Resumen de "La Era del Imperio" | Historia Econ�mica Social y General (2017) | UBA XXI

Altillo.com > Ex�menes > UBA - UBA XXI > Historia Econ�mica Social y General


Resumen de "La Era del Imperio"  |  Historia Econ�mica Social y General (2017)  |  UBA XXI

LA ERA DEL IMPERIO- ERIC HOBSBAWN

CAPITULO 2

1. La <Gran Depresi�n> (1873-1896)

Entre 1870 y 1890 el comercio internacional continu� aumentando de forma importante, aunque a un ritmo menos que antes.

�sta etapa es caracterizada por la depresi�n de los precios, de los intereses y de los beneficios, y lo que estaba en juego no era la producci�n sino su rentabilidad.

La agricultura fue la v�ctima m�s espectacular de esa disminuci�n de los beneficios y constitu�a el sector m�s deprimido de la econom�a. Las consecuencia para los precios agr�colas, tanto en la agricultura como en las econom�as exportadoras de ultramar, fueron dram�ticas. Los decenios de depresi�n no eran una buena �poca para ser agricultor en ning�n pa�s implicado en el mercado mundial. Los pa�ses que no necesitaban preocuparse por el campesinado, porque ya no lo ten�an, como el Reino Unido, pod�an permitir que la agricultura se atrofiara. Otros gobiernos, como el alem�n, pero sobre todo el franc�s y el norteamericano, establecieron aranceles que elevaron los precios.

No obstante, las dos respuestas m�s habituales entre la poblaci�n fueron la emigraci�n masiva y la cooperaci�n. La d�cada de 1870 conoci� las mayores tasas de emigraci�n a ultramar en los pa�ses de emigraci�n ya antigua. En cuanto a la cooperaci�n, provey� de pr�stamos modestos al campesinado. Mientras tanto, se multiplicaron en varios pa�ses las sociedades para la compra cooperativa de suministros, la comercializaci�n en cooperativa y el procesamiento cooperativo.

El mundo de los negocios ten�a sus propios problemas. A los hombres de negocios del siglo XIX les preocupaba mucho m�s el descenso de los precios y justamente ning�n per�odo fue m�s deflacionario que el de 1873-1896. La deflaci�n hace que disminuyan los beneficios. Una gran expansi�n del mercado puede compensar esa situaci�n, pero lo cierto es que el mercado no crec�a con la suficiente rapidez y adem�s el gran mercado de bienes de consumo era todav�a muy lento.

Otra dificultad radicaba en el hecho de que los costes de producci�n eran m�s estables que los precios a corto plazo, pues los salarios no pod�an ser reducidos proporcionalmente. En algunas partes del mundo, la situaci�n se ve�a complicada a�n m�s por la ca�da gradual del precio de la plata y de su tipo de cambio con el oro: cuando la tasas de cambio era inestable, las transacciones de negocios entre aquellos pa�ses cuyas monedas se basaban en metales distintos se complicaba enormemente.

La Gran Depresi�n puso fin a la era del liberalismo econ�mico. Las tarifas proteccionistas pasaron a ser un elemento permanente en el escenario econ�mico internacional.

De todos los grandes pa�ses industrializados, s�lo el Reino Unido defend�a la libertad del comercio sin restricciones. Las razones eran evidentes: el Reino Unido era el exportador m�s importante de productos industriales y en el curso de la centuria hab�a orientado su actividad cada vez m�s hacia la exportaci�n.

La libertad del comercio parec�a indispensable, ya que permit�a que los productores de materias primas de ultramar intercambiaran sus productos por los productos manufacturados brit�nicos. El Reino Unido continu� mostr�ndose partidario del liberalismo econ�mico y al actuar as� otorg� a los pa�ses proteccionistas la libertad de controlar sus mercados internos y de impulsar sus exportaciones .

El liberalismo era el anarquismo de la burgues�a, por ende, en �l no hab�a lugar para el Estado.

