noble-vater033020151121Noble Vater

Hablar sobre la vida y ministerio de Juan Calvino es una tarea agradable. Hacer tal cosa en dos horas es difícil porque es necesario hacer una selección de lo mucho que está escrito. Hay libros enteros escritos sobre su vida y sobre muchos aspectos de su ministerio, de manera que tenemos que escoger lo que esperamos que sea provechoso y edificante y, a la vez, interesante.

A pesar del tiempo limitado para hablar de él y de su ministerio, creo que debemos tener algunas cosas claras, porque hay personas que se preguntan, ¿por qué hacer tal estudio? ¿Es esto necesario? ¿Es edificante? ¿Hay razones bíblicas para hacerlo? ¿No es esto adular a los hombres? Por eso aclaremos:

1. Juan Calvino ha tenido una influencia en el mundo que sólo Dios sabe. Los que le han odiado y han difundido mentiras tratando de destruir su nombre han reconocido esa influencia y por eso han tratado de menguarla mediante sus ataques.
a. Para nosotros que creemos que gran parte de su enseñanza es bíblica, le vemos como un instrumento que Dios levantó y ha usado para el bien del mundo.
b. Para los que no creen que su enseñanza esencial es bíblica o para los que desestiman la Biblia, Calvino es prácticamente un diablo.

2. Juan Calvino era un hombre, falible. No podemos hacerle un dios o darle una autoridad que no tiene. Todo lo que hizo y escribió tiene que pasar por el crisol de la Palabra de Dios. Sus cartas, sermones y comentarios, así como la e Institución de la Vida Cristiana, todos demuestran que él mismo creía que todo tiene que pasar por el juicio de la Biblia.

3. El motivo de estudiar su vida y ministerio obedece el principio enseñado en Hebreos 13:7, Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe. Creemos que Dios levantó a Juan Calvino y le usó de gran manera. Creemos que tenía fe y que Dios ha traído mucho bien al mundo por medio de las enseñanzas y ejemplo de Calvino. A pesar de las diferencias que tenemos con él, especialmente nosotros que tenemos convicciones bautistas, creemos que hay mucho que podemos aprender. No imitamos los errores de Calvino, sino su fe y sus virtudes. Como Abraham hizo cosas que ninguno de sus hijos debe imitar (como mentir sobre la esposa y tomar a Agar para procrear a un hijo), sin embargo, tenemos que andar en las pisadas de su fe. Hay cosas en la conducta de Calvino que debemos imitar, a la vez que tenemos que evitar otras cosas. Pero, Calvino era un pastor que habló la Palabra de Dios y Dios nos ha dado la oportunidad de saber el resultado de su conducta e imitar su fe.

Juventud y vida hasta Ginebra (1509-1536)

Juan Calvino nació el 10 de julio de 1509, de manera que estamos acercándonos a la fecha en la cual podemos celebrar 500 años desde que nació. Su lugar de nacimiento fue Noyon en Picardía, un condado en el noreste de Francia. Un pequeño río pasa por el medio del pueblo. Más allá de Noyon ese pequeño río desemboca en uno más grande (el río Oise) que desemboca en el Sena.

Noyon era un centro religioso importante. Carlomagno fue coronado allí en el año 768. La catedral actual fue edificada entre los años 1150 y 1290, y reparada después de la segunda guerra mundial. Es el quinto edificio (iglesia o catedral) que ocupa el lugar. Hoy día Noyon atrae a turistas y aun tiene un museo de Juan Calvino en el lugar donde estaba la casa en la cual nació.

El nombre de su padre era Gerard Cauvin (o Caulvin: en latin, Calvinus; en español, Calvino; en inglés, Calvin). Era abogado que trabajaba con el gobierno, pero especialmente con la iglesia católica-romana. La madre de Jean Cauvin (Juan Calvino), Jeanne le Franc, tenía la reputación de ser tan bella como piadosa, tal y como los católicos entienden la piedad. Parece que tenía algo de sinceridad y sobriedad como católica.

Creemos que estaban bien acomodados y que tenían buenas relaciones con personas de importancia e influencia social. Juan tenía un hermano mayor y uno menor. Su madre murió cuando era niño y su padre se casó de nuevo y procreó dos hijas de ese matrimonio.

Por las ventajas sociales de su padre Juan recibió una buena educación, en los primeros años de su vida como estudiante, estudiaba en la casa de la familia Montmor, una de las familias más distinguidas del condado según Beza y otros biógrafos. Desde sus primeros años Juan “demostró tener una memoria retentiva y una inteligencia despierta” (Irwin). Aunque el padre de Juan pagó por su mantenimiento parece que la familia Montmor prácticamente adoptó a Calvino. El primer libro de Calvino, Comentario de Seneca, fue dedicado a la abadesa Hangest de la familia Montmor. En la dedicación dice, “Educado cuando era muchacho, en vuestra casa; consagrado a los mismos estudios que vos, la primera instrucción que recibí la obtuve de la vida y trato de vuestra nobilísima familia.” (Citado por Irwin, p10). Han observado que por este contacto con la nobleza, “Dios lo estaba preparando así para desempeñar dignamente su papel en la sociedad de los grandes, de los príncipes y reyes” (Emile Doumergue, citado por Irwin, p10)

Cuando tenía solamente 14 años de edad (1523), Calvino fue a París con esa familia Montmor para terminar sus estudios en el Colegio de la Marche. Uno de sus profesores allí fue Maturinus Corderius (Mathurin Cordier), un hombre de gran reputación como maestro (Beza, p15) y de “espíritu profundamente evangélico” (Irwin, p10).

Además de tener un espíritu evangélico, Cordier trabajó para purificar el idioma francés, cosa que también debió haber tenido mucha influencia en Calvino. Luego, Cordier se mudó a Ginebra para enseñar en la academia allí. Murió cuatro meses antes que Calvino muriese (1564), habiendo llegado a 85 años de edad. En 1550, Calvino dedicó su comentario sobre 1 Tesalonicenses a ese maestro y amigo.

Después de estudiar con Cordier, Calvino se trasladó al Colegio Montaigu. A pesar de las condiciones de vida difíciles, el colegio tenía fama de producir buenos escolares. Erasmo había estudiado allí. Calvino progresó mucho en sus estudios en ese lugar. Al terminar, en 1527 Calvino fue ofrecido la parroquia de Saint Martín de Martheville.

