Roca Rey volvía a Zaragoza tras varios años sin pisar el coso maño, y volvió a lo grande. El diestro peruano salió a hombros tras desorejar al sexto de Álvaro Núñez, el toro de mejor condición de la corrida, en una tarde de máxima expectación, en la que se vivió un histórico llenazo en la Misericordia. Juan Ortega continúa impregnando de torería y clasicismo los ruedos que pisa. Cortó una oreja a cada toro de su lote, dejando los mejores muletazos de la tarde. Poco pudo hacer Talavante con un lote sin opciones.
El mejor toro de la corrida fue el sexto de la tarde, de Álvaro Núñez. El toro de mejor comportamiento en los primeros tercios. El astado permitió un variado quita de Roca Rey por por chicuelinas y caleresinas en el centro del ruedo, que levantaron una fuerte ovación. Tras un buen tercio de varas por parte de Sergio Molina, Roca Rey aprovechó la movilidad del toro para cuajarlo. Le pegó tres tandas ligadas que calentaron los tendidos. Cuando el toro perdió empuje se metió entre los pitones, hasta poner de acuerdo a los tendidos en una faena de largo metraje, recibiendo un aviso antes de entrar a matar. Mató de una estocada fulminante y paseó las dos orejas.
El tercero de Daniel Ruiz no permitió a Roca lucirse con el capote. El peruano cuidó al toro en el tercio de varas, lo que no sirvió para que remontara la cosa, pues el astado se mostró reservón durante toda la lidia. Antonio Manuel Punta dejó dos grandes pares de banderillas. Brindó Roca Rey el toro al público de la Misericordia en su vuelta al coso maño. A pesar del prometedor inicio en los medios, la faena no tomó vuelvo pese al empeño del peruano. Recibió un aviso antes de entrar a matar.
Juan Ortega intentó dejar un recibo capotero lucido en el segundo de la tarde, del hierro de Daniel Ruiz, que no lo permitió. Tras un largo primer puyazo, el toro perdió las manos en varias ocasiones. Ortega se sacó el toro a los medios en un inicio torero y templado. La faena no rompió debido a dos caídas del toro a destiempo y un desarme, pero el sevillano instrumentó naturales con mucha cadencia y armonía. El toro tuvo clase y buena condición por el pitón izquierdo, siendo más complejo sobre el pitón derecho. Remató la faena con tres molinetes de gran plasticidad, que calentaron a los tendidos. Rubricó su labor con una estocada con la que el toro cayó sin puntilla y paseó una oreja.
El quinto fue protestado de salida por su justa presentación. Los primeros tercios fueron un poco desordenados, pero en la faena de muleta Juan Ortega lo arregló todo. Pegó los mejores muletazos de la tarde, por su colocación, su trazo y su empaque. Cambió los pitos de salida por los olés, que tras una buena estocada se transformaron en petición de una oreja.
Abrió plaza un toro de Daniel Ruiz, al que Talavante recibió a la verónica, jugando con los brazos y rematando en los medios con una media verónica y un adorno muy torero. Llegó al último tercio medido de fuerzas, lo que condicionó la labor de Talavante e hizo que la faena no cogiera vuelo. El extremeño porfió y dejó naturales sueltos de bello trazo, pero no pudo sacar ningún rédito de su actuación con el primero.
Corrió la misma suerte con el cuarto de la tarde, que se mostró muy abanto de salida. El toro mostró durante toda la lidia su condición de manso, y lo certificó en el último tercio. Se rajó en la primera tanda de Talavante. Sin opciones esta tarde Talavante en Zaragoza.