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Código Enigma: ¿qué es y cuál fue la historia real detrás de Alan Turing? | Radio Fórmula
La máquina Enigma fue usada por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, y cuando los aliados buscaron derrotar a Hitler, Alan Turing fue quien logró descifrar su código secreto.
Enigma tenía cinco rotores que variaban cada vez que una tecla se pulsaba, por lo que cada letra del abecedario tenía varias posibilidades. Para Alemania, la máquina era indescifrable, por lo que cambiaban la posición de los rotores una vez al mes para enviar mensajes encriptados. Sin embargo, Turing, nacido en 1912 en Londres y formado como matemático, ayudó a desencriptar el código alemán.
Para tal propósito, Turing diseñó junto a Gordon Welchman, su colega en Cambridge, su propia máquina, que serviría después como base para las computadoras. Con ella, a través de análisis matemáticos, podían determinar cuáles eran las posiciones factibles de los rotores. En Bletchley Park, Gran Bretaña, comenzaron a descifrar mensajes de los alemanes, con lo que pudieron ayudar a la defensa de Inglaterra.
La vida de Alan Turing
Más allá del código Enigma, la vida de Alan Turing estuvo llena de rompecabezas, que después lo llevarían a la muerte.
En 2014, la cinta “The imitation game” recreó algunos momentos de la vida de Turing que lo llevaron no sólo a pasar a la historia por ayudar a vencer a los alemanes, sino como uno de los homosexuales a quienes la reina misma tuvo que pedirle perdón.
Turing era un hombre gay y en aquel entonces la homosexualidad era considerada no sólo ilegal, sino criminal. En sus años de juventud, Alan se enamoró de otro chico llamado Christopher Morcom, quien tras su muerte se convirtió en inspiración para el matemático.
Cuando creció, Turing nunca volvió a enamorarse. En cambio, se apasionó con las máquinas, a tal punto que creó las máquinas Turing, predecesoras de las computadoras.
Años después de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Inglaterra lo condenó por su homosexualidad y lo condenó a una castración química. Dos años más tarde, Alan Turing se suicidó con cianuro que vertió en una manzana.
