Críticas de Life Aquatic (2004) - FilmAffinity
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Life Aquatic

Comedia Tras preparar un plan para vengar la muerte de su colega a manos de un mítico tiburón blanco, el oceanógrafo Steve Zissou (Bill Murray) recluta a una tripulación que incluye a su esposa (Anjelica Huston), a una periodista (Cate Blanchett) y a un joven que podría ser su hijo (Owen Wilson). (FILMAFFINITY)
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Críticas 72
Críticas ordenadas por utilidad
12 de mayo de 2005
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo sinceramente que podrían haberla dirigido los propios Monty Python, comparte con estos su humor desenfrenado, transgresivo, muchas veces surrealista pero sobre todo un humor original, aunque Wes Anderson añade bastantes más temas de fondo que hacen que la peli pase de una hilarante situación a un momento más tierno y serio, resumiendo: estamos, para mi, ante una de las peliculas del año que no hay que dejar de ver, porque como minimo sorprende, después de su visionado ¿a quien no le gustaría compartir aventuras con el capitan Zissou?, por otro lado Bill Murray vuelve a dar lo mejor de si ofreciendonos una interpretación memorable, y es que el señor Murray parece sentirse como pez en el agua.
elputomarlonbrando
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28 de mayo de 2005
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
"The Life Aquatic" es una película de "ambiente esquizofrénico", no esperes reirte solo por algún gag suelto o porque salga algún personaje gracioso (aunque salen muchos). Es la sutileza absurda que impregna todo desde el primer minuto lo que hace que la gracia la lleves por dentro y salga en forma de carcajada en las escenas marcadas por el tempo que el director ha querido dar a la película. Eso sí, este humor corre el riesgo de resultar indiferente y simplemente convertirse en una chorrada de 2 horas, todo depende del sentido del humor de quién la vea.
bono
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8 de mayo de 2006
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizá es porque no me esperaba mucho de esta película o porque me pilló en buen momento, pero desde principio a fin me ha parecido una de esas películas que se quedan grabadas en la retina durante mucho tiempo. Empezando por una estética impresionante y un desarrollo "diferente", la película está impregnada de toques de humor que la hacen quizá más interesante. La banda sonora, también diferente, contribuye a que el ambiente y la estética del film sean aún más especiales si cabe. Y un Bill Murray que, de nuevo, se sale.
En resumidas cuentas, pese a que el argumento no es el fuerte de la película, merece la pena verla. Si es que te gusta el cine.
valtuarte
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4 de julio de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
104/12(21/06/15) El cineasta texano Wes Anderson en su cuarto largometraje vuelve a explorar desde una óptica bizarra las relaciones familiares, como hizo en la anterior “Los Tennebaums”, y posteriormente volverá en “The Darjeeling Limited” y “Moonrise Kingdom”. El realizador ha creado un universo particular con su propia identidad, unos personajes disfuncionales, un humor barroco que mezcla la sonrisa con el drama, situaciones muchas veces surrealistas, y una puesta en escena muy cuidada, propia en muchos casos del comic, con encuadres muy medidos, con genuinos travellings y planos-secuencia brillantes, y en muchos casos utilizando los escenarios a modo de casa de muñecas con humanos, a esto se suman unprotagonistas perdedores, ello con elenco de actores recurrentes, Bill Murray, Jeff Goldlum, Anjelica Huston, Owen Wilson, Willem Dafoe, Jason Scchwartzman o Harvey Keitel forman parte de su clan. Un tipo de cine que o entras o tardas poco en dejarlo, que ha llegado al culmen (por ahora) en “El Gran Hotel Budapest”. En este caso escribe junto a Noah Baumbach (“El fantástico Mr. Fox”) un guión que parodia con mucho estilo y elegancia a las expediciones oceanográficas que se traducían en documentales que dirigía el francés Jacques Cousteau, y con un hilo argumental cercano a “Moby Dick”.

Steve Zissou (Bill Murray) es un oceanógrafo que hace documentales de sus expediciones marítimas, sus trabajos otrora de éxito ahora está en clara decadencia de público. Tras el último viaje su socio y gran amigo Esteban es atacado mortalmente por un tiburón-jaguar, y Steve organiza otra expedición para localizar a este extrañó ejemplar y vengarse matándolo. Su barco es el Belafonte, su tripulación está compuesta por todo tipo de personajes disfuncionales, su ex esposa Eleonor (Anjelica Huston), el productor Oseary Drakoulias (Michael Gambon), una reportera Jane Winslett-Richardson (Cate Blanchett), embarazada de un hombre casado que se desentiende de ella, el alemán Klaus Daimler (Willem Dafoe), lugarteniente de Steve, celoso de los demás, Vikram Ray (Waris Ahluwalia), un camarógrafo hindú, Bobby Ogata (Niels Koizumi), un hombre rana, Vladimir Wolodarsky (Noah Taylor), compositor partitura original, Renzo Pietro, editor de la pantalla y Anne-Marie Sakowitz, a menudo en topless, entre el equipo hay un grupo de aprendices no pagados provenientes de la (ficticia) Universidad del Norte de Alaska, a ellos se les une Ned Plimpton (Owen Wilson), joven piloto de aviación de Air Kentucky que cree ser hijo de Steve Zissou. En la travesía se cruzarán con otra expedición oceanógrafa del pedante Alistair Hennessey (Jeff Goldblum), así como con un grupo de piratas filipinos.

Es un film inclasificable, combina con cierto equilibrio el humor absurdo con las situaciones dramáticas, mostrándose por tramos como ingenua, y otras reflexiva en su carga de exploración de las relaciones paterno-filiales, de las que muchas veces no tiene que ver con la sangre, nos habla de la amistad, de las frustraciones que te marcan, de los sueños, de las ansias de redención, lo hace en un tono con claros tientes naif, creando una ambientación por momentos revestida de magia cuasi-onírica, provocando en muchos tramos fascinación mágica. Los personajes están muy bien delineados, en pocos trazos quedan perfilados, quedándonos tridimensionales, con aristas, con defectos, humanos y entrañables, denota la ternura con que Anderson los envuelve. Reseñarí el modo en que el realizador trata a las mujeres, de modo maternal, en un status superior, mucho más maduras que los hombres. No es una obra redonda, tiene segmentos sin gracia, prescindibles, con algunas situaciones se le va la mano, pero me ha gustado la valentía del director adentrándose en terrenos originales, donde utiliza con ingenio la mordacidad, el sarcasmo, el cinismo, el nihilismo, en lo que es una visión melancólica de la vida, donde el realizador construye un andamiaje dramático, y lo adorna con inteligencia de notas de humor que la hacen especial, el motor son personajes desorientados, están en continua lucha por encontrar su lugar en el mundo. Añade un divertido ejercicio de de meta-cine al estar rodando una película dentro de la película, en este caso un documental.

La puesta en escena es uno de los grande pilares del cine de Wes, componiendo una enternecedora sensación cuasi-onírica, en este caso con un fenomenal diseño de producción de Mark Friedberg (“Viaje a Darjeeling”, “Noe” o “Selma”), filmándose en Nápoles, Ponza y la Riviera italiana, maravilloso el diseño del Belafonte, por fuera una decadente lata oxidada y por dentro hasta un spa, además destaca el excelente modo en que lo vemos por dentro como una casa de muñecas, por el que con la juguetona cámara de Robert D. Yeoman (habitual de Wes Anderson) nos va paseando con los personajes arriba, abajo, y de lado a lado, con una deliciosa coreografía, como si de viñetas de tebeo se tratara, creando una turbadora sensación en el espectador, además reviste los fotogramas de un cromatismo fulgurante, predominando tonos pastel y primarios, estableciendo una atmósfera cuasi-infantil, a esto se añaden estupendos travellings, encuadres virtuosos, edificando secuencias de gran belleza estética, destaca también el diseño de las criaturas submarinas, todas ficticias, salidas de la imaginativa mente de Henry Selick (“Pesadilla antes de Navidad”), todo un alarde de fantasía puesto al servicio del tono melifluo de la historia. Y está otra de las señas distintivas de Wes Anderson, la remarcada importancia que le da a la música para instaurar atmósferas, creada la partitura por Mark Mothersbaugh (“Rushmore” o “Los Tennenbaums”), líder del grupo de new age Devo, pero lo que destaca es su galería de temas cantados, empezando por esas singulares versiones de temas de David Bowie a ritmo de Bossa nova, cantadas in situ en luso por el brasileño por Seu Jorge (Pelé Dos Santos en el film), con guitarra acústica, ... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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8 de marzo de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy curiosa película de Wes Anderson, que tiene su impronta en los entrañables y estrafalarios personajes que lo pueblan.
Unos personajes que tienen muchas dificultades para ser considerados "normales", pero que se hacen querer por su humanidad, su valentía y su falta de sentido del ridículo también.
Rodada como si fuera un drama en toda regla, puede que en el fondo lo sea, pero la sonrisa del espectador es permanente dadas las circunstancias y hechos en el que se desarrolla la rocambolesca acción.
Lo cierto es que, incluso, al final hasta te emocionas.

https://filmsencajatonta.blogspot.com
Constancio
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