Escritos de Ignacio Almudévar Zamora

jueves, 23 de mayo de 2024

El bovino ibérico y la memoria de los españoles




He estado hablando con José María Puyuelo Sorribas, natural de Ibieca y luego me he puesto a pensar y a recordar tiempos pasados y he llegado a la conclusión de que el pueblo español tenía necesidad de las capeas, de los encierros, de las corridas de toros y de la intervención de los caballos en esas luchas. Porque esos actos eran peleas entre dos especies, que se temían mutuamente y así como los hombres se amaban con el caballo y el asno, con el toro no encontraron formas pacíficas de tratarse. Han desaparecido en Ibieca, de donde habla Sorribas, los novillos enteros y los castrados, convertidos en bueyes, como además en casi todas las provincias de España. Ahora se habla de las vacas holandesas berrendas en negro, pacíficas y lecheras y el hombre no tiene necesidad de defenderse de su acoso, con lo que va disminuyendo la afición a las corridas de toros. Así como las vacas lecheras eran un gran negocio, sobre todo unidas a un “buen pozo de agua”, los vacunos ibéricos eran un problema como me contó Sorribas, al cantarme estas coplas: ”La vida del boyatero -es muy fácil de contar-todos los días labrando y el domingo a “pajentar”.- Lo primero es ir a misa-lo segundo es almorzar- y lo tercero es pensar donde es preciso ir a hacer mal”. Tenían aquellos animales para labrar y sus hembras para parir, pero además tenían aquellas vacas y novillos el “morro furo” o morro de fuego y había que tratarlas con mucha precaución, ya que sobre todo cuando parían, nadie se podía arrimar a ellas, porque atacaban. En cierta ocasión yendo a abrevar a la fuente se encontraron con varias mujeres de Ibieca con sus cántaros para llevar agua a sus domicilios, y las derribaron por el suelo con sus cántaros incluidos. La vaca más “fura” de ellas era originaria de Fuencalderas, al lado de Biel, en las Cinco Villas y cerca de Navarra, donde tenían sus raíces los pequeños toros ibéricos, de los que todavía le quedan algunas ganaderías. Y en aquellas zonas todavía celebran en sus fiestas las vaquillas y los encierros, que se celebran también en Egea. Este verano pasé por Carcastillo, último pueblo del Reino de Navarra y tuve que desviarme con el coche por que por las calles andaban sueltas las vaquillas. Dice José María que los novillos que traían de Lumbier de Navarra, daban muy buen resultado. Los tres últimos novillos de unos tres o cuatro meses, que compraron en su casa los trajeron de Tardienta, a donde los había llevado un tratante, que llamaban “Campando”. Desde Tardienta hasta Ibieca tuvo que conducirlos José María “Sorribas” y uno se imagina las dificultades que tendría que pasar por Sangarrén, por Albero Alto, por Fañanás para llegar al empalme de Liesa y de allí Ibieca, sin llevar trabas o estorbos, como se les ponía a muchos novillos cuando tenían que conducirlos lejos. En el corral de mi casa, antes de la Guerra Civil, me acuerdo de ver un pequeño rebaño de novillos con una cuerda atada en el cuello y en el otro extremo iba atada a un trozo de madero, que les impedía correr y atacar. Se iban haciendo grandes y tenían que castrarlos, porque se iban haciendo peligrosos. Los empleaban para labrar y para tirar de carros. Estos consistían en una plataforma, en este caso de cuatro ruedas, con una vara o lanza para enganchar a los bueyes. El carro lo hizo Pablo Bibián de mi pueblo, Siétamo, padre del Párroco de Pertusa, que por cierto es un gran amigo de los animales. Dieron un buen resultado dichos bueyes, porque cuatro mulas no supieron subir una trilladora a una era, pero José María con dos bueyes, la subió. Empleaban tiempo y ejercicios de educación con aquellos animales, por ejemplo para uncirlos con un yugo, se lo ponían y los dejaban ocho días sin soltarlos, en un campo donde crecía el pipirigallo, con lo que lograban ponerse de acuerdo para bajar y subir sus cabezas. José María Sorribas ha pasado de ser hijo de una modesta familia de labradores a regir un buen negocio, pero lo que no ha podido olvidar nunca es su trato con los novillos y bueyes, que le han clavado profundamente en su espíritu la afición a los toros, como a tantos otros españoles.

