Herrera el Mozo y el Barroco total - Folleto digital - Museo Nacional del Prado

Herrera el Mozo y el Barroco total

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Museo del Prado

25.04.2023 - 30.07.2023

Francisco de Herrera el Mozo (Sevilla, 1627-Madrid, 1685) es uno de los artistas más desconocidos y a la vez más influyentes de la pintura española de nuestro Siglo de Oro. Formado en Sevilla con su padre, el pintor Francisco de Herrera el Viejo, viajó a Roma entre 1648 y 1653, y a su regreso se convirtió en un artista muy envidiado en Madrid y Sevilla, desplazando en encargos a importantes pintores, como Murillo. Su actividad como dibujante, grabador, pintor al óleo y fresquista, además de arquitecto, tracista de retablos, ingeniero y escenógrafo lo convirtió en un modelo para muchos artistas y un perfecto representante del Barroco total, al desempeñar con igual destreza estas ocupaciones, que le permitieron alcanzar el título de pintor del rey y maestro mayor de Obras Reales en 1677. Esta exposición recupera su figura después de un profundo proceso de investigación y restauración de la mayor parte de su obra, e incluye pinturas hasta el momento desconocidas que lo sitúan como un referente indiscutible del Barroco español. Herrera fue el responsable de la renovación de la pintura en la segunda mitad del XVII, optando por la vía de la propaganda y la magnificencia, e introdujo el estípite en la retablística, así como la defensa del pintor como “arquitecto inventivo” y artista total. Debemos considerar todo lo anterior resultado de lo que aprendió en el círculo de artistas romanos que frecuentó, quienes defendieron la liberalidad del arte y el diseño como el origen de la genialidad artística.

Ámbitos de la exposición

  1. De aprendiz con Francisco de Herrera el Viejo
  2. La estancia en Roma
  3. “El mejor Apeles de España”
  4. Las fundaciones de Luis García de Cerecedo y María Antonia de Herrera
  5. “Porque era de genio muy ardiente y voraz”. Herrera dibujante
  6. Las pinturas de los agustinos recoletos de Madrid
  7. Arquitecto inventivo
  8. Fiesta pública y ceremonial
  9. Herrera escenógrafo

1. De aprendiz con Francisco de Herrera el Viejo

Una de las características que el Mozo evidencia en su obra es la influencia paterna, circunstancia que se advierte incluso en etapas posteriores. Mientras que su progenitor optó por figuras monumentales y una mayor carga matérica, Herrera se convirtió en un gran colorista, manejando el dibujo con gran fluidez y gracilidad.

Francisco de Herrera el Viejo, Los fundadores de las órdenes monásticas tomando su regla de san Basilio

Francisco de Herrera el Viejo, Los fundadores de las órdenes monásticas tomando su regla de san Basilio, h. 1639-47. París, Musée du Louvre, Département des Peintures

El arcángel san Miguel

El arcángel san Miguel, h. 1640-47. Hamburgo, Hamburger Kunsthalle, Kupferstichkabinett

2. La estancia en Roma

La formación romana de Herrera ha podido documentarse gracias al hallazgo de unos cartuchos u orlas decorativas impresos en Italia en 1649. Conocido en la Ciudad Eterna como el “Il Spagnolo de gli pexe” (el español de los peces), hoy sabemos que algunos de sus bodegones se localizaban en las colecciones de influyentes comitentes como Gian Carlo Vallone y Paolo Giordano Orsini. También ha sido posible reconstruir su personalidad como dibujante, enmascarada tras la del pintor milanés Pier Francesco Cittadini, y recomponer su actividad gráfica y su proceso de aprendizaje en el entorno de las academias de dibujo.

Vendedor de pescado

Vendedor de pescado (detalle), h. 1650. Ottawa, National Gallery of Canada, Purchased 1926

Asunción de la Virgen

Asunción de la Virgen, h. 1653. Colección particular

3. “El mejor Apeles de España”

La obra de Herrera tras su estancia romana no dejó indiferente a nadie. Según Palomino, el artista, consciente del valor de su propio trabajo, manifestó sobre su primer encargo para el retablo de la iglesia de San Hermenegildo de los carmelitas descalzos de Madrid que su Triunfo de san Hermenegildo "se había de poner con clarines y timbales". Enorme repercusión tuvo también el Triunfo del sacramento de la Eucaristía. Esta obra, pintada para la hermandad sacramental del Sagrario de Sevilla —de gran colorido y brío en las formas—, situó al Mozo a años luz de sus contemporáneos, mostrando una inventiva y un manejo de las luces y las sombras completamente teatrales. Esos mismos recursos se advierten en el Sueño de san José, pintado a su regreso definitivo a Madrid en 1660 para el ático del retablo de una de las capillas de la iglesia del colegio de Santo Tomás. Otra de las novedades de esta exposición es la atribución a Herrera del retrato del General de artillería, hasta hoy obra de Francisco Rizi, y que ahora se identifica con Diego de Quiroga Fajardo.

El triunfo de san Hermenegildo

El triunfo de san Hermenegildo, 1654. Madrid, Museo Nacional del Prado

El triunfo del sacramento de la Eucaristía

El triunfo del sacramento de la Eucaristía (detalle), 1656. Sevilla, Archicofradía Sacramental del Sagrario de la S. I. Catedral de Sevilla

El sueño de san José

El sueño de san José, 1660. Madrid, Museo Nacional del Prado. Donación de Plácido Arango, en memoria de Alfonso E. Pérez Sánchez

Un general de artillería

Un general de artillería (¿Diego de Quiroga Fajardo?), h. 1665. Madrid, Museo Nacional del Prado

4. Las fundaciones de Luis García de Cerecedo y María Antonia de Herrera

Su prestigio y la colaboración con el arquitecto de retablos Sebastián de Benavente ofrecieron a Herrera algunas oportunidades profesionales. Este es el caso del retablo encargado por el tratante de caballerías Luis García de Cerecedo, destinado a su capilla funeraria en la iglesia de San Sebastián de Aldeavieja (Ávila). Su mujer, María Antonia de Herrera, también dejó un dinero para el retablo de la ermita de la Virgen del Cubillo, en la misma localidad. En estas pinturas, a las que dotó de una atmósfera evanescente, Herrera demostró un estilo mucho más evolucionado. La restauración del Sueño de san José ha permitido recuperar la gran calidad de la pintura de este artista y sus dotes como colorista.

