El rey Carlos de Inglaterra y su hijo, el príncipe de Gales, Guillermo, han acudido juntos a un acto de carácter militar y es la primera vez que coinciden en público desde que a finales de enero se anunciara la operación del monarca, que permitió detectar el cáncer que padecía, y la intervención abdominal que inició el tratamiento también de la princesa Catalina.

Esta coincidencia se interpreta a su vez como un desaire al príncipe Enrique ya que su hermano mayor ha sido nombrado coronel en jefe de las fuerzas en las que especialmente se formó el duque de Sussex. En su última visita al Reino Unido el rey no tuvo tiempo en su agenda para charlar con su hijo menor, que inauguraba los Juegos Invictus de su fundación.

Carlos y Guillermo han acudido este lunes a un compromiso de la Fuerza Aérea Británica (RAF), en la base de Middle Wallop, y en esa aparición el rey ha charlado con veteranos del ejército con los que ha intercambiado confesiones sobre el cáncer. Un militar le detallaba los efectos secundarios de su tratamiento de quimioterapia y comentó que había perdido el sentido del gusto en esas duras sesiones a lo que el rey han comentado que también le sucede algo parecido.  Una confesión con la que el monarca ha mostrado su proximidad y ha dado un detalle de su estado de salud. Sigue tratándose contra el cáncer pero irá retomando su agenda de forma progresiva, como se anunció hace dos semanas.

En dicho Carlos III ha entregado oficialmente a su hijo mayor el título como su nuevo rango en el Ejército del Aire, relevándole a él en esa distinción que el rey ha ocupado durante 31 años. En un emocionado discurso ha confirmado el relevo de su hijo y le ha deseado que una buena andadura, "es muy buen piloto, lo cual es alentador", expresaba el monarca sobre Guillermo, que está centrado en atender a su familia con Kate Middleton en plena recuperación. No hubo ninguna mención a Enrique de Inglaterra, como han señalado los medios británicos

Guillermo de Inglaterra se formó en las fuerzas aéreas militares, donde se especializó su hermano también, y durante tres años fue piloto de rescate. Enrique entró en combate en Afganistán en misiones en primera línea, como comentó en su libro En la sombra.