miércoles, 22 de mayo de 2024

 

DÍA DE LAS FUERZAS ARMADAS EN HUESCA

 


Hoy día 28 de Mayo del Año 2.022, por la mañana, cierro las cortinas de mi galería para que no estorbe el sol, que desde el Este, al fondo del paisaje,se exhibe desde el Cielo un color verde de los árboles. Unos son cipreses, acacias y del fondo se alzan abedules y chopos. Estos verdes árboles, desde fondo de su altura, alzan su mirada sobre la arboleda del parque, dándole una visión del fondo de las copas arbóreas , del abrazo que se están dando el pico de Guara con la alta Catedral Oscense.

Este parque coronado por la Catedral y el Pico de Guara y coronados por un cielo azul, esta asistido por vuelos de palomas, picarazas blancas y negras, que toman el sol, desde su salida en la madrugada, madrileños caballos elegantes montados por caballeros, que pasean por bellas sendas por el parque desde el que vigilan cuidadosamente, el Palco del Trono real, a cuyo lado se han establecido bancos para los ciudadanos amigos de su Majestad el Rey Felipe VI.


Dando un recuerdo se alza en la entrada del Parque el primer rey de Aragón Ramiro I frente al actual Rey Felipe VI que llega para presidir el día de las Fuerzas Armadas junto a los miembros del Cuartel General, celebrando con el actual Felipe VI una historia unida de España.

En la entrada al Parque, en la calle Juan XXIII, además de los palcos donde se sitúan los Reyes Felipe y Leticia , se hallan asientos para ciudadanos oscenses. Estos tienen por delante el trono de Felipe VI y a sus lados los importantes mandos militares del Ejército Español cuyos soldados van a obsequiar al Rey y a los ciudadanos oscenses con un bello desfile militar con soldados , aviones y vehículos blindados y salvas procedentes de bellos y antiguos cañones dispuestos en el Parque para esplendor de dicho acto.



Frente y dentro del Parque se encuetra en primer lugar levantada la estatua del primer Rey de Aragón Ramiro 1, alzando su espada y la Cruz de Cristo Rey. La posición en que se encuentran los esposos Reyes de España, en el moderno Palco, en la Avenida de Juan XXIII frente al Jardín del Parque de Miguel Servet ,permite a los Reyes recordar la Historia entre Ramiro I de Aragón con los actuales Reyes de España.

