Entrevista a la escritora Hortensia Búa Martín. Autora de la biografía sobre María Moliner: La Luz de las Palabras
Entrevista a la escritora Hortensia Búa Martín. Autora de la biografía sobre María Moliner: La Luz de las Palabras

Entrevista a la escritora Hortensia Búa Martín. Autora de la biografía sobre María Moliner: La Luz de las Palabras

Ana Patricia Santaella

Entrevista a la escritora Hortensia Bua Martín. Autora de la biografía sobre María Moliner: La Luz de las Palabras

                                                             

POR ANA PATRICIA SANTAELLA

Conversamos hoy con la escritora Hortensia Bua Martín. Licenciada en Filología Inglesa y Semítica. Se ha dedicado a la enseñanza del inglés y de la lengua española Ha publicado las novelas: Madrid Blues, La Extranjera y “…Y no estar locos” y multitud de relatos, algunos de los cuales han obtenido diferentes galardones como: “Federico García Lorca”, “Diario de Alcalá”, “Ana María Matute”,” Jara Carrillo”. Es co-autora de piezas dramáticas que han sido representadas en dife- rentes teatros. Autora de la magnífica biografía sobre María Moliner: La Luz de las palabras”

 

A.P- Abordar una biografía es complicado, es tal vez unos de los géneros más difíciles que requiere de un extenso trabajo de recopilación y de contrastar con rigor esos datos que han sido previamente recabados. ¿Cómo surge la elaboración de esta biografía?

María Moliner, la intelectual que escribió a lápiz en 15 años un diccionario inmortal dos veces más largo que el de la RAE

Surge de una idea, y de la ilusión de conocer a esta mujer para mí entonces enigmática, que había tenido la capacidad de definir todas las palabras de la lengua española de una manera inteligente e inteligible. Y, en efecto el trabajo es muy arduo porque hay una primera etapa de recopilación de información documental de todo tipo, y para obtenerla hay que visitar archivos, bibliotecas, la Real Academia de la Historia etc, etc,, en fin todos los lugares que aparecen al final de mi trabajo. Conversar con las personas que la conocieron: sus hijos vivos, sus alumnos de la Escuela Cossío…Y, a continuación, es preciso desbrozar e ir ensamblando y dando sentido a una vida,  conocer las motivaciones, estudiar la psicología del personaje biografiado. Pero puedo decir que penetrar en la vida  de María Moliner ha sido para mí de un enorme estímulo porque la de ella  es una vida tan intelectualmente fructífera que enriquece a todo el que se acerca a conocerla.

 

A.P- Fue de una precocidad indudable, aunque parezca increíble, habrá mucha gente que todavía no la conozca y que no sepa que existió.  ¿Quién fue María Moliner?

Pues sí, María Moliner fue una niña precoz, que a los 12 años ya está impartiendo clases de matemáticas, lengua y latín para ayudar a su familia. Termina la carrera de Filosofía y Letras, rama de Historia con Premio Extraordinario, y a los 22 años ya ha sacado la oposición al cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos y es destinada a Simancas. Y a partir de ahí continúa como archivera y bibliotecaria en Murcia y Valencia, hasta que finalmente, ya en la madurez tiene la idea luminosa y la capacidad suficiente para elaborar el  diccionario más completo de la Lengua Española

 

A.P- En el año 2.000 se celebra su Centenario en Paniza, en Zaragoza, su pueblo natal. Allí una persona, Miguel Ángel Calatayud, director de la Biblioteca Pública que lleva su nombre, le expresa su enorme alegría por querer usted ocuparse de ella, y querer reunir en un libro biográfico el extenso material que le proporciona, dada la ausencia entonces de biografías que nos dieran a conocer a esta mujer tan extraordinaria y tenaz. “Una fuera de serie” como la califica su propia hija. ¿Significa el comienzo de su preocupación por ella, que materiales le proporcionó?

