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Met�fora de infidelidad

Qu� significa la expresi�n "poner los cuernos" y de d�nde viene

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Vikingos, derecho de pernada o mitolog�a griega. Hay varias versiones sobre el origen de este modismo popular y despectivo

Cornamenta de ciervo colgada en una pared.

Hacer castillos en el aire, tomar el pelo a alguien, manda huevos, ir a tumba abierta, hablar por los codos, me cago en la leche... La lengua dispone de un cat�logo abundante de modismos, expresiones muy asentadas en el idioma y cuyos significados no se pueden deducir de las palabras que las forman. Uno de los modismos m�s populares es la locuci�n "poner los cuernos". Veamos qu� significa y de d�nde viene esta expresi�n.

Poner los cuernos es una expresi�n tan habitual como despectiva. Si bien el diccionario de la Real Academia Espa�ola (RAE) limita su uso a una infidelidad matrimonial, lo cierto es que se utiliza para referirse a alguien que est� siendo infiel a su pareja o incluso para contextos en los que se habla de traici�n o deslealtad. "H�ctor nos ha puesto los cuernos al marcharse con el grupo de Matilde".

La RAE subraya la existencia de ejemplos en singular -"sufrir el cuerno"-, aunque lo m�s com�n es encontrar la expresi�n en plural. Asimismo, no s�lo se emplea con el verbo "poner"; ah� est� por ejemplo "llevar los cuernos". En cualquier caso, la autoridad ling��stica se�ala que siempre se usa de manera ir�nica.

"Poner los cuernos" es un modismo empleado en el espa�ol desde hace siglos, puesto que ya encontramos referencias en el Diccionario de Autoridades de 1729, donde se define como "faltar o hacer faltar a la fe del matrimonio".

DE D�NDE VIENE LA EXPRESI�N PONER LOS CUERNOS

No resulta sencillo encontrar el origen de "poner los cuernos", puesto que circulan diferentes teor�as que tratan de explicar de d�nde viene la expresi�n. En el libro 'Gu�a etimol�gica', la fil�loga H�lo�se Guerrier apunta a que la frase "poner los cuernos" retrotrae a la Edad Media, "�poca en la que el se�or feudal, supuestamente, ten�a derecho a acostarse con la esposa de su vasallo la noche de bodas (...) Cuando ejerc�a ese 'derecho de pernada' se colgaba en la puerta de la casa del marido una cornamenta de ciervo".

Hay quienes sostienen que el origen etimol�gico del modismo se encuentra en los vikingos. Seg�n esta versi�n, los jefes de las aldeas n�rdicas ten�an derecho a mantener relaciones sexuales con cualquier mujer y, cuando decid�a acostarse con alguna, colgaba en la puerta un casco adornado con cuernos de animales a modo de se�al para que no fueran interrumpidos. Esta hip�tesis, sin embargo, choca con la realidad, ya que nunca se han hallado cascos vikingos con cuernos; fueron artistas del siglo XIX quienes a�adieron cornamentas en las vestimentas de estos guerreros con la idea de enfatizar su agresividad.

A�n se puede dar un salto hacia atr�s en el tiempo. Y es que hay quien se remonta a la mitolog�a griega para encontrar el origen de la expresi�n. Pasifae, hija de Helios y la ninfa Creta, fue entregada al rey Minos como esposa. Esta fue infiel a su marido con un toro blanco, una relaci�n zoof�lica de la que naci� una criatura con cabeza de toro y cuerpo humano, el Minotauro. Desde entonces, los cuernos se convirtieron en una met�fora de la infidelidad.

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