Dirección: Fito Páez
Reparto: Cecilia Roth, Gael García Bernal, Luis Ziembrowski, Chunchuna Villafañe, Carola Reyna, Héctor Alterio
Título en V.O: Vidas privadas
Nacionalidad: Argentina, España Año: 2001 Duración: 96 Género: Drama Color o en B/N: Color Guión: Fito Páez, Alan Pauls Fotografía: Andrés Mazon Música: Rodolfo Gandini
Sinopsis: Después de 20 años fuera de Argentina, Carmen Uranga (Cecilia Roth) regresa al hogar a causa de la enfermedad de su padre (Héctor Alterio). La sensación de que un secreto planea sobre la familia intriga a la hermana menor, Ana (Dolores Fonzi), que, espiando a Carmen, descubre que esta mantiene un idilio con un joven, Gustavo (Gael García Bernal). Ignora que es un gigoló contratado por Carmen para satisfacer su peculiar necesidad sexual.

Crítica

StarStarStarStarStar

Mucho valor (y seguridad en sí mismo) debe tener el músico y compositor Fito Páez para iniciarse en la dirección del largometraje con unfolletón de las características de "Vidas privadas". Porque se trata no ya de un melodrama con ribetes de tragedia griega -Edipo, para más señas-, sino de un enfebrecido culebrón en el que la interpretación, música -una música, la de Rodolfo Gandini, que subraya de forma redundante los perfiles más chirriantes de la acción- y fotografía se unen en un desesperado intento de llevar al espectador al límite de sus sentimientos.La figura de Carmen Uranga (Cecilia Roth), una mujer secuestrada y torturada por la dictadura militar y posteriormente exilidada en España, que vuelve a la Argentina después de 20 años ante la grave enfermedad de su padre (Héctor Alterio), y las tensas relaciones que mantiene con su madre (Chunchuna Villafañe, una dama de otoñal pero fascinante atractivo, prototípica de la alta burguesía argentina); su hermana pequeña (Dolores Fonzi), que ignora lo que sucedió años atrás; el médico de familia (Luis Ziembrowski), que compartió prisión con ella, y un jovencísimo gigoló (Gael García Bernal, que vuelve a aformarse cono la promesa más sólida de la última generación de intérpretes) al que contrata para oírle hacer el amor mientras ella se masturba en la habitación contigua, vanconformando una historia de tono enloquecedor que culmina en una arrebatadora apoteosis de desgarro y muerte.Sin el menos asomo de ironía ni de sentido del ridículo, creyendo en el carácter testimonial de un ofuscado folletín que nada tiene que envidiar a las más excesivas fotonovelas, Páez consigue, sin embargo, trascender a la ínfima calidad de los materiales que utiliza hasta alcanzar la depuración de una auténtica cosmogonía. >>Para incondicionales del folletín.Lo mejor: las interpretaciones de Gael García Bernal y de Chunchuna Villafañe.Lo peor: la falta de clímax final.