Cuando el infiel se hace la víctima - Soy Oscar Gonzalez

CUANDO EL INFIEL SE HACE LA VÍCTIMA

CUANDO EL INFIEL SE HACE LA VÍCTIMA

CUANDO EL INFIEL SE HACE LA VÍCTIMA

 

En este post trato el tema de cuando la parte infiel se hace la víctima; y las consecuencia que esto tiene, en la recuperación de la relación.

 

El malestar emocional de la parte infiel

Evidentemente que saberte la causa del sufrimiento de tu pareja, no es plato de buen gusto.

Ser descubierto, cuando tu intención no era finalizar tu relación de pareja, suele causar culpabilidad, vergüenza y toda una serie de emociones desagradables que hay que saber gestionar.

Resulta necesario, saber transitar por ellas.

Puedo entender tu malestar, tu sufrimiento. Aunque, aquí, el protagonista o la parte que necesita más cuidado, lo siento, no eres tú.

Es tu pareja quien ha sufrido un fuerte impacto emocional. Quien ha sufrido un reconocimiento muy desagradable y necesita restablecer la herida y su estado de ánimo.

Me he encontrado casos, en que el compañero que ha sido infiel, abrumado por la vergüenza y la culpabilidad, acaba adoptando el rol de víctima.

Si quieres que tu relación siga adelante, tienes que abandonar ese rol. No es tu lugar.

 

Imagina este diálogo:

Parte infiel: “Estoy triste, me siento mal porque te he hecho daño”.

Parte herida: “Ya, pero es que yo estoy triste. Me siento mal porque tú me has hecho daño y necesito que me consueles. Necesito saber que estás a mi lado”.

Parte infiel: “No estoy en condiciones de hacerlo porque me siento mal”.

 

¿Te parece surrealista? Pues es más común de lo que se pueda esperar.

¿Qué ocurre con este tipo de diálogos? Pues que no abren unas expectativas muy esperanzadoras respecto la continuidad de la relación.

La parte herida, necesita sentir, percibir que la parte infiel está ahí para ella. Para afrontar las conversaciones que sean necesarias sin estrategias a la defensiva.

Necesita poder desahogarse. Entender por qué ha sucedido. Y percibir que eres capaz de gestionar el estrés que eso pueda generar.

De lo contrario vas a demostrar que no has sabido decir “No” a la infidelidad y ahora no sabes gestionar la situación y hacerte cargo del sufrimiento de tu pareja.

 

Consecuencia nefasta cuando el infiel se hace la víctima

Si te sitúas en un papel de víctima, no puedes empatizar. Este es el gran problema.

Y tu pareja, que se siente herida, que siente que se ha roto el vínculo, que tiene miedo de que la relación se puede acabar, necesita sentir que tú eres capaz de gestionar tus propias emociones.

Que eres capaz de salir de tu cueva, dejar de centrarte en ti mismo y abrirte a ella o a él.

Necesita percibir que estás disponible.

De lo contrario significa que estás en un modo “egoísta”; lamiéndote tus heridas sin aportar, sin estar al lado de la persona a la que has herido.

Te propongo que salgas cuanto antes de ahí. Tu pareja necesita percibir que tú no eres el foco de tu atención. En caso contrario, suele resultar sumamente desesperanzador.

No deja de ser una actitud infantil o inmadura; “Sufro porque he hecho algo malo y no estoy disponible para reparar el daño.”

Te toca reparar el daño; y no puedes conseguirlo si te centras en ti.

 

Cuando el infiel (no) se hace la víctima

Puedes sentir vergüenza y culpabilidad, y al mismo tiempo tener muy claro que tienes que poner en valor a tu compañero.

Facilitarle la percepción que puede estar segura de que estás comprometido con la relación y que no va a volver a ocurrir. Esta es tu función. Ese es tu rol.

Es importante que dejes de estar autocentrado en ti mismo. Que abandones ese marco mental egoísta y nada útil en estos momentos para la recuperación de tu pareja y vuestra relación.

Te propongo que te regules emocionalmente y te trates de manera compasiva. No te castigues.

Cuando tu voz interna te diga que eres defectuoso, que eres malo que eres un impresentable… Respira pautadamente y no le prestes atención.

Substitúyela por una habla más compasiva y justa. Que eres un ser humano, y por lo tanto, susceptible de cometer errores y de causar daño incluso a las personas que más quieres.

Aceptando eso, podrás ir abriéndote. Podrás ir aceptando lo ocurrido, transitar por ese dolor y abrirte a tu pareja.

No eres defectuoso o mala persona. Eres alguien que se ha comportado de manera dañina.

Céntrate en cómo puedes hacer para que esta situación se convierta en un capítulo lamentable dentro del conjunto de vuestra historia de pareja.

Céntrate en procurarle seguridad a tu pareja. En convencerla que estás ahí. Que eres capaz de asumir tu responsabilidad y hacer con ello algo constructivo.

El perdón te lo tienes que ganar.  Tienes que ganarte la confianza. Por ello, te conviene tener un papel proactivo.

Te propongo que interpretes la situación como una oportunidad para progresar personalmente y hacer de vuestra relación algo mejor.

 

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