Calvino tenía la reputación de ser recto y aun crítico con las malas conductas. Según Warfield (no da la fuente, pero dice que es indudablemente legendario) algunos de sus asociados solían llamarle “El Caso Acusativo” debido a su práctica de censurar a otros por conducta indebida. Con todo, hay evidencia de que Calvino tenía amigos y fue aceptado por los estudiantes. Con algunos mantuvo una amistad para toda la vida. Hay como 4000 cartas de Calvino preservadas (¿cuántas fueran destruidas?) que ayudan a los estudiosos a entender mejor a Calvino.

El padre de Calvino quería que él trabajara con la Iglesia y le ayudó obtener becas y ayuda de la Iglesia Católica, pero después cambió su idea y le instó a su hijo para que no aceptara la posición sino que estudiara leyes. Calvino siguió el consejo de su padre, probablemente porque ya tenía dudas sobre la iglesia y sabía de la pugna entre los protestantes y católicos. Calvino tuvo un primo, Pierre Robert, también conocido como Olivétan, evangélico, hombre que luego fue misionero a los valdenses y tradujo el Antiguo Testamento al francés para que ellos tuvieran la Biblia. Según Beza, por ese pariente Calvino conoció mejor la fe de los reformadores y dejó de asistir los servicios de la iglesia católica debido a su aborrecimiento de la superstición.

Calvino fue a Orleáns para estudiar leyes. Estuvo allí en el año 1528 y hasta mayo de 1529, poco antes de cumplir 20 años de edad. Allí, Calvino llegó a ser maestro sustituto de los profesores y quisieron hacerle doctor en leyes sin hacerle pasar por los pasos habituales. Aun en ese tiempo parece que Calvino no abandonó el estudio de las Sagradas Escrituras. Parece que tenía mucha auto-disciplina de manera que aun desde su juventud sacaba el máximo del tiempo disponible.

Después de sus estudios en Orleáns, Calvino continuó sus estudios en la Academia de Bourges en la cual había un profesor, abogado famoso de Italia. En ese lugar Calvino conoció a Melchior Wolmar, suizo, luterano, un hombre a quien luego dedicó su comentario sobre el Evangelio de Juan. Con la ayuda de ese hombre Calvino aprendió griego. Beza luego estudió griego bajo la enseñanza de este hombre Wolmar. Beza sucedió a Calvino en Ginebra en varios de los deberes y fue reconocido como gran erudito en griego.

En el año 1531 el padre de Calvino murió. Se quitó la presión de estudiar Derecho y Calvino volvió a París para estudiar literatura. Allí en el Colegio de Fortet estudió griego y hebreo.

El año siguiente (1532) Calvino publicó un comentario sobre la obra de Séneca, De clementia. Esa obra es reconocida como erudita. Parece que Calvino, de esa manera indirecta, quiso enviar un mensaje al rey y a otros que estaban persiguiendo a los “herejes” para que practicaran la misericordia. Pero fue un mensaje indirecto y no cristiano. Sin embargo, se nota que Calvino pudiera haber seguido su carrera en “humanidades”, y no en la Reforma.

Pero algo pasó y parece que en aquel tiempo Juan Calvino fue convertido al Señor realmente. Estaba hospedado en la de Etienne de la Forge, “un hombre que estuvo entusiásticamente dedicado a las doctrinas de la Reforma y en cuya casa protestante los fugitivos de la persecución fueron acogidos con cordial hospitalidad” (Calvino, profeta, p77).

Hughes, como otros, opina: “…Calvino estaba en contacto diario con el devoto y bíblico celo de la residencia en donde se encontraba a la sazón. De una fe tan vital no pudo mantenerse a distancia mucho tiempo. Todas sus futuras publicaciones fluyeron de la pluma, no del Calvino humanista, sino de Calvino el Reformador y apasionado campeón de la verdad evangélica. Esa verdad en favor de la cual estaban preparados hombres y mujeres a sufrir la pérdida de todas las cosas, incluso la propia vida.” (Calvino profeta, 77, 78)

En algún tiempo después de la publicación de ese libro y el año 1534 pensamos que Calvino se convirtió. En las palabras de Hughes:

“Esto se deduce de sus propios escritos en ese año, es decir, los Prefacios (publicados en 1535) al Antiguo y Nuevo Testamento en la traducción francesa que, con la ayuda de Calvino, había preparado su primo Roberto Olivetan, y su tratado titulado Psychopannychia, en el cual esforzadamente refuta la doctrina de ciertos anabaptistas de que entre la muerte y la Venida del Señor el alma está en un estado de sueño inconsciente, o incluso comparte la muerte del cuerpo. (Este trabajo realmente no apareció impreso hasta ocho años más tarde.) En él se nota inmediatamente que su llamamiento está dirigido a la suprema autoridad de la Sagrada Escritura como infalible Palabra de Dios, pues desde el principio emprende la tarea de probar su posición por «claros pasajes de la Escritura», para los cuales demanda que la humana sabiduría y la filosofía cedan un lugar. La sola Escritura (sola Scriptura), ese fundamental principio de la Reforma, ya ha sido captado y apropiado por Calvino. Y a él permanecerá inflexiblemente leal hasta su muerte.” (Calvino profeta, 78)

Renunció el estudio de todo y se dedicó a Dios y el estudio de su Palabra.

Cito a P E Hughes (Calvino, Profeta, p74):

En un pasaje autobiográfico de mucho interés, encontrado en el prefacio a su comentario de los Salmos, explica cómo siendo joven era «obstinadamente adicto a las supersticiones del papismo», pero que por una súbita conversión Dios conquistó su mente a una dócil condición. «Habiendo así adquirido un gusto por la verdadera piedad —dice—, me sentí inflamado con un intenso deseo de hacer progresos en ella, aunque sin abandonar mis otros estudios, que continué con no menos ardor. No había pasado un año antes de que todos los que tenían el deseo de una doctrina más pura vinieran continuamente hacia mí, aun siendo un novicio y un novato en la materia, para aprender. Siendo reservado por naturaleza y amante de la paz y del retiro, comencé entonces a buscar algún apartamiento; pero, a pesar de ello, todos mis retiros se convirtieron en clases públicas. Aunque mi único propósito era vivir apartado y desconocido, Dios me condujo a una situación tal que no me dejó estar en calma en ningún lugar hasta que, contrariamente a mi natural disposición, surgí a la luz pública.»

Parece que Calvino volvió a Orleáns por un tiempo pero en 1533 estaba en París de nuevo hasta principios de noviembre. E1 primer día de ese mes, un amigo de Calvino, Nicolás Cop, rector de la Universidad dio un discurso, que algunos creen que Calvino escribió. Ese discurso fue tan evangélico que Cop fue citado para comparecer delante de las autoridades y buscaron a Calvino también. Los dos huyeron. Calvino había dejado libros y documentos, entre ellos algunas cartas de amigos que quedaron expuestos al peligro porque fueron tomadas por aquellos que rebuscaron en el cuarto de Calvino.