Pues mira,  antes de viajar a Paniza y conocer a Miguel Ángel Calatayud ya iba yo guiada por la idea de profundizar en la vida de María Moliner. Pero no cabe duda que Miguel Ángel Calatayud me animó mucho en esta tarea, y me proporcionó información muy útil. Me mostró la casa donde nació María y después me aportó  su partida de nacimiento  y me entregó también  una serie de periódicos y revistas con reportajes sobre la vida y obra de Moliner, y también una película documental: “María Moliner: 100 años de pasión por las palabras”, de Alberto Gómez Uriol.

 

A.P- Fue alumna no oficial de la ILE, Instituto Libre de Enseñanza, imbuido por una pedagogía renovadora, que daba mucha importancia al potencial innato del alumnado, al amor por aprender sin memorizar y sin ser examinados, teniendo un contacto estrecho y directo con la madre naturaleza.

Hortensia interpretando a María Teresa León

Así es. En mi trabajo hay un capítulo dedicado a los maestros de la Institución Libre de Enseñanza, que tanto influyeron en María Moliner, y en sacar todo lo mejor de ella mediante ese método socrático que ellos propugnaban. Y como bien dices ella fue alumna libre de la Institución, no figura en la relación de antiguos alumnos, por no haber sido ella alumna oficial. Sin embargo acudía a las clases, en el libro explico por mediación de quien.

 

A.P- La investigadora aragonesa María Pilar Benítez Marco descubrió que prestó una fecunda colaboración con el Estudio de Filología de Aragón (denominado EFA) justo al finalizar la carrera de Filosofía y Letras que cursó en la rama de Historia.

Bueno, ella empieza a trabajar en el EFA en el año 1916, con 16 años, porque ella nació en 1900. Estaba en los últimos años de bachillerato cuando entró a trabajar en la EFA, y permaneció allí hasta que acabó la carrera de Filosofía, poco antes de 1922 que es cuando consigue su puesto en Simancas.

 

A.P- Confiesa María Moliner a Daniel Sierio en 1.972: “Había un punto, el de la tarde, en el que realmente me sentía vacía. Sentía que algo me faltaba y entonces me puse a trabajar con todo entusiasmo.” Pensaba que hacía falta un diccionario que ayudara tanto a los extranjeros como a los hispanohablantes. Le importaba la utilidad que pudiera brindar, su uso. Lo empezó siendo joven, con hijos pequeños y lo concluyó con nietos.

En realidad ella fomenta esa idea en la dedicatoria del diccionario, que viene a decir que se lo dedica a su marido e hijos por el tiempo que su trabajo le ha privado de dedicarse a ellos. Pero como me confesó Carmina, su hija, cuando empezó el diccionario en 1952, con 52 años, su hija Carmina ya tenía 21 años, los mayores, 23 y 25, y el pequeño Pedro, 19. Es decir, los hijos ya estaban criados y cada uno en sus cosas. Según su hija esa dedicatoria parece algo así como una licencia poética.

 

A.P- El itinerario laboral y vital de nuestra autora es impresionante. ¿Puede comentarlo? Quiso que la cultura sin distinción llegara a todos los estratos culturales. ¿Cuántas bibliotecas rurales creó? ¿las inspeccionaba ella misma?

Fundó en total 115 bibliotecas en Valencia. Ella formó a los bibliotecarios en la Biblioteca Escuela que fundó en Valencia y más tarde les insufló ánimos mediante una publicación: “Carta a los bibliotecarios rurales”. Es conmovedora esta carta y el modo en que les anima a que inculquen en la gente el hábito de la lectura.

Sí, ella visitaba periódicamente estas bibliotecas y escribía informes sobre ellas. También escribió un Plan General de Bibliotecas del Estado.

