El gángster melancólico
Respetado y admirado en la industria del entretenimiento, sorprende su habilidad para dar vida a personajes complejos y su carisma en pantalla. Recordado como mafioso en “Muerte entre las flores”, Gabriel Byrne puede con cualquier tipo de papeles, aunque se echa de menos un rol principal que le haga acreedor de los premios que merece.
Nacido el 12 de mayo de 1950 en Dublín, Irlanda, Gabriel Byrne creció en el seno de una familia católica. Asistió a la Universidad de su ciudad natal, donde se matriculó en Arquitectura y Lingüística. Acabó como profesor de español. “Para ejercer como maestro debes tener vocación porque tienes que enfrentarte a unos chicos que en su mayoría van a clase por obligación, porque no tienen otra elección”, recuerda de esa etapa. “Y hay muchos a los que les gustaría estar haciendo otra cosa. Pero tú estás ahí para enseñarles español y hacer que les interese. Así que me di cuenta que la mejor forma de enseñar era poniendo en escena pequeñas historias con diálogos. Pero un día me sentí atrapado. De repente mi futuro desfilaba ante mis ojos: hacer siempre lo mismo. Así que cuando llegaron las vacaciones de verano me fui y me uní a una pequeña compañía de teatro en Dublín que se especializaba en autores clásicos, Shakespeare, Shaw, etc”.
Poco después, se integraba en el teatro Abbey, la compañía nacional de Irlanda. En la década de los 80, Gabriel Byrne se trasladó a los Estados Unidos para establecerse en Nueva York. Rápidamente se hizo conocido en el teatro off-Broadway y en el circuito de actores, lo que le permitió conseguir su primer papel importante en Excalibur (1981), dirigida por John Boorman, donde interpretaba a Uther Pendragon, padre del Rey Arturo. Su actuación en esta película le abrió las puertas a una carrera cinematográfica. Costa-Gavras le convirtió en Hanna K. en Joshua Herzog, fiscal general de Israel, y amante de la protagonista, la abogada Hann Kaufman (Jill Clayburgh). El cineasta franco-griego le recuperaría muchos años después para El capital. Pero Gabriel Byrne se consagró como el melancólico gángster Tom Reagan, enamorado de la misma mujer que su jefe, en Muerte entre las flores, de los hermanos Coen.
No resulta extraño que tras este trabajo, hayan requerido de los servicios de Gabriel Byrne directores de prestigio, como Jim Jarmusch (Dead Man) o Wim Wenders (El final de la violencia). Además, destacaba como el delincuente reformado Brian Keaton en Sospechosos habituales, y se convertía en un secundario de prestigio para películas variopintas, dando a vida a otro fiscal en Traición al jurado, mentor de una drogadicta reconvertida en agente del gobierno en La asesina, un profesor en Mujercitas (versión de 1994), mecánico tartamudo en Smila, misterio en la nieve, un maduro D’Artagnan, en El hombre de la máscara de hierro, misterioso ex miembro de la Agencia de Seguridad Nacional que ayuda al protagonista en Enemigo público, sacerdote en Stigmata, alto ejecutivo de Wall Street (en realidad el mismísimo Demonio, enfrentado a Arnold Schwarzenegger), en El fin de los días, y padre del protagonista en Spider, uno de los mejores trabajos de David Cronenberg.
Divorciado en 1993 de la también actriz Ellen Barkin, el matrimonio había tenido dos hijos, Jack Daniel (nacido en 1989) y Romy Marion (nacida en 1992). Desde 2014, el actor se unió a la operadora de cámara y productora Helen Beth King. “Es difícil ser actor si procedes de mi país, porque a un irlandés sólo le ofrecen papeles de irlandés”, explicaba en una entrevista. “No merece la pena interpretar a arquetipos. Rompen esa barrera unos pocos, como Richard Harris, Peter O'Toole o Colin Blakely”.
Además de su trabajo en el cine, Gabriel Byrne también ha tenido una destacada carrera en la televisión. Interpretó al psiquiatra Dr. Paul Weston en la aclamada serie de HBO En terapia (2008-2010), papel por el que recibió un Globo de Oro al Mejor Actor en una Serie de Televisión Dramática, único reconocimiento importante que ha logrado a lo largo de su extensa carrera. También ha participado en otras series exitosas, como Vikingos.