La Inquisición había comenzado en el año 1525. Había una amenaza permanente contra los llamados “herejes”, pero también había personas de influencia, como la reina Margarita de Navarra, hermana del Rey Francis I, que dieron apoyo a los reformadores. En el tiempo que Calvino huyó de París ella hizo los trámites para que desestimaran las acusaciones contra Calvino. Él volvió a París, pero pronto se fue de nuevo a principios del año 1534.

Por un tiempo estaba en Angulema en la casa del canónigo Louis de Tillet, bajo la protección de la reina Margarita. Allí en esa casa, con una buena biblioteca disponible, Calvino comenzó el libro que luego fue publicado con el título de: “Institución de la religión cristiana”.

En mayo de ese año fue a Noyon para presentar la dimisión de los beneficios que recibía de la iglesia católica romana. Calvino había recibido beneficios de la iglesia desde los 12 años de edad, pero poco antes de cumplir 25 años lo dejó todo. En aquel tiempo fue encarcelado 2 veces brevemente, primero durante 9 días (desde el 26 de mayo hasta el 3 de junio) y dos días después por un tiempo adicional.

Hacia el fin de ese año se marchó a Poitiers, reuniéndose con unos protestantes en una caverna y celebrando con ellos la Santa Cena.

Hacia el fin de 1534 el rey de Francia, Francis I, quemó 32 “herejes” en 4 lugares públicos en la ciudad de París y declaró que haría lo mismo con sus propios hijos si ellos fueron infectados con las herejías de los que no creían en la misa tal y como era celebrada por los católicos (Beza, p20). Viendo la situación, Calvino y el canónigo, salieron de Francia y fueron a Basilea en Suiza. Allí Calvino estudió hebreo y terminó la Institución. Ese libro fue publicado en 1536 con 6 capítulos. Fue dedicado al rey Francis I, pero el libro tenía un propósito doble. Quiso que el rey leyera y considerara lo que él escribió, y a la vez quiso ayudar a los creyentes verdaderos a entender y confesar su fe.

Entre otras cosas que Calvino dice en la dedicación (xxv a xl de la edición de FeLiRe) se encuentran lo siguiente (Calvino, profeta, p79):

«No es sin justicia que solicito, Señor, que deberíais emprender una completa investigación de esta causa, que hasta ahora se ha manejado de manera tan irregular, sin ninguna orden de la ley y con desatada furia más que con formalidad judicial… La causa con la cual me encuentro plenamente identificado es la causa común de todo lo divino, y en consecuencia, la mismísima causa de Jesucristo. Es vuestro deber, Serenísimo Príncipe, no apartar ni vuestros oídos ni vuestra mente de una causa que tanto merece vuestra protección, especialmente cuando tan grandes cosas están en peligro, a saber: la gloria de Dios, la cual es para ser mantenida inviolada sobre la tierra; la verdad de Dios, que tiene que ser preservada en toda su dignidad, así como el Reino de Cristo, que ha de continuar firme y seguro… La principal característica de un verdadero soberano es conocer que, en la administración de su reino, él es un ministro de Dios. El que no subordina su reino a la divina gloria, no actúa en la forma de un verdadero rey, sino como un ladrón. Además, se engaña a sí mismo el que se promete una prolongada prosperidad para su reino, si no está gobernado por el cetro de Dios, esto es, por Su sagrada Palabra… Sabemos de nuestra insignificancia para persuadiros a tal investigación… Nuestra doctrina tiene que permanecer sublime por encima de toda la gloria del mundo e invencible frente a todo poder, porque no es nuestra, sino del Dios viviente y de Su Hijo Jesucristo, a quien el Padre ha nombrado Rey para que pueda gobernar de mar a mar y hasta los últimos confines de la tierra.»

Dice Beza (p21, traducción de Calvino, profeta, p80), «Si el rey lo hubiera leído, mucho me equivocaría si no hubiese producido en él un gran impacto y se hubiese infligido una gran herida a la ramera babilónica; ya que tal príncipe, a diferencia de los que le sucedieron, era muy capaz de formarse una opinión, habiendo dado pruebas de no pequeño discernimiento, pues fue un hombre verdaderamente instruido y personalmente no desafecto a los Reformadores. Pero los pecados del pueblo francés, y también los del propio rey, a cuenta de los cuales la ira de Dios pendía sobre ellos, no permitieron enterarse de tal escrito, y mucho menos leerlo.»

La Institución fue escrita originalmente en latín, aparente escondiendo su identidad usando el pseudónimo Alcuinus. En 1541 una edición en francés sería publicada. Los que saben de letras nos dicen que tanto el latín como el francés de Calvino era excelente, así como su estilo. Dice Hughes (Calvino profeta, p81), Tanto si escribe en latín como en francés, Calvino no es un mero estilista; su prosa está libre por completo de artificio, no es un argumento para deslumbrar, sino siempre un vehículo de la verdad. En cada página, la fuerza y la nobleza del estilo tiene una fiel proyección de la fuerza y la nobleza del propio carácter personal de su autor. La dignidad, la sinceridad y la completa sencillez de propósito son los contrastes del hombre y de sus escritos.

Francia hasta el día de hoy está en grandes tinieblas, sin embargo, Dios llamó de ese lugar a un hombre que usó grandemente para difundir su conocimiento en el mundo. Tuvo que realizar su obra fuera de su país, pero fue un trabajador incansable.

Antes de seguir con la historia de este hombre, hago énfasis en lo que Warfield señala y Calvino mismo indica. Calvino fue un hombre de letras, versado en literatura y un escritor. Como leímos en la cita de su introducción a los Salmos, quiso seguir una vida tranquila para estudiar y escribir, pero no pudo.

Después de terminar La Institución hizo un viaje a Italia para visitar a la Duquesa de Ferrara que había mostrado interés en la verdadera religión. Pero el Duque no tenía el mismo interés y Calvino se fue en abril de 1536 con la intención de llegar a Estrasburgo en Alemania. Viajó con su hermano menor, Antoine, el único hermano vivo que tenía. Debido a una guerra, Calvino fue obligado desviarse por Suiza y llegó a la ciudad de Ginebra para pasar la noche allí.

Ginebra era un pueblo lleno de inmoralidad. Según los registros del Concejo de Ginebra, especialmente en el año 1512, según Doumergue (Irwin, p26) “los sacerdotes de la Madeleine sostenían casas de prostitución y otros muchos las frecuentaban.”