martes, 21 de mayo de 2024

Guara es la gigantesca estatua de un hombre muerto




Desde Siétamo, dirigiendo la mirada hacia el Norte, se admira uno de la Sierra de Guara, que  ofrece la contemplación de dos gigantes  muertos o dormidos. El dios Guara, se ha convertido en   la escultura gigantesca de un muerto, que es  ese dios  de Guara, que era un abuelo legendario, que progresaba a ser un dios, adorándose con otros dioses, en los primitivos tempos, por los pobladores de la Sierra de Guara, desde la que se ve, por el Norte,  el río Guarga, que corre hacia el Oeste y el Ara, que se dirige hacia el Este.
 El tirano Gabardón, otro dios de la Montaña, se enteró de que su hija Gabardiella se amaba con el que dio su nombre al Tozal de Gratal y se llenó de odio. Desde esta Sierra, Gabardón  veía  por  el Norte los Pirineos, con las Tres Sorores  y al Sur,  los Monegros  con las tierras de Gabarda, hija también de Gabardón, allá por debajo de Granén, en las que  mis parientes los Almudévar,  provenientes de Siétamo, cultivaron la tierra.  Gabardón era, tal vez, un dios gigantesco, que desde la Sierra de Guara,  compartía con otros dioses, como el mismo Guara, la comunicación con los Pirineos por el Norte y la Tierra Plana, por el Sur.
La leyenda dice que Gabardón, tenía otra hija, llamada Gabardiella. Así como su padre estaba contento con el amor de Gabarda, cuando se enteró de que su otra hija, Gabardiella,  amaba al que dio su nombre al Tozal de Gratal, se llenó  de odio.  Su padre era contrario a este amor, pues pensaba que Gratal, era un monte feo, lleno de maleza, de carrascales y no tenía flores, ni bosques, ni siquiera alguna gran cueva, como la que existe debajo del actual Pantano de Arguis.
 Gabardiella, su hija, le contestaba que a ella le complacía su figura, tal como la veía y por eso amaba  a Gratal, sin darse cuenta de que  este  Gratal era solamente un  símbolo de lo más antiguo,de la vejez y de la muerte.  ¡Qué  diosecillos eran aquellos,  dueños de las montañas y de los valles, unos dioses de tamaño gigantesco,  como gigantesco era su amor y su odio!.  Su poder divino era solamente el escaso poder de los diosecillos.
Gabardón, que era padre de la hermosa Gabardiella, no tenía simpatía por la antigüedad y la vejez de Gratal, al que su hija pretendía. Eran amigos los que identificaban las quiebras de la Naturaleza con su irredento caminar de diosecillos a hombres o de hombres a  diosecillos.  Gabardón, dios y aspirante a hombre de las montañas, corrió en busca del auxilio de otro de esos dioses, a saber de aquel que tenía y sigue teniendo el nombre de Guara. Todavía hoy miramos a esa montaña de dos mil setenta y siete metros de altura, que nos recuerda el valor y la arrogancia de aquel dios, llamado Guara.
Gabardón acudió a pedir ayuda a su amigo el dios elevado en la Punta de Guara y este Guara, para cumplir la voluntad de su amigo, cogió una descomunal “tranca” y con ella por medio de un golpe propio de un dios, sobre la montaña, quebró la tierra y dejó abierto el cauce del río Flumen, nombre latino y   semilitúrgico  del río, como, más tarde  lo bautizaron los romanos, que desde esa brecha desciende desde el Pirineo a la Tierra Baja.