La industrializaci�n y la depresi�n hicieron de las econom�as nacionales un grupo de econom�as rivales, donde los beneficios de una parec�an amenazar la posici�n de otras. No s�lo compet�an las empresas, sino tambi�n las naciones. El proteccionismo expresaba una situaci�n de competitividad econ�mica internacional (que dar�a lugar m�s adelante a la primera guerra mundial). �Pero cu�les eran las consecuencias?: un exceso de proteccionismo generalizado es perjudicial para el crecimiento econ�mico mundial. pero entre 1880-1914, el proteccionismo no fue excesivo y qued� limitado a los bienes de consumo. En conjunto, el proteccionismo industrial contribuy� a ampliar la base industrial del planeta, impulsando a las industrias nacionales a abastecer los mercados dom�sticos, que crec�an tambi�n a un ritmo vertiginoso.

Nos obstante, si el proteccionismo fue la reacci�n pol�tica instintiva del productor preocupado ante la depresi�n, no fue la respuesta econ�mica m�s significativa del capitalismo a los problemas que le aflig�an. Mediante la aplicaci�n de los <trust> (legislaci�n antimonopol�stica) y la <gesti�n cient�fica> se intentaba ampliar el margen de beneficio, reducidos por la competitividad y por la ca�da de los precios.

Con respecto a la gesti�n cient�fica, �sta fue fruto de la depresi�n. Su fundador fue Taylor, que comenz� a desarrollar sus ideas en 1880 ante la problem�tica industria del acero norteamericano. La presi�n sobre los beneficios sugiri� que los m�todos tradicionales y emp�ricos de organizar las empresas, y en especial la producci�n, no eran ya adecuados. As� surgi� la necesidad de una forma m�s racional o cient�fica de controlar y programar las empresas grandes y descosas de maximizar sus beneficios. La tarea en la que concentr� inmediatamente sus esfuerzos el taylorismo fue la de sacar mayor rendimiento a los trabajadores, mediante m�todos fundamentales: aislar al trabajador del resto del grupo y transfiriendo el control del proceso productivo a los representantes de la direcci�n, que dec�an al trabajador lo que ten�an que hacer; y sistemas distintos de pagos de salario que supusieran para el trabajador un incentivo para producir m�s.

Un resultado final, o efecto secundario de la gran depresi�n fue que �sta �poca tuvo una gran agitaci�n social, no s�lo entre los agricultores, sacudidos por los terremotos del colapso de los precios agrarios, sino tambi�n entre las clases obreras.

En efecto, las mismas ca�das de los precios que radicalizaron autom�ticamente las posiciones de los agricultores sirvieron para abaratar notablemente el coste de vida de los asalariados y produjeron una indudable mejora del nivel material de vida de los trabajadores en la mayor parte de los pa�ses industrializados.


2. La Belle �poque (1896-1913)

La rapidez del cambio de la depresi�n a la per�odo de prosperidad fue sorprendente y diagnosticada casi de forma inmediata como indicativo del comienzo de un per�odo nuevo y duradero de extraordinario progreso capitalista. De hecho, el contraste entre la gran depresi�n y el boom secular posterior constituy� la base de las primeras especulaciones sobre las "ondas largas" en el desarrollo del capitalismo mundial (ondas largas de Kondratiev). Los historiadores se enfocan en dos aspectos del per�odo: la distribuci�n del poder y la iniciativa econ�mica, es decir, en el declive del Reino Unido y en el progreso de Estados Unidos y sobre todo de Alemania.

No es sorprendente que Alemania cuya poblaci�n creci� junto con la de Estados Unidos superaran al Reino Unido, cuyo territorio era m�s reducido y menos poblado. Adem�s, las exportaciones alemanas de productos manufacturados superaron a las del Reino Unido. Tampoco era sorprendente que el Reino Unido no pudiera mantener su extraordinaria posici�n como "taller del mundo".