Desde 1522 había predicadores proclamando la fe reformada. Finalmente en 1533 por primera vez celebraron la Cena del Señor a la manera protestante (Irwin, p26). Había mucha oposición y aun un intento contra la vida de los líderes de la reforma (Farel, Froment y Viret). Pero la lucha seguía y el 8 de agosto de 1535 Farel fue llevado a la catedral para predicar. “Ese mismo y el día siguiente el pueblo derribó las imágenes en la catedral y en las iglesias de San Gervasio, de los dominicos y de los agustinos. El 10 de agosto Farel predicó delante del Concejo. Pocos días después se prohibía a los sacerdotes que dijeran misa en Ginebra hasta nueva orden. Así se abolió la misa en Ginebra” (Irwin, p28).

Según Doumergue (citado por Irwin, p 28-29) los católicos-romanos se quejaron del vandalismo que acompañó la caída del catolicismo en Ginebra, pero sin mencionar los trucos que descubrieron. Habían inventado una manera de hacer a los santos cantar “de noche en Navidad por medio de tubos ingeniosamente colocados”. Y “un supuesto cerebro de San Pedro, venerado durante siglos, resultó ser un pedazo de piedra pómez.” Luego pusieron en las monedas de ginebra el lema Post tenebras lux.

El 21 de mayo de 1536 “el pueblo reunido en Concilio general, adoptó oficialmente la Reforma”. (Irwin, p29).

Calvino llegó de paso en julio de 1536 (27 años de edad) cuando Ginebra estaba comenzando el proceso de seguir la Reforma en serio. El fogoso predicador y reformador Guillermo Farel se enteró de la presencia de Calvino, ya conocido por muchos, y fue a saludarle e invitarle a permanecer con ellos y ayudar en la Reforma. Calvino mismo nos cuenta lo que pasó (en la introducción a los Salmos, citado por Hughes, Calvino profeta, p74), «Cuando (Farel) comprendió que yo había puesto mi corazón en estudios privados y dándose cuenta de que no conseguía nada con sus súplicas, procedió a proferir una imprecación en el sentido de que Dios condenaría mi reclusión y mi aislamiento si yo no aportaba mi ayuda cuando la necesidad era tan urgente. Me sentí tan aterrado que desistí del viaje que había emprendido; pero, consciente de mi apocamiento y mi timidez, no me até a ninguna promesa para cualquier particular cometido.»

Otra versión de las palabras de Farel armonizan con lo que Calvino escribió años atrás. Farel dijo, “Alegáis vuestros estudio como una excusa; pero si rehusáis entregaros con nosotros a esta obra del Señor, Dios os maldecirá por buscar vuestros propios intereses antes que los de Cristo.” Calvino cedió. (Irwin 29)

Así comenzó su asociación con Farel y su compromiso con Ginebra.

Esta historia ilustra algo en la vida de Calvino. Crucificaba sus deseos para cumplir lo que creía que era la Voluntad de Dios. Dice que era tímido, pero no era cobarde. Expuso su vida más de una vez por amor al evangelio.

Por ejemplo, una vez durante una epidemia, según Beza, Calvino ofreció ministrar a los que estaban muriendo. El Concejo no le permitió hacerlo, pero estaba dispuesto. En otra ocasión, desafió al Concejo que había ordenado que todos los que quisieran podrían tomar la Santa Cena. En otro tiempo de turbulencia Calvino pasó entre una muchedumbre ruidosa y peligrosa para tratar de establecer la paz.

Calvino enfatizó mucho la necesidad de la humildad y la oración en la cual la humildad se ve. Cuando murió era obvio que no había acumulado mucho. Para poder dar a sus sobrinos una herencia, tuvieron que vender sus libros y pertenencias.

Calvino era un trabajador incansable. Enseñaba y predicaba varias veces en la semana. Escribió el equivalente de 60 tomos. Además de la Institución que él revisó varias veces hasta la última edición en latín en 1559 que era 5 veces más grande que la edición original, Calvino escribió comentarios sobre gran parte de la Biblia. Publicó diversos folletos. Escribió muchísimas cartas. Publicaron muchos de sus sermones. Sus secretarios se cansaron antes que él.

Su salud no era buena. Tenía muchos dolores de cabeza y malestar en el estómago. Solía comer una sola vez al día. Pero nada fue un impedimento a su diligencia en el trabajo.
Según Beza, tenía una tremenda memoria. Se acordaba de todas las personas que iba conociendo. Si era interrumpido en su trabajo, sabía exactamente donde estaba.

Pero, sobre todo, sus amigos y feligreses reconocieron que era un hombre temeroso de Dios, dedicado a Él y a la causa del evangelio.

Los libros que he utilizado aparte de porciones de los escritos de Juan Calvino son:

En inglés:

Calvin and Augustine, por B. B. Warfield, Presbyterian and Reformed Publishing Company, Philadelphia, 1956. Especialmente el primer capítulo “John Calvin: The Man and His Work.
The Life of John Calvin, un pequeño libro escrito por Teodoro Beza, un contemporáneo de Calvino, amigo íntimo durante 16 años. Ese libro es una fuente original. La copia que tengo es una reimpresión de Back Home Industries, Milwaukie, OR, 1996. Es reimpresión de una edición hecha por Calvin Translation Society, 1844 en Edinburgh, Scotland.

An on line version is available: http://www.godrules.net/library/calvin/143calvin0.htm

En español:

Juan Calvino: su vida y su obra, por C H Irwin. Traducción de un libro publicado en 1909. La copia que usé fue publicado por CUPSA en México, 1981, segunda edición. CLIE tiene una edición actual. Sería más útil si tuviera más y mejores referencias a sus fuentes.

Juan Calvino: profeta contemporáneo, compilado por Jacob T. Hoogstra. TSELF, Grand Rapids, 1974. Catorce (14) escritos por 14 eruditos diferentes presentando varios aspectos de la humanidad, pluma e importancia del “profeta” Calvino. Excelente documentación de las fuentes.
Calvino, Antología, presentación y selección Dr. M Gutiérrez Marín, Producciones Editoriales del Noresteste (PEN), Barcelona, 1971. Básicamente este libro contiene escritos de Calvino mismo, con unas observaciones útiles.

Así fue Calvino, Thea B. Van Halsema, Libros Desafío, Grand Rapids, 1998 (primera edición por TELL, 1966). Contiene muchos hechos históricos, pero con muchos detalles añadidos por la imaginación de la autora, describiendo posibles pensamientos y también lo que una persona hubiera visto, basado en conocimiento general de aquellos tiempos. No hay notas al calce, pero es un buen libro, especialmente para enseñar a los niños y jóvenes. Fácil de leer e interesante.
Véase los prefacios de los libros de Calvino publicados en español.
Hay información disponible en varios sitios por medio del “Internet”.