Al darse cuenta Gratal de que Guara había partido en dos trozos la cadena montañosa, separándolo a él  de la bella Gabardiella, gritó venganza y aquella noche,  cuando Guara dormía, alzó un arma formidable, que dicen que fue la Punta del mismo monte de Gratal, y la clavó en el corazón del gigante dormido o más bien muerto, hasta nuestros días. Cuando pasas por Siétamo, desde el que se observa mejor la Sierra de Guara, divisas el Cuerpo de Guara, formado por la Sierra del mismo nombre.  Primero aparece la cabeza puntiaguda del Fragineto, después sigue por el Pico de Guara, que representa el pecho con sus manos posadas sobre él, a continuación se distingue su largo cuerpo, para mostrar sus rodillas, y al otro extremo los pies del Corazón de Guara. Mirando ese cadáver desde su cabeza o Punta de Fragineto, se ve el pecho que resalta en el Pico de Guara, con sus manos apoyadas en su pecho y así se va siguiendo la línea del Gigantesco cadáver, hasta los pies.
Gabardón, como he escrito tenía dos hijas, una Gabarda que fue feliz en la Tierra Baja, cerca de Grañén, pero con su hija Gabardiella tuvo que pasar grandes catástrofes. Esta bella diosa estaba enamorada  del dios  Gratal. Hablaban los distintos miembros del Pirineo de la fealdad de su monte, pero el amor los hacía felices. El padre de Gabardiella, a saber Gabardón, se llevó un enorme disgusto al darse cuenta del amor de su hija Gabardiella con el dios Gratal y para evitar el desarrollo de tal amor, encargó al dios más gigantesco, a saber a Guara, que acabara con Gratal. Guara descargó un tremendo golpe sobre la Sierra y abrió un tajo en las montañas. Separó en dos el Salto de Roldán, con lo que al mismo tiempo, separó a los dos enamorados para siempre, creando la salida de las aguas de la Montaña desde el cauce del río Flumen, que separaron a Gratal y a Gabardiella. Ésta, entristecida, no paró de llorar  hasta  que hizo crecer el río Guatizalema.
Herido el diocesillo Gratal por la violencia del dios Guara, una noche fue a buscarlo y al encontrarlo dormido, clavó en su pecho un terrible pincho,  que dicen que fue la misma punta de  Gratal. Así murió Guara entre horribles dolores y allí en lo más alto de Guara, permanece su cadáver tumbado, por los siglos de los siglos.
Ahora, encima de la Sierra, aparece el “hombre muerto “o dios de Guara”. Y desde la cabeza puntiaguda de dicho “hombre muerto” que es  Fragineto,  pasando por el Pico de Guara con sus manos sobre ella, por la Vallemona, por el Cabezo de Guara y por sus pies, que estará expuesto por los siglos de los siglos, y que se ve con claridad al pasar por la carretera N-240, que pasa por Siétamo, hacia  Barbastro.
 El dios Gratal se quedó al Oeste del Mallo Occidental del Salto de Roldán y Gabardiella permaneció en su parte oriental.
Haciendo caso al dios Gratal, el dios más poderoso, es decir Guara, partió en dos la rocosa montaña y el Flumen comenzó a correr con sus aguas por la Foz de Salto Roldán, nuevas aguas que se precipitaron hacia la Tierra Baja, entre las Peñas de Man y de San Miguel.
Gratal y Gabardiella, que ardían en amor, fueron separados por las aguas frías de encima de la Sierra de Guara, como si hubieran sido condenados a permanecer  eternamente condenados, a mirarse a lo lejos con una mirada eterna, pero sin poderse besar en toda la eternidad.
Al principio Gratal, sufría silenciosamente, pero aumentaba en él un deseo de venganza, temible porque aunque era un dios más pequeño que los otros, su deseo de venganza, aumentaba su impulso de gran luchador. A consecuencia de este odio, una noche, llegó al lado del dios Guara y le clavó su “picacho”, es decir, el pico de Gatal en sus paredes de roca, que saltaron y formaron las Pedreras. Hizo vibrar todo el Pirineo y dejó a Guara yacente, como un muerto.
Gabardiella se quedó aislada de su amor, entre Fragineto, que hace de cabeza de Guara y de la Peña de San Miguel, que fue separada de su papel de un pie unido al  de la Peña de Man y dio paso a las aguas de la Sierra por el río abierto del Flumen.
  Viniendo de Barbastro y pasando por el Llano de Quinto, se ve la “cabeza del Fragineto”, y hacia el Oeste, se observa un “gigante dormido”, todo él de piedra, que desde el oeste de Fragineto, por el picón de Medio Día, ese gigante yacente se lanza, con las manos contra su pecho, ofreciendo su figura a la Hoya de Huesca.
En tiempos pasados, por esos terrenos pedregosos, vivían osos pirenaicos. Poco más arriba, cerca de San Julián de Banzo, en la Bal d’Onsera, donde vivió San Urbez, vivían también esos osos, como se cuenta y se ve en la iglesia de San Urbez, cercana al río Ara, la escultura de uno de ellos.
Estas leyendas misteriosas de los diosecillos pirenaicos, hacen trabajar la imaginación, porque de la memoria de algunos abuelos, que vivían en la Sierra, contaban que un “Home Grandizo”, circulaba acompañado de un oso. ¿Sería alguno de los habitantes de la cercana Val d’Onsera o más bien sería del “Gigante Fotronero”, que hasta hace muy poco tiempo, dicen que se escondía para esperar que bajaran los “repatanes” en la Cueva de San Climent en Arguis.
¿Será ese  gigante dormido, que recorría desde el Flumen hasta el Mallo de San Miguel, de Salto Roldán, algún dios, como el “Home Grandizo”, que caminaba siempre con un oso?     