En cuanto al ritmo de Kondratiev, lamentablemente, ninguna de las teor�as tiene aceptaci�n generalizada. La teor�a m�s conocida y elegante fue la de Schumpeter, que asocia cada <fase descendente> con el agotamiento de los beneficios de una serie de innovaciones econ�micas y la nueva <fase ascendente> con una serie de innovaciones fundamentalmente tecnol�gicas, cuyo potencial se agotar� a su vez. El problema que se plantea respecto a la fase ascendente de los �ltimos a�os del decenio de 1890 es que las industrias innovadoras del per�odo no parecen haber estado en situaci�n de dominar los movimientos de la econom�a mundial. En definitiva, las periodicidades de Kondratiev no nos son de gran ayuda.

sin embargo, existe un aspecto del an�lisis de Kondratiev que es pertinente para un per�odo de r�pida globalizaci�n de la econom�a mundial. Nos referimos a la relaci�n entre el sector industrial, que se desarroll� mediante una revoluci�n continua de la producci�n, y la producci�n agr�cola mundial, que se increment�. La relaci�n de intercambio tiende a variar en favor de la agricultura y en contra de la industria, es decir, los agricultores pagaban menos, por lo que compraban a la industria, mientras que la industria pagaba m�s, por lo que compraba a la agricultura.

Esa variaci�n en las relaciones de intercambio puede explicar que los precios, que hab�an ca�do notablemente entre 1873-1896, experimentaran un importante aumento desde esa �ltima fecha hasta 1914. Lo seguro es que ese cambio en las relaciones de intercambio supuso una presi�n sobre los costes de producci�n en la industria y, en consecuencia, sobre su tasa de beneficio. Esa presi�n se pod�a trasladar de los beneficios a los trabajadores. Esto explica en parte el incremento de la tensi�n social, y de los estallidos de violencia en los �ltimos a�os anteriores a 1914.

�C�mo explicar que la econom�a mundial tuviera tan dinamismo?. �sta explicaci�n hay que buscarla en el n�cleo de pa�ses industriales o en proceso de industrializaci�n.

Esos pa�ses constitu�an ahora una masa productiva ingente y en r�pido crecimiento y ampliaci�n en el centro de la econom�a mundial. Adem�s, constitu�an tambi�n una masa cada vez m�s importante de compradores de los productos y servicios del mundo: un conjunto que viv�a cada vez m�s de las compras, es decir, que cada vez era menos dependiente de las econom�as rurales tradicionales.

Adem�s, gracias al descenso de los precios que se hab�an producido durante el per�odo de la depresi�n, esos consumidores dispon�an de mucho m�s dinero que antes para gastar, a�n considerando el descenso de los salarios reales que se produjo a partir de 1900. As�, estos pa�ses constitu�an el n�cleo central de la econom�a mundial. M�s a�n, determinaban el desarrollo del resto del mundo, de unos pa�ses cuyas econom�as crecieron gracias a que abastec�an las necesidades de otras econom�as.


3. La era del Imperio.

Rasgos de la econom�a mundial durante la era del Imperio :

En primer lugar , su base geogr�fica era mucho m�s amplia que antes. El mercado internacional de materias primas se ampli� extraordinariamente. lo cual implic� tambi�n el desarrollo de las zonas dedicadas a su producci�n y su integraci�n en el mercado mundial.

La econom�a mundial era m�s plural que antes . El Reino Unido dej� de ser el �nico pa�ses totalmente industrializado y la �nica econom�a industrial. La era del imperio se caracteriz� por la rivalidad entre los diferentes Estados. Adem�s, las relaciones entre el mundo desarrollado y el sector subdesarrollado eran tambi�n variadas y complejas. La era del imperio hab�a dejado de ser monoc�ntrica.

