Un escándalo muy británico (2021), de Anne Sewitsky

Años 40. Hija mimada de un industrial, Margaret Campbell lleva una vida licenciosa, pues ha mantenido romances extramaritales incluso con el actor David Niven. Tras su divorcio conoce al escocés Ian Campbell, duque de Argyll, que acaba de recibir como herencia de su primo el fastuoso castillo de Inveraray. Surge el romance, así que cuando el aristócrata rompe su matrimonio con Louise, madre de sus dos hijos, se casan. Por desgracia, el tipo resulta estar arruinado, así que a Margaret le toca pagar todo, desde la restauración del hogar familiar, hasta un abrigo de pieles que su nuevo marido le regaló a Louise, y además resulta ser un hombre egoísta, violento, y aficionado en demasía al alcohol.

Anne Sewitsky (Black Mirror) dirige una miniserie con guión de Sarah Phelps, experta en adaptaciones televisivas de obras de Agatha Christie. El título parece dar a entender que se trata de una secuela de A Very English Scandal, con la que no tiene nada que ver, salvo que se basa en otra historia real que también hizo poner el grito en el cielo en su día al pueblo británico, y por el protagonismo de Claire Foy, secundaria en aquélla. Puede también confundir la presencia de la actriz de The Crown en otra producción de época aristocrática, pues Un escándalo muy británico carece por completo de la elegancia de la serie sobre la reina, y se recrea en detalles morbosos del divorcio de los duques de Argyll, en su momento aireados por la prensa.

Se critica a los miembros de clase alta de la época, a veces hipócritas que tras su capa de puritanismo ocultaban una vida licenciosa, y se estudia el impacto que tuvo el asunto en el pueblo llano, que hasta entonces pocas veces se había enterado de los comportamientos más turbios de los de arriba. Existe cierta reivindicación feminista, pues se pone sobre el tablero que la mujer lo tenía más difícil para ser infiel, y se la criticaba más, pero por otro lado se pinta a la protagonista como una mujer tan retorcida como su esposo. Con una esmerada reconstrucción histórica, y un ritmo ágil, los tres capítulos tienen como principal punto de interés los esmerados trabajos de la citada Claire Foy (Margaret) y de Paul Bettany (Ian), en papeles complejos y desagradables.