“Hay dos cosas que están unidas… la enseñanza y la oración; Dios quiere que aquel a quien Él ha colocado como maestro en su iglesia sea alguien asiduo a la oración.”— Juan Calvino
Citas Edificantes – preparadas por Salvador Gómez

Cita de Pierre Marcel del libro Juan Calvino, profeta contemporáneo, editado por J T Hoogstra
«Es conveniente que aprendamos a vivir y a morir humildemente» (Com., Gen. 11:4).
«Demóstenes, el orador griego, cuando se le preguntó respecto a cuál era el primer precepto de la elocuencia, respondió que era la buena pronunciación. Cuando se le preguntó por el segundo, respondió lo mismo y así para el tercero. Así —dijo San Agustín—, si me preguntáis respecto a los preceptos de la religión cristiana, responderé que el primero, el segundo y el tercero son la humildad» (Inst., II, ii, 1).

Bibliografía y referencias útiles.

Libros.

Websites.
Wikipedia, en español.
http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Calvino
También en inglés:

http://www.biografas.blogspot.com/
http://biografas.blogspot.com/2007/05/juan-calvino.html

Encarta, en español
http://es.encarta.msn.com/encyclopedia_761570916/Juan_Calvino.html

Parte 2
Ginebra, Estrasburgo y Ginebra hasta la muerte (1536-1564)

En Ginebra Calvino buscó la verdadera reforma de la iglesia en su organización eclesiástica así como una reforma moral y social. Publicó una formula breve de doctrina, y un catecismo. Después de un año logró que la ciudad y el pueblo aceptaran las doctrinas básicas y la disciplina de la religión cristiana (Beza, p27).

Las autoridades civiles iban elaborando leyes contra la inmoralidad de varios tipos y eso le causó oposición a Calvino, porque a él le echaron la culpa. En 1538 el Concejo de la ciudad tomó dos decisiones (véase Irwin, p33).

Que no se excluyera a nadie de la Cena del Señor. Con esa regla acabaron con la disciplina en la iglesia, cosa que Calvino, distinto a Lutero, veía como una marca de la verdadera iglesia (predicación sana del evangelio, administración correcta de las ordenanzas y disciplina bíblica). Lutero estaba contento de predicar y administrar las ordenanzas y luego de orar para que el Espíritu Santo aplicara la Palabra. Calvino creía que los pastores tienen que buscar la santidad de la iglesia y la disciplina que la Biblia enseña.

La otra decisión del Concejo fue, Que el modo de celebrar la Cena del Señor fuera el adoptado en Berna. Con esa decisión el Concejo pisoteó la independencia de la iglesia y la confesión de que sólo Jesús Reina en su iglesia por medio de los que Él puso en ella. El problema no era con el modo de celebrar la Santa Cena en Berna, porque para Calvino ese asunto era indiferente. El problema es que el Concejo se apoderó de la autoridad en la iglesia y esto, para Calvino y los otros pastores era inaceptable.

Calvino y sus colegas rehusaron someterse a esas directrices del Concejo. El Concejo les prohibió predicar, pero él y Farel predicaron, aunque no celebraron la Cena, no por el tipo de pan, sino por el desorden que había y por eso dijeron, “Sería profanar un misterio tan santo administrarlo antes de que el pueblo estuviera mejor dispuesto,” citando como prueba las cosas que estaban pasando en la ciudad (Irwin, p34).

El Concejo se reunió el día siguiente, 23 de abril de 1538, y les condenó, dando a Calvino y a Farel tres (3) días para salir de la ciudad. (Véase Irwin, 34 y Beza 30)

Según las Actas de la ciudad su respuesta fue, “¡Muy bien! Si hubiéramos sido siervos de los hombres, nos consideraríamos muy mal recompensados; pero servimos a un gran Maestro, el cual nos recompensará” (Beza, p30). Salieron inmediatamente (Irwin, p34).

Irwin (p35) cita una carta que Calvino escribió a Tillet 3 meses después, expresando su alivio, pero a la vez, sus dudas sobre la Voluntad de Dios. Calvino declaró que creía que Dios le había llamado a Ginebra. La carta señala una disposición de hacer la Voluntad de Dios aun si fuera tan difícil como había sido en Ginebra.

Desterrado de Ginebra, Calvino fue buscado por Martín Bucero de Estrasburgo en Alemania. Calvino dice en el prefacio a los Salmos (cita de Irwin, p36), “Hallándome en libertad y relevado de mi oficio, había pensado vivir en paz, sin tomar ningún cargo público, hasta que Martín Bucero, usando una reprensión y protesta semejantes a la que Farel había usado antes, me llamó a otro lugar. Aterrado por el ejemplo de Jonás, que él puso delante de mí, continué todavía en el oficio de maestro.”

Había una pequeña colonia de franceses protestantes que Calvino pastoreó además de enseñar teología. En esa iglesia pudo poner en práctica sus convicciones sobre la necesidad de la santidad en los miembros y la disciplina bíblica que tiene que ser un rasgo de la iglesia.

Allí en esa posición de profesor comenzó los estudios bíblicos que luego resultaron en las exposiciones de la Biblia, así como los valiosos comentarios que todavía están disponibles a los que quieren estudiarlos. Antes de morir, Calvino había escrito comentarios sobre todo el Nuevo Testamento excepto los libros de 2 y 3 Juan y Apocalipsis. En el Antiguo Testamento no llegó a comentar los libros de Salomón y algunos de los libros históricos (Warfield, p9).

En Estrasburgo le hicieron ciudadano y le trataron relativamente bien, aunque vivió con pocos recursos. Como sus cartas a Farel demuestran, hubo una vez cuando tuvo que vender algunos de sus libros. También tuvo que tomar huéspedes aunque eran pobres estudiantes y no pudieron pagar mucho (Irwin, p38).

En Estrasburgo buscó y con el tiempo halló una esposa. Parece que estaba persuadido de que era necesario y para ello buscó la ayuda de sus amigos, pero las primeras 3 recomendaciones no resultaron positivas. Finalmente, después de abandonar la búsqueda, apareció la que él necesitaba. Se casó con Idelette de Bure la viuda de un hombre creyente. Ellos habían sido desterrados de Bélgica por su fe protestante.

