La fuga (2023), de Tuti Fernández

Mike Blow, excéntrico anciano que en el pasado formó parte de varias bandas de jazz y que asegura haber tocado con los más grandes, ingresa en una residencia de ancianos donde sus compañeros se dedicaron antaño también a la música. Hace buenas migas con un grupillo de veteranos a quienes liará para escapar de la institución de cara a viajar a Angola, donde se requieren maestros de las partituras que acompañen a una orquesta infantil.

Habitualmente Tuti Fernández se dedica a la música, como parte de la banda del cantante Pitingo, aunque ha grabado discos de jazz, y ha trabajado en el terreno audiovisual, por ejemplo como guitarrista para la banda sonora de la serie La templanza. Tras varios cortos, debuta como realizador y guionista de largometrajes con un esforzado trabajo que se arriesga a abordar la situación de la tercera edad, casi siempre olvidada por los cineastas, y por una sociedad que aparca a quienes todavía pueden ser capaces de grandes cosas.

Con un presupuesto nimio, pero muchas ganas de hacer cine, Fernández logar el milagro de que su trabajo funcione, gracias a un tono bastante amable, y a su sincera reivindicación de la labor que realizan los trabajadores de los asilos. Ha contado con actores no profesionales que se desenvuelven bien frente a las cámaras, sobre todo Declan Hemp, que encarna a Mike con mucha chispa. Les respaldan los conocidos Sergio Pazos, Josema Yuste y Pablo Carbonell en pequeños papeles.