Diana Gómez, vuelve 'Valeria': “Mi generación aprende sobre la marcha, como en la serie”

Diana Gómez, vuelve 'Valeria': “Mi generación aprende sobre la marcha, como en la serie”

Entrevista

La actriz catalana estrena la segunda temporada de la comedia que ha conquistado a la audiencia en Netflix

La actriz Valeria Gómez interpreta a Valeria en la serie cómica  de Netflix que ahora presenta la segunda temporada

La actriz Valeria Gómez interpreta a Valeria en la serie cómica de Netflix que ahora presenta la segunda temporada

CHLOE WALLACE

A Diana Gómez (Igualada, 1989) le ocurre estos días lo que a tantas actrices en parecidas circunstancias: lleva a su lado una sombra llamada Valeria, como su personaje en la serie de televisión basada en los libros de Elísabet Benavent, que la acompaña a todas partes para compartir el éxito de su unión, bendecida por la audiencia, y premiada con una segunda temporada que Netflix estrenará el 13 de agosto. 

Pero las andanzas de esta escritora en embrión, siempre preocupada por las cosas del querer, además del alquiler, que vive rodeada de un círculo de amigas indestructible, no son las únicas que ha representado en la pequeña pantalla en series como La vía Augusta, El secreto de Puente Viejo, El día de mañana o La casa de papel o en el cine a las órdenes de Manuel Huerga, Jesús Garay o Ventura Pons. 

Buena conversadora y con gran sentido del humor para lo bueno y para lo malo, dice haber aprendido de su personaje a “luchar por lo que quiere hasta sus últimas consecuencias”. Y lo que tenga que ser, será.

La intérprete catalana ha trabajado con directores como Manuel Huerga, Jesús Garay o Ventura Pons

La intérprete catalana ha trabajado con directores como Manuel Huerga, Jesús Garay y Ventura Pons

CHLOE WALLACE

¿Cuáles son las claves del fenómeno Valeria? ¿Cree que el éxito está en haberse convertido en referente de las mujeres de una determinada generación?

Lo primero, tengo que decir que ha sido una sorpresa en cierto modo, no porque no tuviésemos claro que iba a interesar, sino porque la primera temporada se estrenó en pleno confinamiento y no sabíamos muy bien cuál estaba siendo la respuesta. Veíamos el interés en redes y se fue confirmando poco a poco cuando comenzó la desescalada. La serie cuenta problemas reales, muy pegados a la tierra, de una franja de edad que iría de los 25 a los 35 años. Femenina, pero masculina también, porque son muchos los intereses que compartimos y muy similares las situaciones por las que atravesamos. Se cuenta la verdad, pero desde un punto de vista muy natural y fresco, muy de verdad y muy de comedia. Es muy fácil que te puedas sentir identificado con los personajes.

Son muy necesarias las series que, sin dogmatizar, ponen encima de la mesa el empoderamiento, la realidad de la sexualidad femenina…

¿A esa franja de edad le faltan referentes concretos en la ficción?

Con un pie en la realidad, sin duda. Y son muy necesarios y más tal y como se está poniendo todo. Con el tema de la igualdad de género es evidente que ha habido muchos cambios y quiero dar por sentado que estamos evolucionando para bien, pero, a la vez, estamos comprobando que hay una parte de la sociedad que va claramente para atrás en ese sentido. Son muy necesarias las series que, sin querer dogmatizar, ponen encima de la mesa qué es el empoderamiento, cómo afrontar la realidad de la sexualidad femenina… Está muy bien que personas que pueden estar preguntándose por todo esto puedan ver que todos pasamos por ahí de un modo otro, para que no se sientan bichos raros; ni solas o solos.

Eso es muy importante ¿Piensa que hay mujeres que siguen temiendo quedarse solas, no tener pareja, no formar una familia?

