No sabemos por qué, pero solemos sentirnos fascinados con esas historias de terror que hacen que lo racional se vuelva completamente irracional. El Resplandor, It o incluso series comoMonstruo: La historia de Jeffrey Dahmer, lo corroboran.

Historias que el público es capaz de amar y odiar a la vez por el miedo que infunden. Eso sí, no es nada fácil crearlas y mantener al espectador, o a veces, lector, enganchado a historias que le aterran.

Algunas son obra de la imaginación de sus autores, otras, están basadas en hechos reales y, algunas...son una mezcla. Es precisamente lo que le pasó a Weasly Earl Craven, el guionista y creador de una de las películas más icónicas del género slasher de todos los tiempos: Pesadilla en Elm Street.

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Esa película que te dejaba sin dormir...Y casi literalmente. Y es que la trama contaba la historia de cuatro jóvenes que viven en una calle de una ciudad de Ohio que son asesinados. Y hasta ahí podría ser una película de terror generalista, si no fuera porque esos adolescentes morían asesinados en sus sueños, traspasándose aquello a la realidad.

Y en todo esto, un protagonista indiscutible: Freddy Krueger. Él era el asesino que se aparecía en sueños y asesinaba en serie. Un personaje totalmente de terror inconfundible con su sombrero, su jersey a rayas rojas y verdes y su guante de cuchillos afilados.

Un personaje, por cierto, creado en la ficción que, en realidad, estuvo inspirado en una historia real que, daba, aún, mucho más miedo.

La verdadera historia que inspiró a los guionistas

¿Sabes eso que se dice de que, a veces, la realidad supera a la ficción? Pues, en este caso, es algo parecido. La primera entrega de Pesadilla en Elm Street se estrenó el 9 de noviembre de 1984, aunque se estaba pensando en hacer una película así unos años antes, en plena década de los 70.

Precisamente cuando Weasly Craven leyó un artículo sobre varias familias camboyanas. Ellos, sin saberlo, serían la chispa que encendió después el fenómeno de masas de la película.

Eran refugiados que se asentaron en Estados Unidos en los años 70, huyendo de su país a causa de un genocidio que estaban viviendo a manos de la etnia de los jemeres rojos, en el que murieron la quinta parte de la población camboyana, unos 1,7 millones de personas.

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Fueron otros tantos los que consiguieron exiliarse, llegando a Estados Unidos, país que ayudó a derrocar al régimen que cometía aquellas atrocidades. Refugiados que se repartieron entre California, Minnesota, Carolina del Norte o Arizona.

Lo que inspiró verdaderamente a Craven es que a gran parte de estos refugiados les empezó a ocurrir un fenómeno extraño: se despertaban en medio de la noche presos de unas intensas pesadillas y, minutos después, morían.

Unos casos que se reportaron como de muerte súbita que los expertos no llegaron a explicarse nunca, y al cual llamaron “síndrome de muerte súbita inesperada” o incluso “Síndrome de la muerte asiática”, ya que les pasaba a esos refugiados que llegaban completamente traumatizados después de experimentar una guerra civil de esas características en su país de origen.

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“Había guardado recortes de las noticias...Era una historia en donde chicos jóvenes morían en medio de pesadillas muy graves” comentaba en una entrevista Wes Craven, el creador de Pesadilla en Elm Street.

Se había informado tanto, que sabía que esos refugiados, presos del miedo, no querían dormir y, para mantenerse a salvo, lo mejor era quedarse despiertos.

“Escribí un guion, lo mandé a Hollywood y ellos pensaban que era una idea estúpida, o muy terrorífica o nada impresionante” comentaba tiempo después.

Para nada terminó siendo una idea estúpida, y Pesadilla en Elm Street llegó a recaudar unos 57 millones de dólares, creándose, además, un halo de fenómeno fan que a día de hoy continúa.

Un personaje difícil de crear

Sin lugar a dudas, Freddy Krueger siempre será uno de los personajes de terror que más nos impresionen a lo largo de los años. Y, por qué no decirlo, que más fans acumulen.

Su inconfundible aspecto, su cara quemada y su penetrante mirada se convirtieron rápido en un mito. Pero, crearlo, no fue nada fácil.

Wes Craven, su creador, contaba en una entrevista que quería crear un personaje terrorífico que fuera completamente diferente a lo que habíamos visto.

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“Muchos de los asesinos de ficción llevaban máscara: Leatherface, Michael Myers, Jason...Quería que mi villano tuviera máscara pero que pudiera hablar, burlarse y amenazar...Así que pensé que podía estar quemado y con cicatrices” explicaba.

Más tarde, crearon la idea de los guantes con cuchillos afilados, algo que eligió porque pensó que las garras en la mano para asesinar abriendo la piel era una idea terrorífica.

Para interpretarlo, escogieron a Robert Englund, que consiguió poner la guinda al pastel y convertir al personaje de Freddy Krueger en una leyenda del terror.

“Estaba en la cúspide de ser una celebridad, después de interpretar a un adorable extraterrestre de pelo rizado en la miniserie V” comenzaba diciendo el actor en una entrevista.

“Tuvo mucho éxito y nos dieron luz verde para convertirla en una serie. En esa pausa, el único trabajo para el que audicioné que se ajustaba a mi horario fue Pesadilla en Elm Street,y esa es la verdadera razón por la que dije que sí”.

Sin saberlo, estaba diciendo que sí a un proyecto que se convertiría en un mito del cine de terror.