Revisión de Fahrenheit 11/9

Fahrenheit 11/9 es la mordaz crítica de Michael Moore a Donald Trump, pero es más intensa por la crisis del agua en Flint.

En los albores de una presidencia estadounidense muy diferente a la que estamos viviendo hoy, Michael Moore produjo el documental Capitalismo: una historia de amor (2009), que entre su indignación por el colapso económico del año anterior todavía encontró un optimismo esperanzador e incluso alegre sobre la elección de Barack Obama. Al hacer comparaciones favorables entre ese presidente y Franklin Roosevelt, Moore tenía una perspectiva optimista sobre el futuro. no tienes que ver Fahrenheit 11/9 No es fácil saber por qué esa disposición se ha agriado, pero Moore seguramente divertirá (y horrorizará) a quienes están en los basureros políticos a medida que su nación pierde lentamente su alma.

Debutando en la noche inaugural de TIFF, Fahrenheit 11/9 es muchas cosas, incluida aparentemente una secuela de la deconstrucción de la era de George W. Bush que rompe el espíritu de la época de Moore en Farenheit 9/11. Sin duda es la acusación de Moore contra el presidente Donald Trump y la pesadilla de un líder estadounidense que declara la guerra a la prensa mientras adula a Vladimir Putin, y también es una desafortunada comedia de costumbres que detalla la locura mutua del Comité Nacional Demócrata y los medios de comunicación. sobre la lenta marcha de Trump hacia la Casa Blanca. Pero en el mejor de los casos, actúa como una pseudo-secuela de los mejores y anteriores documentos de Moore: Roger y yo (1989) y Bolos para Columbine (2002). Porque es cuando Moore reemplaza su sombrero de pesimismo por uno adornado con los colores de la defensa y la furia local que pinta un cuadro nuevo, aunque trágicamente familiar.

Para estar seguro, 11/9 tiene mucho que decir sobre Trump. La apertura en sí es un contraste de proporciones casi dickensianas, yuxtaponiendo el buen humor de los demócratas en vísperas de las elecciones de 2016 (subrayado por el himno adolescente de Rachel Platten “This is Our Fight Song”) y la implacable severidad de los republicanos que han estado cantando durante meses “enciérrenla” (Moore indica su llegada con la demoníaca voz de Jerry Goldsmith Presagio tema). Sin embargo, la mayor parte del ataque inicial de la película contra Trump es una colección de los peores momentos del presidente número 45: el racismo flagrante al decir que los inmigrantes mexicanos son violadores en su primer discurso de campaña; la incómoda relación que el Don tiene con la niña de sus ojos, su hija Ivanka; y cómo el primer año de su presidencia ha sido una ganancia inesperada para los multimillonarios.

Sin embargo, si bien todo esto se presenta con la confiable y alegre narración sardónica de Moore, su valor de entretenimiento no disipa la sensación de haber visto todo esto antes, y todas las noches en las noticias. La película real que Moore está interesado en hacer (y que comprende la mayor parte del tiempo de ejecución) se centra en la crisis del agua de Flint, Michigan, que ha sido desplazada de las portadas pero continúa. Y lo seguirá siendo durante la vida de muchos niños. El cineasta regresa a su estado natal y establece paralelismos entre el gobernador de Michigan, Rick Snyder, y Trump, incluido cómo este último visitó a Snyder en 2013, cuando entonces sólo era el líder del fanatismo de Birther, para maravillarse con la privatización de los servicios públicos. que fueron confiscados bajo el pretexto de “gestión de emergencias”.

Moore incluso entrevista a una mujer a quien el estado ordenó mentir sobre los niveles de plomo registrados en la sangre de los niños que ella analizó durante el primer año del encubrimiento. Ella se resistió y fue despedida, y su revelación a Moore es aún más aterradora ahora. Con una reserva tan contaminada, es fácil ver por qué Moore la usa para alimentar su ira durante el resto de la película, que a veces puede ser confusa, confusa y esporádica, aunque siempre apasionante.

Cada una de las películas de Moore da grandes saltos a través de la historia y la política, pero pocas son tan libres como 11/9una película que salta de Snyder a encontrar consuelo en que los estudiantes de Parkland tomen la iniciativa de combatir a la NRA después de que los adultos con los que Moore no logró avergonzarse y tener decencia. Aguileña seguir siendo cómplice; luego pasa a una desesperación justificable porque Obama no envió la Guardia Nacional a Flint; e incluso encuentra tiempo para mimar, de manera menos justificada, a los partidarios de Bernie Sanders que optaron por quedarse en casa la noche de las elecciones. En retrospectiva, esto suena cada vez más desafinado considerando que Moore presenta a Trump en su película un canto en latín de “¡Salve, Satanás!”

En medio de todos estos elementos, el cineasta sigue sacando buen provecho de sus típicas acrobacias grandilocuentes, que en este caso incluyen intentar realizar un arresto ciudadano del gobernador de Michigan y luego intentar que su portavoz beba un vaso de agua. de Flint después de afirmar que los niveles de plomo están bien. Pero a pesar de todo su alarde, obtiene más beneficios de las escalofriantes ideas de un hombre como Ben Ferencz, el líder del derecho internacional de 99 años que a la edad de 27 procesó a los ___s en Nuremberg. Para que conste, Ferencz es el tema de un documental mucho más reflexivo y esclarecedor que también se proyecta en TIFF: el fantástico documental de Barry Avrich. Persiguiendo el mal.

Aun así, en el punto más bajo de un valle social en el que Moore ha estado registrando nuestro descenso durante décadas (desde roger a Trump), no es difícil compartir su incredulidad de que las cosas siguen empeorando, así como su escalofriante contraste entre la deferencia del establishment hacia Trump complementada por el “documento de registro” que sugería en 1933 que Adolf Hitler nunca perseguiría a los judíos de Alemania. población. Sin duda, las comparaciones con Hitler alterarán las plumas… de aquellos que no se dan cuenta o ignoran deliberadamente los titulares de los últimos dos años. Moore ha hecho un llamado de atención. Es ruidoso, llama la atención y galvanizará a los conversos. También es poco probable que entre en el espíritu de la época dominante como lo hizo el primero. Fahrenheit lo hizo, aunque sólo sea por la gran parte de lo que documenta ya está en las redes sociales.

Sin embargo, proféticamente situado en la cima de lo que la izquierda espera que sea una ola azul, 11/9 probablemente tendrá el efecto deseado en su público objetivo, y seguramente inspirará más prisas por ir a las urnas que muchos de los temas de conversación del Comité Nacional Demócrata que Moore se deleita en ensartar.

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Fahrenheit 11/9 abre en todo el país el 21 de septiembre.

David Crow es el editor de la sección de películas de BestyGame. También es miembro de la Sociedad de Críticos de Cine Online. Lea más de su trabajo aquí. Puedes seguirlo en Twitter @DCrowsNest.