Se casó en 1540 y su vida matrimonial duró menos de nueve años. El único hijo que nació vivo duró poco tiempo. Calvino sintió profundamente esa pérdida pero escribió que el Señor le había dado miríadas de hijos, así fue consolándose con las enseñanzas del Señor. Al morir su esposa Calvino escribió a Viret, “Mi aflicción no es una aflicción ordinaria. He perdido la excelente compañera de mi vida (optima socia vitae, en latín), que caso de haber venido sobre nosotros la desgracia, hubiera compartido conmigo alegremente, no sólo el destierro y la miseria, sino la misma muerte. Mientras vivió fue una fiel auxiliadora en mi ministerio. Jamás experimenté por parte de ella el menor impedimento.” (Irwin, p38, 39)

En Estrasburgo hizo una edición de la Institución en francés; el comentario sobre Romanos y un tratado sobre la Cena del Señor, entre otras cosas.

Es Estrasburgo hizo la famosa carta a Cardenal Sadoleto. Ese hombre quiso atraer a la gente de Ginebra hacia la iglesia católica romana nuevamente y Calvino, por amor al Señor, al evangelio y a la gente de Ginebra que él amaba, contestó a Sadoleto en una carta famosa por la suavidad y manera atractiva en la cual trató de ganar al cardenal mismo a la fe.

Durante su tiempo en Estrasburgo participó en unas reuniones de aquellos que querían buscar más unidad entre las iglesias protestantes. En una ocasión conoció a Melanchton y su amistad fue duradera a pesar de algunas diferencias entre ellos. Calvino dedicó su Comentario sobre Daniel a Melanchton (Irwin, p39). Calvino y Lutero nunca se conocieron personalmente, pero parece que se mandaron saludos el uno al otro por medio de unas cartas. Calvino había criticado una posición de Lutero pero parece que los dos tenían buena voluntad y el deseo de tener alguna clase de amistad sin sacrificar sus convicciones.

Pero, no fue la Voluntad de Dios que Calvino se quedara en Estrasburgo. En Ginebra, sus enemigos habían caídos en problemas graves y los líderes se dieron cuenta de cuánto necesitaban a Calvino. Farel estaba comprometido con Neuchatel y Ginebra dirigió su atención hacia Calvino desde 1540.

Al principio Calvino, apoyado por Bucero, objetó. Dios había bendecido su ministerio en Estrasburgo. La iglesia francesa había prosperado. A Viret le escribió, “No pude leer una parte de tu carta sin reír. Es aquella en la que expresas tanta solicitud por mi prosperidad. ¿Y he de ir a Ginebra para asegurar mi paz? ¿Por qué no someterme a ser crucificado? Sería preferible perecer de una vez a ser atormentado hasta la muerte en aquella cámara de tortura. Si deseas mi bien, querido Viret, hazme el favor de no seguir dándome semejantes consejos.” Y a Farel le escribió también, “Siempre que pienso lo desgraciado que fui en Ginebra, tiemblo en todo mi ser interior cuando se me habla de mi regreso… Tengo que rogarte que me perdones si digo que temo aquel lugar como un lugar donde es imposible la paz y la seguridad.” (Véase Irwin, p41).

Sin embargo, los de Ginebra lograron convencer a Bucero, que no quiso dejar a Calvino en Estrasburgo, entendiendo que sería la Voluntad de Dios que Calvino volviera a Ginebra. Con gran humildad y sumisión al Señor, Calvino volvió a Ginebra en septiembre de 1541 después de un año de súplicas para que volviera. Ginebra le proveyó una casa y un sueldo suficiente para vivir sin grandes preocupaciones, pero no para enriquecerle. Estrasburgo mantuvo su ciudadanía y quiso continuar ayudándole económicamente, esperando que volviera a Estrasburgo en algún tiempo, pero Calvino dijo que no. [Al morir, sus posesiones valían como $170, según la Enciclopedia cristiana Schaff-Herzog (en un artículo escrito a principios del siglo XX). Así que sus enemigos que le acusaron de enriquecerse fueron desmentidos.]

En Ginebra, Calvino mantuvo sus luchas con los enemigos, y tiempos de peligro, pero poco a poco iba logrando las reformas que anhelaba en la iglesia.

Uno de los males que Calvino tuvo que enfrentar fue la interferencia de las autoridades civiles en los asuntos de la iglesia. Aun cuando había un acuerdo de que no iban a hacer tal cosa, había personas que querían obligar a Calvino y a los otros pastores a no disciplinar a los malhechores y a darles la Cena del Señor. En ese punto Calvino fue intransigente y declaró en un sermón que escogería más bien ir a la muerte antes que permitir a un profano tomar la Cena. En ese asunto el Señor le cuidó.

Aunque Calvino no creía que el Estado podía decirle a las iglesias como debían llevar la adoración y el ministerio, sí que pensaba que el Estado o los magistrados tienen el poder de juzgar y ejecutar a los herejes, por lo menos, algunos herejes, condenados y excomulgados por la iglesia. El caso más famoso que envolvió a Calvino es el de Miguel Servet.

Servet fue un español, un médico, que durante años había promulgado una doctrina anti-trinitaria (sabelianismo o modalismo según algunos o quizás peor según otros). Publicó un libro provocativo que promovía sus convicciones sobre el asunto. Servet había sido condenado por los católicos y le iban a matar pero de alguna manera logró escapar. Fue a Ginebra sabiendo que no sería bienvenido. Allí fue arrestado, acusado, condenado y quemado. Calvino tuvo una parte en el proceso, en la acusación. Él estaba de acuerdo en que Servet merecía la muerte. Pero Calvino no quiso que le quemaran y sugirió que le decapitaran. Los jueces hicieron caso omiso de su sugerencia y Servet murió en la hoguera el 27 de octubre de 1553. Muchos han usado el caso de Servet para condenar a Calvino (hasta algunos católicos, pero como hipócritas). Sin embargo, debemos reconocer que en aquel tiempo esas cosas eran comunes y corrientes. Con la luz y entendimiento que tenemos ahora, no creemos que estuviera bien hecho, sin embargo debemos reconocer la realidad de que Calvino en ese asunto fue un hombre de su tiempo. Servet hubiera sido condenado en casi cualquier sitio del mundo europeo en aquella época, porque era un hombre desafiante y arrogante que condenaba a las iglesias que aceptaban la doctrina ortodoxa de la Trinidad. Casi todos los líderes protestantes estaban de acuerdo con lo que sucedió.

Después de muchos años, finalmente en 1555 Calvino logró que el gobierno de Ginebra reconociera y aceptara la autoridad de la iglesia en asuntos que pertenecen a la iglesia. Aunque Calvino nunca vio la relación de iglesia y Estado como nosotros que vivimos en los EEUU, sin embargo vio verdades no reconocidas en aquel tiempo. Lo que Calvino comenzó condujo a las iglesias hacia una separación del Estado en un sentido importante. Con el paso del tiempo resultó en una independencia bíblica.

Calvino trabajó incansablemente toda su vida. Quizás su trabajo esforzado le causó que tuviera tantos quebrantos de salud, pero a pesar de su mala salud, no se detuvo. Tenía dolores de cabeza y problemas estomacales. Durante años, según Beza, solía comer una sola vez al día, y tampoco dedicaba mucho tiempo al sueño. Sus secretarios se casaban antes que él muchas veces.

Con esta presión llegó un momento en que no pudo más. No pudo predicar después del 6 de febrero de 1564. El 25 de abril hizo su testamento. El día siguiente se reunió con los 4 síndicos de la ciudad y los senadores para dirigirles unas palabras finales. El 28 de abril reunió a los pastores para darles una palabra final. Vivió un mes más. El 19 de mayo se sentó a la mesa con algunos pastores en la que sería su última vez. Después de eso no pudo levantarse de su cama y finalmente el día 27 de mayo de 1564, después de ese último tiempo de lucidez que muchos experimentan antes de morir, Calvino suspiró tranquilamente y así partió de esta vida a otra mejor, como esperamos, en la presencia del Señor a Quien sirvió fielmente hasta el fin. Según su petición, Calvino fue sepultado como cualquier otro creyente: sin pompa, en el cementerio común y sin que se especificase el lugar de su sepultura.

Hay muchas cosas prácticas que podemos observar en la vida y carácter de Calvino. Vemos que Calvino amaba el estudio, la literatura, el escribir, pero crucificó sus preferencias y deseos para cumplir lo que creía que era la Voluntad de Dios.

Dedicó gran parte de su tiempo a la enseñanza y a la predicación de la Palabra de Dios. Dedicó mucho tiempo a la organización y disciplina de la iglesia. Había reuniones semanales entre los pastores para tratar asuntos de la iglesia.

Introdujo la música congregacional en la iglesia usando un salterio que fue hecho mediante sus exhortaciones y esfuerzos prácticos.

El mismo dijo que era tímido, pero sabemos que no era cobarde. Expuso su vida más de una vez por amor al evangelio, predicando en varios lugares antes de llegar a Suiza y aun como pastor mostró su valentía.

Por ejemplo, una vez durante una epidemia, según Beza (p44), Calvino se ofreció ministrar a los que se estaban muriendo. El Concejo no le permitió hacerlo, pero estaba dispuesto. En otra ocasión, desafió al Concejo que había ordenado que todos los que quisieran podrían tomar la Santa Cena. Como ya vimos, por esa causa fue desterrado. Luego, también declaró lo que vimos arriba que preferiría morir antes de dar la Cena del Señor a un profano. En otro tiempo de turbulencia Calvino pasó entre una muchedumbre ruidosa y peligrosa para tratar de establecer la paz.

Calvino enfatizó mucho la necesidad de la humildad y la oración en la cual la humildad se ve.

Calvino no fue avaro o codicioso, sino que estuvo contento con lo que tenía. Cuando murió era obvio que no había acumulado mucho. Para poder dar a sus sobrinos una herencia, tuvieron que vender sus libros y pertenencias. Después de vender todo, el total fue lo que mencioné antes.

Calvino era un trabajador incansable. Enseñaba y predicaba varias veces a la semana. Escribió el equivalente a 60 tomos de libros. Además de la Institución que él revisó varias veces hasta la última edición en latín en 1559 cuando llegó a ser 5 veces más grande que la edición original, Calvino escribió comentarios sobre gran parte de la Biblia. Publicó folletos. Escribió muchísimas cartas (como 4000 han sido preservadas).
Publicaron muchos de sus sermones. Nótense arriba lo que Beza agregó, que sus secretarios se agotaban antes que él.

Dijimos ya que su salud no era buena. Solía comer una sola vez al día. Pero nada fue un impedimento a su diligencia en el trabajo.

Además de su trabajo de enseñar, predicar y cuidar la iglesia; además de su trabajo literario; Calvino tenía mucho contacto con los refugiados y perseguidos de Francia, Italia, España, Holanda, Inglaterra y otros lugares, mostrándoles hospitalidad. En Ginebra había congregaciones de personas de habla inglesa, italiana y española. Sabemos que Calvino ejerció una influencia grande en John Knox de Escocia quien estuvo por un tiempo en Ginebra en los días de Calvino.

Sufría sabiendo las cosas que pasaban en aquellos lugares. Varias de sus cartas son de consuelo y consejo a personas que sufrieron grandes aflicciones de diferentes índoles, desde la muerte de hijos hasta la pérdida de bienes y familiares y amigos por la persecución de la Inquisición.

Aun trató de comenzar una misión en Brasil, pero el hombre que iba como líder no resultó y el proyecto fracasó (véase la historia del fracaso dirigido por Nicolás Durand deVillegagnon en Schaff-Herzog Encyclopedia, y/o otras fuentes).

Según Beza, tenía una tremenda memoria. Se acordó de las personas que conoció. Si era interrumpido en su trabajo, sabía exactamente donde estaba al volver a su trabajo.

Pero, sobre todo, sus amigos y feligreses reconocieron que era un hombre temeroso de Dios, dedicado a Él y a la causa del evangelio. Irwin nos da una lista de cosas que para él fueron sobresalientes (en el capítulo sobre “El carácter de Calvino”, 43ss): fe, oración, valentía, abnegación, simpatía, diligencia en el trabajo, que encerraba hasta el trato personal pastoral. Él creía en el valor de las visitas pastorales.

Irwin nos da una traducción de Beza (véase Beza, p114ss; Irwin, p51):

Aunque la naturaleza había dotado a Calvino con cierta seriedad digna, tanto de modales como de carácter, nadie era más agradable que él en la conversación ordinaria. Podía soportar de una manera admirable las faltas de otros, cuando procedían de mera flaqueza; así, nunca avergonzó a nadie por inoportunas reprensiones, ni desalentó a ningún hermano débil; pero, por otro lado, nunca pasó por alto ni trató con liviandad el pecado voluntario… Su temperamento era naturalmente colérico, y su activa vida pública había tendido mucho a desarrollar esta falta; pero el Espíritu de Dios le había enseñado a moderar de tal modo su ira, que nunca se escapó una palabra indigna de un varón justo. Mucho menos cometió nunca una injusticia hacia otros. Era solamente cuando la cuestión concernía a la religión, y cuando tenía que contender contra pecadores endurecidos, cuando se permitía moverse y excitarse, traspasando los límites de la moderación… Habiendo sido testigo durante dieciséis años de sus trabajos, he trazado la historia de su vida y de su muerte con toda fidelidad; y testifico ahora sin vacilación que todo cristiano puede encontrar en este hombre el noble modelo de una verdadera vida y muerte cristiana; un modelo, sin embargo, tan fácil de falsificar como difícil de imitar.

Los libros que he utilizado aparte de porciones de los escritos de Juan Calvino son:
En inglés:

Calvin and Augustine, por B. B. Warfield, Presbyterian and Reformed Publishing Company, Philadelphia, 1956. Especialmente el primer capítulo “John Calvin: The Man and His Work.

The Life of John Calvin, un pequeño libro escrito por Teodoro Beza, un contemporáneo de Calvino, amigo íntimo durante 16 años. Ese libro es una fuente original. La copia que tengo es una reimpresión “reprint” de Back Home Industries, Milwaukie, OR, 1996. Es “reprint” de una edición hecha por Calvin Translation Society, 1844 en Edinburgh, Scotland.

An online version is available: http://www.godrules.net/library/calvin/143calvin0.htm

Schaff-Herzog Encyclopedia of Religion, véase Calvin, John. (CCEL).

En español:

Juan Calvino: su vida y su obra, por C H Irwin. Traducción de un libro publicado en 1909. La copia que usé fue publicado por CUPSA en México, 1981, segunda edición. CLIE tiene una edición actual. Sería más útil si tuviera más y mejores referencias a sus fuentes, pero el libro es reconocido como bueno. En el capítulo sobre “Calvino como maestro de religión”, el autor muestra que no es muy “calvinista” y trata de hacer una síntesis entre el calvinismo y arminianismo.

Juan Calvino: profeta contemporáneo, compilado por Jacob T. Hoogstra. TSELF, Grand Rapids, 1974. Catorce (14) escritos por 14 eruditos diferentes presentando varios aspectos de la humanidad, pluma e importancia del “profeta” Calvino. Excelente documentación de las fuentes. (Disponible gratis en PDF.)

Calvino, Antología, presentación y selección Dr. M Gutiérrez Marín, Producciones Editoriales del Noresteste (PEN), Barcelona, 1971. Básicamente este libro contiene escritos de Calvino mismo, con unas observaciones útiles.

Así fue Calvino, Thea B. Van Halsema, Libros Desafío, Grand Rapids, 1998 (primera edición por TELL, 1966). Contiene muchos hechos históricos, pero con muchos detalles añadidos por la imaginación de la autora, describiendo posibles pensamientos y también lo que una persona hubiera visto, basado en el conocimiento general de aquellos tiempos. No hay notas al margen, pero es un buen libro, especialmente para enseñar a los niños y jóvenes. Fácil de leer e interesante.

Véase los prefacios de los libros de Calvino publicados en español.

Hay información disponible en varios sitios por medio del “Internet”.

“Hay dos cosas que están unidas… la enseñanza y la oración; Dios quiere que aquel a quien Él ha colocado como maestro en su iglesia sea alguien asiduo a la oración.” — Juan Calvino

Citas Edificantes – preparadas por Salvador Gómez

Cita de Pierre Marcel del libro Juan Calvino, profeta contemporáneo, editado por J T Hoogstra
«Es conveniente que aprendamos a vivir y a morir humildemente» (Com., Gen. 11:4).
«Demóstenes, el orador griego, cuando se le preguntó respecto a cuál era el primer precepto de la elocuencia, respondió que era la buena pronunciación. Cuando se le preguntó por el segundo, respondió lo mismo y así para el tercero. Así —dijo San Agustín—, si me preguntáis respecto a los preceptos de la religión cristiana, responderé que el primero, el segundo y el tercero son la humildad» (Inst., II, ii, 1).

Otras referencias útiles en español.

Websites.

Wikipedia, en español.
http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Calvino
http://www.biografas.blogspot.com/
http://biografas.blogspot.com/2007/05/juan-calvino.html
Encarta, en español
http://es.encarta.msn.com/encyclopedia_761570916/Juan_Calvino.html

Algunas fechas importantes en la vida de Juan Calvino (Jean Cauvin/Johannes Calvinus):

1509 Nació en Noyon, Picardía, Francia, el 10 julio.

1523 Fue a París para estudiar (14 años).

1528–29 Fue a Orleáns y Borges para estudiar leyes (derecho).

1531 Padre de Calvino (Gerardo) murió.

1532 Publicó su primera obra, un comentario sobre De Clementia por Séneca.

1533 Calvino y Nicolás Cop huyen de París. Cerca de este tiempo tiene lugar su conversión.

1534 Calvino renunció los beneficios de la Iglesia Católica (fue encarcelado brevemente).

1535 Escribió una introducción para una traducción de la Biblia en francés, hecho por su primo Roberto Pierre (Olivetan) quién trabajó entre los Valdenses.

1536 Sale la primera edición de la Institución de la religión cristiana (en marzo, en latín).

1536 En agosto, Farel persuadió a Calvino para que se quedara en Ginebra.

1538 Calvino y Farel desterrados de Ginebra. Fue a Estrasburgo. Sirvió como pastor de una iglesia de refugiados de Francia. Enseñó teología en cooperación con Martín Bucero.

1539 Calvino respondió a Cardenal Sadoleto el cual quería que Ginebra volviera a Roma.

1540 Publica el comentario sobre Romanos. Se casó con Idelette de Bure en agosto.

1541 Calvino volvió a Ginebra, 13 septiembre. Tiene su propia casa, no muy grande, pero con jardín y una vista al lago. Tiene un sueldo fijo. Su primer sermón no era de reprensión, etc., sino la continuación de la exposición que tuvo que dejar cuando fue desterrado.

1542 Su hijo Jacques nació y murió. (Otros dos nacieron muertos en diferentes años.)

1549 Idelette murió. Consensus Tigurinus (acuerdo doctrinal sobre la Santa Cena).

1553 Servet ejecutado por su herejía anti-Trinitaria (Calvino fue el “fiscal”). Servet pensó que los libertinos iban a soltarle y a perseguir a Calvino. Se portó muy mal. Casi todos los líderes reformados estaban de acuerdo con la sentencia. Los católicos le habían condenado antes pero escapó de sus manos y fue quemado en efigie.

1559 Establecimiento de la Universidad de Ginebra. Edición final de la Institución.

1564 Predicó su último sermón el 6 de febrero. Murió el 27 de mayo. El lugar de su sepultura no está identificado.

Fuentes:
http://www.ctlibrary.com/ch/1986/issue12/1215.html
http://www.reformationtours.com/site/490868/page/669536#timeline
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