Justamente la generación de los 30 estamos entre dos: una un poco más mayor que vivió eso como una necesidad, hablo en general, por supuesto, y que a esa edad solían estar casados y con hijos, y otra que viene detrás mucho más avanzada y abierta a otro tipo de relaciones, que tiene muy clara la importancia de las relaciones afectivas y de pareja, pero para la que la amistad es especialmente importante. Mi generación va aprendiendo sobre la marcha, como les ocurre a los personajes de la serie. Las amigas se convierten en un pilar tan fuerte como la propia familia y, mano a mano con ellas, espabilas y creces.

Las amigas se convierten en un pilar tan fuerte como la propia familia y, mano a mano con ellas, espabilas y creces

Ese núcleo de apoyo mutuo da un poco de envidia, la verdad…

Lo tengo además en mi vida personal. Lo forman personas que me han enseñado mucho, que admiro y que me conocen más que nadie. Soy muy afortunada de formar parte de esa familia paralela que se ayuda, en la que unas cuentan con las otras. Esto ha pasado con mis compañeras de la serie, con Paula, con Teresa y con Silma y, al final, acaba traspasando la pantalla. Es bueno mostrar que las mujeres no tenemos por qué competir las unas contra las otras; al contrario, nos podemos ayudar a conseguir nuestros objetivos y en nuestra lucha por ser felices.

¿Los hombres son menos propensos a crear este tipo de relaciones?

Puede. O son diferentes. Ahora a nosotras nos une mucho el habernos quitado de encima ese prejuicio, empujado durante años por la sociedad, de que debíamos desconfiar las unas de las otras. Al final, en cualquier caso, el género o el sexo no sirven para diferenciar los sentimientos. Lo distinto está en el modo de expresarlos. Y si los hombres nos envidian, ya saben lo que tienen que hacer (risas).

Las actrices Teresa Riott, Silvia López, Diana Gómez y Paula Malia, en la serie Valeria

Las actrices Teresa Riott, Silvia López, Diana Gómez y Paula Malia, en la serie Valeria  

FELIPE HERNÁNDEZ/NETFLIX

Hay algunos que afirman que les tienen un poco de miedo a esos grupos de chicas prácticamente indestructibles…

Es sabido que la mejor manera de no tener problemas con la mujer que te gusta es camelarte a sus amigas (risas) Ahora en serio, no se muy bien qué decirte. Las mujeres de carácter fuerte, genuinas, que tienen las ideas claras, tradicionalmente siempre han provocado en los hombres cierto temor. Pero yo creo que ya estamos en otra cosa. Aunque hombres poco valientes, como mujeres poco valientes, siempre habrá.

Las personas somos pura contradicción, por eso nos gusta ver y nos atrae la representación de la imperfección e incluso de la inseguridad

Hablaba de la sexualidad femenina. ¿Cree que, para una parte de la sociedad, sigue siendo tabú?

Sin duda. Por eso la forma de abordar el tema debe ser desde la absoluta tranquilidad si estamos en el entorno de una serie de televisión, porque, en la realidad es indignante lo que sufren muchas mujeres en el mundo por esta causa. Pero mostrar que no hay para tanto debe allanar el camino de la comprensión. Estamos en ello; para mí no hay otra forma de vivir la sexualidad que no sea la normalidad y la naturalidad. Que no hay diferencia entre hablar de la masturbación masculina o femenina. Y, si, de paso, contamos que a nosotras nos gustan los preliminares, eso que salimos ganando todos. Los polvos de la serie son perfectos. O no. Pero no importa, porque, aunque sean torpes, va bien porque estás enamorada de esa persona. No hay dos casos, o dos momentos, iguales.

Cada vez son más usuales los personajes a los que les definen sus contradicciones.

Pero las personas somos así: pura contradicción. Por eso nos gusta ver y nos atrae la representación de la imperfección e incluso de la inseguridad, en el sentido de que los personajes sean capaces de cuestionarse sus decisiones. El espectador puede ser perfectamente consciente de que alguien se está equivocando y eso es especialmente importante porque interesa ver cómo se gestionan esos errores. Tropezaremos siempre con la misma piedra o aprenderemos la lección, pero, también en esto, lo interesante es el viaje, lleno de recovecos y de grises, no solo el destino.