Su capacidad organizativa era tremenda. Te contaré una pequeña anécdota. Ella veía a la gente aguardando las colas de racionamiento, la gente se quedaba a veces toda la noche haciendo cola, Y ella ideó darles un número para que pudieran irse a casa a dormir y ese número les sirviera al día siguiente. La gente se lo agradeció mucho y me cuenta su hija, que cuando luego iba ella por la calle con su madre, oía que decían: “Mira, ahí va la muchacha del jersey verde”, porque según parece ese era el color del jersey que solía ponerse por entonces.

 

Presentación de la novela “…y no estar locos”

A.P- Mostró una gran preocupación por el personal encargado de las bibliotecas. Ideó entonces otro proyecto singular paralelo a la creación de las bibliotecas. ¿Por qué lo creyó necesario?.

Efectivamente, como he dicho en la anterior pregunta ella, antes de crear las bibliotecas, formó a los bibliotecarios en la Biblioteca Escuela que creó en Valencia.  Y escribió luego para ellos esa carta a la que aludo también y que viene a ser un manual de uso de las bibliotecas, a la vez que un modo de impulsar a los bibliotecarios en su labor de animar a la gente a leer.

 

A.P- Sus dotes organizativas y su agudeza mental eran grandes, llevando a elaborar un Plan de Organización General de Bibliotecas del Estado, un proyecto de base que desafortunadamente no se llevó a cabo, no fructificó.

En efecto, ese Plan General de Bibliotecas del Estado fue un plan muy ambicioso que le granjeó muy buenas críticas en el extranjero pero que no pudo llevarse a cabo en España , después de la derrota de 1939.

 

A.P- Su esposo, Fernando Ramón Ferrando, era otro intelectual de peso, fue catedrático de Física. Introdujo en España la teoría de la relatividad de Einstein, siendo uno de los promotores que facilitó la venida del científico a nuestro país para pronunciar conferencias. Una de ellas en la Residencia de Estudiantes. A pesar de su talla intelectual, ¿qué le ocurrió al finalizar la guerra?

Sí, fue catedrático de física y licenciado en Ciencias exactas. Él fue decano de la Facultad de Físicas desde la subida al poder del Frente Popular. Y cuando acabó la guerra fue represaliado, le quitaron la catedra. Era un intelectual muy valioso con varias publicaciones en su haber, y efectivamente fue uno de los que se encargaron de que Einstein viniera a España e impartiera una conferencia en la Residencia de Estudiantes de Madrid y otra en Barcelona.

 

Caracterización de María Moliner

A.P- María también sufrió agravios notables al acabar la contienda. ¿Cuáles fueron? ¿qué argumentos esgrime en el pliego de descargos para autofedenderse? Si nos damos cuenta, la propia historia con justicia la ha desagraviado. Me refiero a la inmensa utilidad del uso y empleo de sus Diccionarios tanto en España como fuera de nuestras fronteras.

Sí, en 1939, recibió un pliego de cargos, en el que se le acusaba de haber colaborado estrechamente con la república y haber sido muy leal a ella.

 Ella que manejaba muy bien la lengua, se defendió muy eficazmente, aludiendo a que, en efecto, siempre había desempeñado de ese modo sus funciones técnicas y de trabajo: “antes y ahora”. Dijo también que nunca había tenido tiempo de definirse políticamente. Fue no obstante represaliada perdiendo 18 puestos en el escalafón.  Puestos que recuperaría con los años, y también lograría que a su marido le devolvieran la cátedra.

Con el diccionario desde luego consiguió un éxito sin precedentes, el diccionario fue una obra, según ella misma confiesa, que le salió del alma, de su íntimo convencimiento de que era necesario explicar muy bien cada vocablo de la lengua española. Ahí entregó las mismas energías que empleara en su periodo como directora y fundadora de bibliotecas.

 

A.P- María Moliner en la presentación de su propio diccionario se autocalifica sin pretenderlo, con la siguiente declaración de intenciones: “que ha trabajado honradamente, que conscientemente no ha descuidado nada”; que incluso ante detalles nimios no se ha detenido, pudiendo haberlos pasado por alto, procediendo con un esfuerzo redoblado, y una gran meticulosidad en esta labor que desempeñó.

