Mariangela Melato: adiós a una gran señora del espectáculo italiano
ROMA (De nuestra corresponsal).- "Me considero una actriz en el sentido antiguo. Una actriz tiene que hacer reír o llorar y utilizando en modo distinto los mismos ingredientes de siempre: la cara, los ojos, la boca, el cuerpo, sin demasiados disfraces." Palabras dichas en una vieja entrevista por Mariangela Melato, una de las más grandes intérpretes italianas, que murió ayer a los 70 años en una clínica romana, víctima de una larga enfermedad.
La muerte de Melato, que se difundió cerca de las diez de la mañana en Twitter, causó un fuerte impacto en Italia, donde esta gran señora del espectáculo italiano, considerada "una artista total", era muy popular y querida.
Con un rostro lejano a los cánones de la belleza típica, una voz profunda y única, una gestualidad a veces medida y otras volcánica, Melato dejó su marca en la historia del cine y el teatro italianos.
Nacida en Milán el 19 de septiembre de 1941, estudió de muy joven pintura en la Academia de Brera. Para pagarse los cursos de teatro, comenzó a pintar afiches y a armar vidrieras en la famosa tienda La Rinascente. Sin haber cumplido los veinte años, ya era parte de la compañía del célebre director de teatro Fantasio Piccoli. Luego pasó a trabajar con directores de la talla de Dario Fo, Luchino Visconti y Luca Ronconi, que ayer la recordó con nostalgia. "Mariangela y yo somos como hermanos. Fue una relación intensísima también profesionalmente, todos los roles que le confié fueron desafíos que ganó siempre", dijo.
"¿Linda? No, era extraña", solía decir Melato de sí misma. Su rostro, muy especial, de hecho, la había ayudado a no encerrarse en el estereotipo típico de la "amorosa". Actriz brillante y capaz, de registro cómico fulminante, enfrentó personajes variados, que fueron desde las tragedias Medea y Fedra , de Eurípides, hasta comedias de Pirandello y Shakespeare.
También en cine alternó roles dramáticos ( La clase obrera va al paraíso , 1971, y Todo modo , 1976, de Petri; Caro Michele , 1976, de Monicelli; Oggetti smarriti , 1979 y Segreti segreti , 1985, de Giuseppe Bertolucci) a roles de comedia, como en Mimí metalúrgico (1972) y Amor y anarquía (1973), de Lina Wertmüller. "Nos queríamos, trabajamos juntas mucho tiempo, ella era una amiga", recordó la cineasta. A partir de los 90, Melato también trabajó mucho en televisión. Su funeral tendrá lugar hoy en esta capital en la Iglesia de los Artistas de Piazza del Popolo.
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