Ese pluralismo creciente de la econom�a mundial qued� enmascarada por la dependencia que se mantuvo, e incluso se increment�, de los servicios financieros, comerciales y navieros con respecto al Reino Unido. Por una parte, la City londinense era m�s que nunca, el centro de las transacciones internacionales, de tal forma que sus servicios comerciales y financieros obten�an ingresos suficientes como para compensar el importante d�ficit en la balanza de art�culos de consumo. Por otra parte, la enorme importancia de las inversiones brit�nicas en el extranjero y su marina mercante reforzaban a�n m�s la posici�n central del pa�s en una econom�a mundial abocada en Londres cuya base monetaria era la libre esterlina. En el mercado internacional de capitales, el Reino Unido conservaba el dominio.

De hecho, ese pluralismo al que hacemos referencia reforz� por el momento la posici�n central del Reino Unido. Era el Reino Unido el pa�s que restablec�a el equilibrio global importando mayor cantidad de productos manufacturados de sus rivales, pero sobre todo, con sus ingentes ingresos invisibles. El relativo declive industrial del Reino Unido reforz� pues, su posici�n financiera y su riqueza.

La tercera caracter�stica de la econom�a es la revoluci�n tecnol�gica. Para los contempor�neos, la gran innovaci�n consisti� en actualizar la primera revoluci�n industrial mediante una serie de perfeccionamiento en la tecnolog�a del vapor y del hierro. Es cierto que una serie de industrias revolucionarias desde el punto de vista tecnol�gico comenzaron a desempe�ar un papel estelar, sobre todo en las nuevas econom�as din�micas, pero por el momento, la nueva revoluci�n reforz�, m�s que sustituy�, a la primera.

La cuarta caracter�stica es una doble transformaci�n en la estructura y modus operandi de las empresas capitalistas. Se llev� a cabo el intento sistem�tico de racionalizar la producci�n y la gesti�n de la empresa, aplicando m�todos cient�ficos no s�lo en la tecnolog�a sino a la organizaci�n ya los c�lculos.

La quinta caracter�stica es que se produjo una extraordinaria transformaci�n del mercado de bienes de consumo: el mercado de masas. �sta comenz� a dominar las industrias productoras de bienes de consumo. Al mismo tiempo, una tecnolog�a revolucionaria y el imperialismo contribuyeron a la aparici�n de una serie de productos y servicios nuevos para el mercado de masas. Una de las consecuencias m�s evidentes fue la creaci�n de medios de comunicaci�n de masas.

Todo ello implic� a la transformaci�n no s�lo de la producci�n, mediante la producci�n en masa, sino a la distribuci�n, incluyendo la compra a cr�dito.

La sexta caracter�stica de la econom�a fue el importante crecimiento del sector terciario de la econom�a, p�blico y privado: el aumento de los puestos de oficinas y otros servicios.

La �ltima caracter�stica de la econom�a es la convergencia entre la pol�tica y la econom�a, es decir, el papel cada vez m�s importante del Gobierno y del sector p�blico. La democratizaci�n de la pol�tica impuls� a los gobiernos, a aplicar pol�ticas de reforma y bienestar social, as� como a iniciar una acci�n pol�tica para la defensa de los intereses econ�mico de determinados votantes, como el proteccionismo y contra al concentraci�n econ�mica. Por otra parte, las rivalidades pol�ticas entre los Estados y la competitividad econ�mica entre grupos nacionales de empresarios contribuyeron tanto al imperialismo como a g�nesis de la primera guerra mundial. Por cierto, tambi�n condujeron al desarrollo de industrias como la de armamento, en la que el papel del Gobierno era decisivo. Las econom�as modernas, controladas, organizadas u dominadas en gran medida por el Estado, fueron producto de la primera guerra mundial. Sin duda, estaban viviendo una �poca floreciente, incluso las masas trabajadoras se beneficiaron de esa expansi�n, porque la econom�a industrial de 1875-1914 parec�a ofrecer un n�mero casi ilimitado de puestos de trabajo de escasa calificaci�n o de r�pido aprendizaje para los hombres y mujeres que acud�an a la ciudad y a la industria.


 

Preguntas y Respuestas entre Usuarios: