Biografia de Leopoldo III

Leopoldo III

(Bruselas, 1901 - 1983) Rey de B�lgica (1934-1951). Hijo del rey Alberto I y de Isabel de Baviera, y sobrino-nieto de Leopoldo II, se declar� neutral nada m�s estallar la Segunda Guerra Mundial, aunque ante la invasi�n de Bélgica por parte de las tropas alemanas (mayo de 1940), hubo de aceptar la rendici�n incondicional en calidad de comandante en jefe de todos los ejércitos. Hecho prisionero por los alemanes por negarse a colaborar con ellos, tras la liberaci�n de Bélgica fue acusado de traidor. A pesar de que fue exonerado por una comisi�n investigadora del Parlamento belga, no logr� poner fin a la pol�mica suscitada en torno a su lealtad, por lo que en 1951 abdic� en favor de su hijo Balduino.


Leopoldo III de Bélgica

Leopoldo curs� sus primeros estudios en la prestigiosa escuela inglesa de Eton. Durante la Primera Guerra Mundial sirvi� a las �rdenes del ej�rcito franc�s como soldado privado. En el a�o 1926 contrajo matrimonio con la princesa sueca Astrid, a la que perdi� en un tr�gico accidente de autom�vil en agosto de 1935. Fruto del matrimonio nacieron Josefina-Carlota, Balduino (futuro rey de B�lgica) y Alberto. Leopoldo subi� al trono belga a la muerte de su padre Alberto I (17 de febrero de 1934) y rein� con el nombre de Leopoldo III.

Partidario de practicar una pol�tica exterior rigurosamente neutral y no dependiente, abandon� la alianza defensiva que su padre hab�a firmado con Francia, e hizo lo propio con el Tratado de Locarno, acuerdo suscrito el 16 de octubre de 1925 por el que Alemania, Francia y Bélgica se comprometían a respetar sus fronteras y a renunciar al uso de la fuerza en las relaciones internacionales rec�procas.

No obstante, ante el avance anexionista alem�n sobre los territorios del bajo Rin, Leopoldo III determin� preparar a su pa�s ante una posible agresi�n por parte de la Alemania de Adolf Hitler, para lo cual pidi� ayuda a Francia y Gran Breta�a, adem�s de patrocinar con su propio dinero la construcci�n de una l�nea defensiva entre las ciudades de Autwerp y Namur.

Al estallar la Segunda Guerra Mundial, Leopoldo III asumi� el mando supremo del ej�rcito belga y declar� a B�lgica pa�s neutral, circunstancia que fue pasada por alto por las tropas de Hitler, las cuales invadieron el pa�s el 10 de mayo de 1940. Rodeado por todas partes por las fuerzas alemanas, Leopoldo III no tard� en capitular (28 de mayo), lo que provoc� la aceleraci�n de la evacuaci�n de las tropas aliadas establecidas en Dunkerque.

Esta decisi�n, as� como la de permanecer en el pa�s en contra de la opini�n del gobierno belga, que se hab�a exiliado en Londres, cre� un grave conflicto constitucional y abri� una brecha insalvable entre el rey y sus súbidtos que nunca pudo superarse. El gobierno en el exilio se neg� a reconocerle como rey leg�timo, y el pueblo belga lo tach� de traidor y colaboracionista con el nazismo.

En realidad, Leopoldo III se neg� a colaborar con el r�gimen alemán de ocupaci�n, por lo que fue encerrado en el castillo de Laeken, residencia veraniega de los reyes de B�lgica, hasta el 7 de junio de 1944, fecha en la que fue trasladado a Alemania; en este pa�s permaneci� hasta la finalizaci�n del conflicto, y fue liberado el 7 de mayo de 1945. Pese a su cautiverio y a los enormes esfuerzos que hizo por obtener la libertad de los prisioneros, labor en la que consigui� la liberaci�n de unos 500.000 belgas deportados por los nazis, Leopoldo III empeor� a�n m�s las cosas al contraer nuevamente matrimonio (el 11 de septiembre de 1941) con Mary Lilian Baels, a la que impuso el t�tulo de princesa de R�thy, lo que incrementó el rencor que su pueblo ya sent�a hacia �l.

Cuando B�lgica fue liberada en 1944, la Asamblea Legislativa nombr� a su hermano Carlos rey regente en ausencia suya. A su regreso a B�lgica, los principales partidos se opusieron a que entrase en el pa�s, por lo que tuvo que instalarse en Suiza de forma provisional hasta que se solucionaran todas las cuestiones en torno a su conducta durante la guerra. En 1946, una comisi�n de investigaci�n le exoner� de toda culpa de traici�n, aunque no fue suficiente para que pudiera regresar a su reino con toda tranquilidad y recuperar el trono.

As� pues, el 12 de marzo de 1950 se celebr� un plebiscito en el que se dirimi� si pod�a regresar o no a B�lgica; el resultado le fue favorable gracias al gran apoyo que encontr� en los partidos m�s conservadores y en los c�rculos cat�licos, que le permitió obtener un 57% de los votos. Leopoldo III regres� a B�lgica el 22 de julio de 1950, totalmente libre de cualquier culpa o acusaci�n; no obstante, tras un campa�a agresiva de acoso y derribo contra su persona, no tuvo m�s remedio que abdicar en favor de su hijo Balduino I de Bélgica el 16 de julio de 1951, para evitar mayores problemas al pa�s y acabar con la desestabilizaci�n pol�tica que originaban las polémicas en torno a su lealtad.

Leopoldo III y la princesa de R�thy continuaron viviendo en el castillo de Laeken hasta el a�o 1969, fecha en la que el rey Balduino contrajo matrimonio con la noble espa�ola Fabiola de Mora y Aragón. Hasta su muerte, acaecida el 25 de septiembre de 1983, Leopoldo III residió en Bruselas, desde donde asesor� a su hijo Balduino en las labores de Gobierno.

C�mo citar este art�culo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].