viva, Christina hubiera cumplido hoy 70 a�os y quiz�s la historia se habr�a escrito de otra manera.
Su infelicidad empez� a los 9 a�os cuando su padre, Arist�teles, se divorci� de su madre, Athina -hija de Stavros Livanos, uno de sus mayores competidores navieros de su progenitor-, para liarse con la cantante de �pera Mar�a Callas. Aquella situaci�n le produjo una gran tristeza y verg�enza que fue el germen de sus posteriores depresiones.
La gota que colm� el vaso fue cuando su padre abandon� a la diva de la �pera por Jacqueline Kennedy, con quien se cas� en 1968. "Aquella fue la desafortunada obsesi�n de mi padre", llegar�a a confesar la joven heredera, que ten�a muy claro que la viuda de Am�rica -su marido hab�a sido el presidente John F. Kennedy- se casaba solo por dinero. Y raz�n no le faltaba, ya que Jackie buscaba un cheque en blanco y Arist�teles todos los permisos necesarios para atracar en los puertos americanos.
Pero lo peor a�n estaba por venir. Su querido hermano Alexander falleci� a los 24 a�os en 1973 en accidente de aviaci�n, truncando sus planes de un posible matrimonio con Fiona Thyssen, una de las ex mujeres del bar�n Thyssen, madre de su hija Francesca y ex suegra de Carlos de Habsburgo-Lorena, el primer arist�crata infectado por coronavirus. Al a�o siguiente, su madre, Tina, que por aquel entonces estaba casada en terceras nupcias con Stavros Niarchos -otro rival empresarial de Onassis- muri� por una sobredosis a los 45 a�os, sumiendo en un terrible dolor a su hija que, para colmo, termin� de hundirse en marzo de 1975 con la muerte del gran Arist�teles.
"Ahora s� que estoy sola en la vida", dir�a constantemente a sus m�s allegados.
Tras el funeral, vinieron sus grandes broncas con Jackie, que quiso su tajada, y se llev� casi 19 millones de euros de aquella �poca, con los que se compr� su fastuosa propiedad de 158 hect�reas en la isla de Martha's Vineyard -actualmente a la venta por 58 millones de euros- y asegurar de por vida el futuro de sus hijos.
Consciente de su f�sico poco agraciado y de su sobrepeso, Christina ca�a en los brazos del primer hombre que se le cruzaba en busca del amor y protecci�n que siempre hab�a ansiado. Por tal motivo, sus cuatro matrimonios terminaron en fracaso (Joseph Bolker, Alexander Andreadis, Sergei Kousov y Thierry Roussel), pero al menos, con el �ltimo, tuvo un peque�o atisbo de felicidad con el nacimiento de su �nica hija, Athina, en 1985.
Todos estos fracasos amorosos agudizaron a�n m�s sus problemas con los des�rdenes alimenticios y su adicci�n a los barbit�ricos, anfetaminas y somn�feros. En los a�os 80, Christina sol�a viajar frecuentemente a Marbella donde se reclu�a en la famosa cl�nica Buchinger para intentar perder peso. Pero aquellos encierros de poco serv�an cuando se iba de juerga con los Chorys, el conocido grupo de disfrutones de la vida entre los que se encontraban Yeyo Llagostera, Antonio Arribas -ex de Carmina Ord��ez o Lolita- y Luis Ortiz, el compa�ero de idas y venidas de Gunilla von Bismarck.
En Marbella se divirti� a lo grande. Uno de sus m�s allegados dijo que se la pod�a ver sonre�r y bailar en m�s de una ocasi�n, pero que tambi�n era f�cil verla sola en la playa con la mirada perdida. Su conexi�n con la zona ya le ven�a por parte de su ex marido ya que en Benahav�s, su ex suegro, Henry Roussel, vendi� su finca de casi mil hect�reas a Adnan Kashoggi que, tras ser detenido, tuvo que venderla y actualmente es la urbanizaci�n de mega lujo La Zagaleta.
Caprichos de ni�a rica
A pesar de que cuando Christina falleci� en noviembre de 1988 a los 37 a�os pose�a una fortuna cifrada en 400 millones de d�lares de la �poca (370 millones de euros), nunca encontr� la felicidad. Y eso que la busc� por todas partes d�ndose caprichos de ni�a rica. Era capaz de gastarse 35.000 euros para enviar un avi�n privado a Estados Unidos para abastecerla de Coca-Cola Light -se comenta que llegaba a beber hasta 30 latas diarias- o de alquilar un helic�ptero para que volara de Austria a Suiza porque se hab�a dejado un cassette de David Bowie.
Esa lucha constante por combatir la depresi�n, la tristeza, el sobrepeso, el enga�o de los hombres, el abuso de poder y su falta de autoestima acabaron por minar su coraz�n. Fue la cr�nica de una muerte anunciada en la que la gran perjudicada fue su hija Athina, que entonces ten�a 3 a�os. Hoy, a sus 35 a�os, ha vivido en su propia piel la infidelidad del �nico hombre estable en su vida, el jinete �lvaro de Miranda Nieto Doda, con quien estuvo casada desde 2005 a 2017.
A la nieta del armador griego se le estima una fortuna de unos 3.000 millones de euros. Sigue soltera, no tiene hijos y disfruta saltando a caballo en competiciones mundiales junto a otras hijas de millonarios, como sus amigas la heredera de Inditex Marta Ortega o Jennifer Gates, heredera del imperio Microsoft.
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