Catalina Jagellón, una princesa polaca de gran importancia, nació el 1 de noviembre de 1526 en Cracovia, Reino de Polonia. Era hija del rey Segismundo I de Polonia y de Bona Sforza de Milán.
En 1562, a la edad de casi 36 años, Catalina se casó con el duque Juan de Finlandia (posteriormente Juan III de Suecia) en Vilna, Lituania. Este matrimonio deterioró las relaciones de Juan con su hermano, el rey Erico XIV de Suecia, lo que llevó a acusaciones de alta traición contra Juan. Cuando Juan regresó a territorio sueco, fue encarcelado en el castillo de Gripsholm, donde Catalina lo acompañó.
Durante su cautiverio, Catalina dio a luz a dos hijos, Isabel y Segismundo. Fueron liberados en 1567, y un tercer hijo, Ana, nació ya en libertad en Eskilstuna.
Después de una rebelión contra Erico XIV, Juan se convirtió en rey de Suecia y Catalina en reina en 1569. Como reina de Suecia, Catalina llevó una vida basada en su fuerte apego a la religión católica. Su influencia en su hijo Segismundo fue causa de que este se convirtiera en un ferviente católico, lo que daría origen a una larga guerra entre Polonia y Suecia.
Catalina enfermó de gravedad en el verano de 1583 y tras una larga agonía falleció en Estocolmo en noviembre del mismo año. Fue sepultada en la Catedral de Upsala.
Catalina Jagellón fue gran duquesa de Finlandia, y reina de Suecia a partir de 1568 como la primera esposa del rey Juan III de Suecia. Fue madre del rey Segismundo III Vasa.
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