Rector de la universidad carmelita: «Edith Stein anticipó el Vaticano II»

Rector de la universidad de los carmelitas: «Edith Stein anticipó las enseñanzas del Vaticano II»

«Es un buen ejemplo de una relación fructífera entre la razón y la fe», afirma uno de los impulsores de la petición para que sea declarada doctora de la Iglesia

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Miguel Márquez, superior general de los carmelitas descalzos, y Marco Chiesa, postulador general de la orden, junto al Papa Francisco el pasado 18 de abril
Miguel Márquez, superior general de los carmelitas descalzos, y Marco Chiesa, postulador general de la orden, junto al Papa Francisco el pasado 18 de abril. Foto: CNS.

El pasado 18 de abril, una delegación de religiosos carmelitas encabezados por su superior general, el español Miguel Márquez, pidió oficialmente al Papa Francisco incluir a santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein, en el elenco de doctores y doctoras de la Iglesia.

Todo comenzó cuando en marzo de 2022 la Orden de los carmelitas envió un cuestionario sobre este asunto a más de 150 intelectuales de todo el mundo expertos en la santa alemana. Con sus respuestas, una comisión elaboró una petición oficial a la que se sumaron numerosas cartas procedentes de más de diez conferencias episcopales, cardenales, obispos y distintas congregaciones religiosas, no solo del mundo carmelita. Si saliera adelante la petición, sería la quinta mujer en ser doctora de la Iglesia, la tercera carmelita.

Para Christof Betschart, rector de la Pontificia Facultad Teológica Teresianum, el centro de estudios de los carmelitas, y uno de los impulsores de la iniciativa, «la originalidad de Edith Stein tiene que ver con su formación filosófica previa, que le permite abordar temas espirituales a partir de sus presupuestos antropológicos». De este modo, «aunque hay quien piensa que Stein no es teóloga en sentido estricto, ella anticipó las enseñanzas del Concilio Vaticano II sobre diversos temas. Y si Stein llegara a ser doctora de la Iglesia, sería precisamente porque su filosofía no solo está abierta a la teología, sino que exige el diálogo con ella».

Así, la filosofía cristiana concebida por Stein «no es ciertamente “pura” porque no se basa únicamente en la razón humana, pero al mismo tiempo no se convierte en teología, porque utiliza su propio método filosófico para profundizar en la realidad humana». De este modo, el de Edith Stein «es un buen ejemplo de una relación fructífera entre la razón y la fe».