El sueño de san José

El sueño de san José, antes y después de la restauración, 1662. Aldeavieja (Ávila), iglesia de San Sebastián

Descanso en la huida a Egipto

Descanso en la huida a Egipto, 1665-66. Aldeavieja (Ávila), ermita de Nuestra Señora del Cubillo

5. “Porque era de genio muy ardiente y voraz”. Herrera dibujante

La actividad de Herrera no se entiende sin su faceta como dibujante, pues siempre consideró el dibujo como la base de su proceso creativo. Gracias a su producción gráfica, cuyas técnicas Herrera manejó con destreza, tenemos conocimiento de composiciones perdidas para frescos, tapices, altares, ejecutorias, estampas y arquitecturas efímeras.

Ángeles músicos en gloria

Ángeles músicos en gloria, h. 1654. Londres, The British Museum

El triunfo de la Cruz con instrumentos de la pasión y querubines

El triunfo de la Cruz con instrumentos de la pasión y querubines, h. 1675. Londres, Victoria and Albert Museum

El triunfo de la Cruz

El triunfo de la Cruz, h. 1675. Madrid, Museo Nacional del Prado

6. Las pinturas de los agustinos recoletos de Madrid

Antonio Palomino refiere que Herrera realizó para la cúpula y el arco toral de la iglesia de los agustinos recoletos de Madrid un conjunto de pinturas que desgraciadamente sufrieron modificaciones y pérdidas pictóricas por el proceso de trasposición de formatos. Algunas de ellas han sido restauradas para esta exposición, pudiéndose advertir en la técnica del artista su pincelada larga y arrastrada. También ha sido restaurado Cristo camino del Calvario, que pintó junto a Francisco Ignacio Ruiz de la Iglesia para la capilla de la Virgen de los Siete Dolores de la iglesia del antiguo colegio de Santo Tomás. El resultado de la intervención ha dotado a la pintura, que presentaba importantes problemas de conservación como consecuencia del incendio de la iglesia en el siglo XIX, de una mayor luminosidad.

San Pedro como pontífice

San Pedro como pontífice, h. 1667-70. Madrid, Museo Nacional del Prado

Cristo camino del Calvario

Cristo camino del Calvario, antes y después de la restauración, h. 1676-77. Madrid, Museo Cerralbo

7. Arquitecto inventivo

Una de las actividades que con mayor tesón defendió Herrera fue la de la arquitectura. Su formación en matemáticas y geometría le capacitó para desempeñar este arte, como prueba la planta del Pilar de Zaragoza realizada por encargo de Carlos II. Desgraciadamente, algunos problemas en la cimentación hicieron que la planimetría tuviera que ser replanteada. Otra de sus ocupaciones también fue la de tracista de arquitecturas para retablos, como el de la iglesia del hospital de Montserrat y el dedicado a la Virgen de la Almudena, donde introdujo el elemento del estípite.

Proyecto de planta para el nuevo templo del Pilar de Zaragoza

Proyecto de planta para el nuevo templo del Pilar de Zaragoza, 1680. Zaragoza, Excelentísimo Cabildo Metropolitano

8. Fiesta pública y ceremonial

El dibujo se configura como un medio esencial que testimonia el trabajo de Herrera como ideador de arquitecturas efímeras para ceremoniales, como el terrible auto de fe de Sevilla de 1660, y de dibujos destinados para ser grabados. La Alegoría de Carlos II y Mariana de Austria representa el primer caso de retrato doble del rey con su madre, quien ejerció como regente desde enero de 1666, por lo que adquiría un importante sentido político. Herrera también diseñó algunas de las composiciones que fueron grabadas para el libro que recogió las fiestas celebradas por el nuevo culto a san Fernando, patrocinado por los capitulares de la catedral de Sevilla.

Alegoría de Carlos II y Mariana de Austria

Alegoría de Carlos II y Mariana de Austria, 1668. Viena, Albertina, Graphische Sammlung

9. Herrera escenógrafo

Una de las dedicaciones más singulares de Herrera, fruto de su prestigio y ascenso en la corte bajo la protección de Mariana de Austria, fue la de creador de escenografías para el teatro del Salón Dorado del Alcázar de Madrid. En ellas hizo gala de una desbordante inventiva y un rico uso del color. Su amistad con Pedro Calderón de la Barca debió de ayudarle en esta actividad. Sus servicios en la corte le valdrían para ser propuesto como diseñador de las escenas para la representación en 1673 de la zarzuela Los celos hacen estrellas, de Juan Vélez de Guevara, con música del amigo de Calderón, Juan Hidalgo, que fue representada por la compañía teatral de Antonio Escamilla con motivo del 38 cumpleaños de la regente.

Escenografías para Los celos hacen estrellas, de Juan Vélez de Guevara (Loa y Las fiestas de Baco)

Escenografías para Los celos hacen estrellas, de Juan Vélez de Guevara (Loa y Las fiestas de Baco), 1673. Viena, Österreichische Nationalbibliothek, Sammlung von Handschriften und alten Drucken