La actriz Diana Gómez interpreta a Valeria, una escritora

La actriz Diana Gómez interpreta a una escritora creada por Elísabet Benavent 

FELIPE HERNÁNDEZ/NETFLIX

Si hubieran contado todo lo que les ocurre a estas jóvenes en clave dramática..

No lo hubiera aguantado nadie. Pobrecitas mías, era muy importante desdramatizar su normalidad tan densa y tan tremenda. Es mejor así: la comedia es el mejor soporte para lo doloroso. Tiene más drama que el propio drama. Los personajes lo afrontan como hacemos en la vida. Si tienes ganas de llorar , o le quitas hierro a lo que te pasa y le metes humor o no lo haces delante de la gente. Se puede hablar de asuntos tan serios como la falta de sustento económico o de trabajo, o el fin de una relación, desde la comedia. Es el mejor contenedor.

La comedia es el mejor soporte para lo doloroso. Tiene más drama que el propio drama. Los personajes lo afrontan como hacemos en la vida

A las chicas de la serie las trae a mal traer triunfar antes de cumplir los 30…

Eso, para mi generación es algo muy importante. Cuando llegamos a la Universidad, pensamos que, al salir, mejor o peor preparados para emplearnos, iríamos escalando y quizás al llegar a la treintena tendríamos una estabilidad laboral, económica y hasta sentimental similar a la de los que llegaron ahí poco antes que nosotros, pero la crisis económica no lo permitió. Y ahora, con la pandemia, volvemos a dar varios pasos atrás. Y, por alguna razón, los 30 es la edad límite para muchas cosas, aunque, en muchos casos, te sigues sintiendo muy niña y a menudo muy perdida. Quieres entender quién eres y si estás haciendo lo que quieres de verdad o estás en modo inercia y quieres valorar si tus expectativas se han cumplido o no. Los que vienen detrás están más preparados en el sentido de que no dan ya nada por sentado y saben que hay que hacer miles de trabajos a la vez. Nosotros, en cambio, nos lo hemos ido encontrando y nos ha costado mucho entenderlo.

La actriz Valeria Gómez interpreta a Valeria en la serie cómica  de Netflix que ahora presenta la segunda temporada

Diana Gómez ha conectado con el personaje de Valeria 

CHLOE WALLACE

¿Más aún siendo mujer?

Claro. Tenemos una presión añadida de la que cada vez se habla más. Como hasta ahora ha sido extremadamente difícil llegar a puestos de poder y responsabilidad, tenemos en la cabeza que no podemos ser correctas simplemente; que tenemos que buscar siempre la excepcionalidad o no habrá sitio para nosotras. Los hombres mediocres no tienen techo de cristal. Es muy frustrante. Y te hace llegar a pensar si todo este enorme esfuerzo añadido merece la pena y qué pasará si, cuando rompamos ese techo estará la felicidad en el lugar que pensábamos. Pero, a la vez, no hay que desfallecer, eso está claro.

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¿Ha hecho balance de sus treinta y pocos? ¿Cómo le sale?

Positivo ahora, pero hace dos años, aunque ya había hecho muchas cosas dentro de la profesión, estaba sin trabajo y no era la primera vez que ocurría. Tuve que buscar otras opciones laborales para las que podía estar más o menos preparada y me contraté como guía turística para viajes por Catalunya porque necesitaba dinero para pagar el alquiler. En cierto modo lo viví como un fracaso y temí estar tirando la toalla, pero lo cierto es que mi profesión no me define. Yo soy Diana esté haciendo lo que esté haciendo. Y, al poco, llegó Valeria… Esta es una profesión muy inestable. Puedes estar en proyectos que te dan visibilidad, pero que no te permiten sobrevivir todo el año. Es muy duro, pero es lo que me gusta y lo que sé hacer. Por mal dadas que vengan.

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