Sí, en la presentación dice todo eso. La “Presentación” de su Diccionario de uso del Español, que se publicó junto con el propio “Diccionario de uso del Español”, en las primeras ediciones, constituye en sí una pieza maestra de la lexicografía, porque ahí explica los criterios en los que se ha fundado para sus definiciones y detalla minuciosamente su arduo trabajo de 15 años empleados en la confección del diccionario.  Es una pena que no incluyan esta “Presentación” en las nuevas ediciones.

 

En la Feria del Libro de Toledo

A.P- Gabriel García Márquez le dedicó encendidos elogios, Y Miguel Delibes dijo que el Diccionario de María Moliner era una obra que justificaba una vida. Pero tuvo también detractores que silenciaron este hecho y que no le brindaron ningún apoyo.

Bueno claro, los académicos permanecieron muy callados tras la publicación del diccionario , no la alabaron en absoluto, a pesar de que todos compraron su diccionario y lo utilizaron. Por esa razón Rafael Lapesa, Laín Entralgo y el duque de la Torre, la nominaron para entrar en la Academia pues consideraban una incongruencia que su diccionario estuviera dentro y ella no.

 

A.P- No ocupó el sillón B de la Academia, como hubiera sido deseable. Algunos la votaron y apoyaron la candidatura como las personas que acaba de mencionar, y  Dámaso Alonso. Carmen Conde posteriormente, al entrar ella también mostró su apoyo. Hipólito Escolar, director de la editorial Gredos, que publicó los diccionarios del uso del español en 1966, arremetió contra los académicos: “Es que los académicos además de hombres, eran viejos, con ideas de principios de siglo…”

Algo de razón tenía don Hipólito Escolar. Los académicos de entonces tenían mentalidad decimonónica. Tampoco quisieron admitir anteriormente a Emilia Pardo Bazán ni a Gertrudis Gómez de Avellaneda. La primera mujer en entrar fue Carmen Conde.

 

A.P- El diccionario tuvo un éxito editorial apabullante, fruto de un trabajo tan es-forzado y difícil de calibrar en cuanto a desvelos, preocupaciones y años dedicados

En efecto. Se multiplicaron las ediciones. La gente estaba encantada de hallar por fin una definición acertada de las palabras, y una  relación de sus usos correspondientes. Sobre todo los escritores se sintieron muy contentos porque al fin hallaban en un diccionario una herramienta útil para su trabajo. En Sudamérica fue un auténtico boom. García Márquez ya nos lo demuestra con su comentario de que lo considera el diccionario más completo, más acucioso y más divertido de la lengua española.

  

Día del libro en Alcobendas, Madrid

A.P- Se presenta como ya hemos aludido en diciembre de 1966 en la sede de la editorial Gredos, en palabras de María Ángeles de la Rosa, una de sus colabora-doras: “Doña María estaba pletórica, muy contenta, se reía mucho, se la veía relajada, disfrutó mucho, estaba feliz”.

En efecto, así fue. Ella estaba henchida de gozo, puede observarse en la foto en la que aparece junto a Rafael Lapesa, Laín Entralgo, Gerardo Diego, Guillermo Díaz Plaja e Hipólito Escolar, en la sede de Editorial Gredos.

 

A.P- ¿Desearía añadir algo antes de despedirnos? En nombre de Luz cultural y de todos los lectores que han disfrutado y disfrutarán de esta magnífica biografía: La luz de las palabras, le damos las gracias, y le deseamos que siga viajando a nuevas mentes, a nuevos corazones en un vuelo sin final.   

Pues muchas gracias a Luz Cultural y a ti,  Ana Patricia, por estas preguntas que demuestran un gran conocimiento y creo adivinar también una admiración evidente por María Moliner.

 

 

   

 

Galería Fotográfica

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https://elpais.com/diario/2000/04/20/cultura/956181601_850215.html

 

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