Mientras saborea el café con chocolate lee la frase estampada en la pared: “Qué hago yo pensando en el río de la vida que sigue fluyendo”.
La noche abierta y esplendorosa, embebida de la luna en tauro y fulgurante de estrellas, es su cúpula mágica, su protección contra las alimañas y los insectos.
Ahora reúne el placer y degusta a un mismo tiempo el café y la frase; suena Joni Mitchell a través de los parlantes y su alma se enciende, irradiando su luz hacia el oeste tapizado de verdades y presencias luminosas.
Regresa su vista perdida en el ensueño hacia la frase en la pared; el río se ha vuelto azul y gotas de agua transparente mojan su nariz asombrada.
Motivada Dios sabe por qué encanto, se zambulle de lleno en el remolino de la O del río, para comprobar instantes después que el agua está tibia y la acuna.
Suave, despejada, alineada a sí misma y absolutamente confiada en el devenir de las aguas, es depositada con dulzura en las orillas de la pequeña isla. La playa está cubierta de brillantes algas verdes y se alza frente a sus ojos una montaña azul dibujada de enredaderas florecidas.
Respira profundo, su pecho se ilumina. Tal vez ya no recuerda su procedencia pero podría dibujar su ser más interior con todo detalle. Le alcanza con la memoria que la reúne con su esencia, con su aroma peculiar.
Allí sentada sobre la fina arena blanca ve llegar a su anfitriona, vestida de celeste y jazmines.
Bienvenida a Sartiks, Agustina. ¿Podría ofrecerte algo para que estés completamente a gusto?
Ya lo estoy, -responde- Este sitio es realmente bello.
Finas arrugas surcan el rostro y las manos de la anfitriona, sonríe.
Ve la placidez de Agustina, que ya parece formar parte del paisaje y se sienta a su lado, aun jugueteando con la flor que trae entre sus manos.
- Fue placentero el viaje? .- pregunta.
Si, una maravillosa forma de viajar que desconocía.
La anfitriona se siente confundida; Agustina no la interroga sobre lo sucedido ni le hace preguntas, cosa usual en estos casos. Extrañamente es ella quien continúa preguntando. - Sabes quien soy?- dice tímida.
Agustina sonríe primero y luego se suelta y ríe.
Claro!, basta con mirarte a la cara amiga, sos mi futuro,
Aha, y no han surgido preguntas en tu alma intrépida ante este encuentro, querida?
En absoluto. Algunos de mis pasados tuvieron en ocasiones encuentros con sus futuros.
Agustina hace silencio y mira a su anfitriona detenidamente.
- Me hace feliz verte amada mía, tu expresión es feliz y apacible.
Entre ellas corazón a corazón, crece y madura plenamente su identidad, abriéndose tenue como una rosa, esa nota particular que solo el silencio que las reúne puede cobijar.
- Cuántos años tenés?- pregunta acariciando sus cabellos plateados?
- 83, -responde orgullosa.
Cada uno de esos años anhela contarle a Agustina el motivo del encuentro, así que sin dar más rodeos le ofrece el regalo que tiene para ella.
- Querida, -comienza a decir sonriente; te aseguro que he vivido historias dignas de ser contadas, he conocido seres que anhelarían ver las multitudes, he visto milagros indecibles y a mi edad te confieso, albergo secretos de poder y sabiduría.
Agradezco cada día esta existencia que siempre recuerda ser muy generosa conmigo. En mi mundo soy una guía de meditación y es por eso que he podido hallarte. Decidí dar a conocer mi historia y entonces surgió inmediatamente el deseo de que seas vos quien la escriba. Que te parece mi propuesta?, - concluyó con ojos centellantes.
Agustina quedó por primera vez impactada, desde el inicio de la inusual experiencia.
- Pero para eso deberías contarme mi propio futuro. Qué sentido tendría seguir viviendo?- preguntó confundida.
- Querida amiga, cómo podés pensar que yo podría ser tan injusta con vos? De ningún modo. Te lo explicaré y sé que comprenderás rápidamente. Yo soy uno de tus futuros alternativos, aunque como bien has indagado, no soy el único. Sabes que en cada paso que damos están contenidas las infinitas posibilidades, y que debido a ello navegamos entre futuros infinitos. Cada decisión que tomas se asemeja a la rama de un árbol que abre a su vez nuevas ramas, a través de las cuales se expanden tus experiencias. Cada una de ellas cambia el curso de tu historia; el trabajo que tomaste, el que no, el ómnibus que perdiste una tarde, ese sitio al que decidiste ir, el hombre que está a tu lado, el que no. Comprendes?
Actualmente y sin notarlo estás escribiendo sobre el río uno de tus futuros posibles. Ciertamente el resultado no será un libro sino tu propia vida. Lo que te propongo es la espacialísima oportunidad de que escribas de manera conciente dos versiones diferentes de tu historia, una sobre el agua de la vida, que fluye para llegar algún día hacia el océano, y otra sobre el papel. Tu historia y la mía, el fruto de tus elecciones y las mías.
Agustina continuaba muda; ante sus ojos se abría la infinidad de las posibilidades de manera más concreta que había soñado. Sabía que si aceptaba lo que la anfitriona le ofrecía, su vida daría un vuelco decidido hacia la madurez y el conocimiento.
El logro de la unidad, todos somos parte de la misma verdad, todos los seres vivientes somos maravillosas e irrepetibles versiones del Uno. Aceptar significaba realizar que aún un solo ser humano es tan solo una versión de sí mismo, pero acompañado de versiones infinitas.
-Querida, - interrumpió la anfitriona-, te estoy entregando una llave valiosa, y eso es realmente mi profunda intención. Quiero darte la llave que abre las puertas del desapego. Detrás de ella se encuentra el paisaje más bello y amoroso que hayas podido soñar.
Quien logra el desapego tiene en el mundo en sus manos porque con ese logro, el feroz egocentrismo que padecemos los humanos queda completamente derrotado. Nunca más serás esclava de tu historia.
Agustina pareció despertarse de repente y dijo:
- Me estás ofreciendo la liberación?
- Claro, mi querida! Bastará con que uno de nuestros futuros se libere, para que el alma alcance el paraíso. Se liberará nuestro infinito registro de posibilidades, exclamó completamente feliz.
- Por qué me elegiste a mi entre todos tus pasados?
- Por varias razones. Sos quien ha desarrollado el don de la palabra y además sos especial, no creo que muchos de mis pasados se hubieran animado a mirarme a la cara. Yo te ayudaré a que estés conciente de las dos historias paralelas a medida que escribas, porque esa es la segunda parte del trabajo.
Mis conocimientos de meditación ayudarán. El libro se publicará en Sartiks. Confío en tu talento porque se de la sutileza de tus emociones. Sé que no me equivoqué al elegirte.
La anfitriona sonrió diciendo.
- No sé quién más que vos podría haber descubierto que la O sobre la pared encerraba nada menos que un río.
- Cómo me contarás tu historia? Seguiré viajando hasta aquí?
- No, mientras dure la experiencia habrá dos seres viviendo en tu corazón. De ese modo siempre estaremos unidas.
Agustina y su futuro se abrazaron entrañablemente. Sus luces quedaron por siempre selladas con la marca que deja en su estela, el verdadero amor.