lunes, 20 de mayo de 2024

Río Tajo

 



 ¡Río Tajo, río Tajo, tú  que cercas a Toledo, parando el son de tus aguas, mírame roto y deshecho!.Así  se lamentaba la ciudad de Toledo, al encontrarse destruída,  después de sufrir los efectos de la Guerra Civil, pidiéndole al río Tajo que se fijara en ella. También Siétamo pudo pedirle el mismo consuelo al río Guatizalema, al verse destruído  por la misma causa. El río no lloró, porque los ríos sin contaminar son ríos de vida y el que se aproxima a sus cauces se  siente encantado, como sujeto al poder seductor de sus espacios boscosos, refugio de cientos de pajarillos cantores, que cautivan con sus melodías. Fue tal vez por esas causas que los primeros voluntarios gubernamentales, que llegaron al Guatizalema en Julio del año  I936, se quedaron en sus orillas descansando, como si hubieran llegado a un paraíso y tuvieron que ser arengados por sus jefes, al darse cuenta del político suceso.
Pasó  la Guerra, pasan los vehículos motorizados por la carretera, trabajaron las fábricas de harinas y molinos en sus orillas, pero si uno sube por esas orillas del río, se siente como si estuviera escuchando un concierto natural, producido por las siringes de multitud de pajarillos, de los que unos son ruiseñores, tan famosos por su música como dicen aquellos versos: "Ruiseñor, ruiseñor de armonioso cantar, canto de amor, las penas hace olvidar”.Ya no quedan ruiseñores en la Torre de Casaús, yendo al Hospital de la Seguridad Social, pero Orfeo sigue en la floresta del Guatizalema, como se expresa el poeta Gabriel Celaya, cuando dice:"El mundo canta en tí ;-no eres tú,  no, quien canta- por eso te acompaña la naturaleza-los árboles, las rocas,  las flores y las fieras-respiran pausados y, extáticos, contemplan-el mundo al fin abierto,  luminoso y vacío-unido por el ritmo que alienta en cuanto existe".  
¡ Ay, río Guatizalema, que vienes desde Nocito, río de zalamerías, que haces que el son de  tus aguas rime con los cantos de los pájaros, que vuelan por  tus espacios arbóreos para hacer escuchar un concierto como  programado por el dios Orfeo! . 
 " Y el canto-al fin comprendes-es lo  único que existe,-el canto sin palabras, la vida conformada",”el río rumoroso y sus pájaros cantando”.

viernes, 17 de mayo de 2024

La poesía


Fray Luis de León.

“¿Qué es poesía, me preguntas?, mientras clavas en mi pupila, tu pupila azul “, le decía  Gustavo Adolfo Bécquer a una bella joven y se había quedado tan extrañado, que tuvo que  añadir: “Y tú me lo preguntas… poesía eres tú”. Y de la misma forma en que Bécquer hace tal pregunta, nos la hacemos los hombres y mujeres, preocupados no sólo por unos bellos ojos, sino por mil motivos poéticos. Me regaló el matemático Carlos  Torres un libro, que presentaba la misteriosa poesía que se vive con los teoremas y con las distancias interplanetarias y con los múltiplos. Parece ser que la poesía es un secreto que guardan las Musas, pero que nunca se ha descubierto. T. S. Eliot dice que   “La crítica…nunca ha descubierto lo que es la poesía, en el sentido de lograr una definición adecuada”. Según el mejicano Arias de la Canal, hay sueños caprichosos o inspiraciones fantásticas que originan “la palabra  en el inconsciente humano y se transmiten al mundo a través del poeta médium”. Un poeta basa su creación en la inspiración y en su palabra poética, que es algo especial, ya que un prosista no puede utilizar el lenguaje poético. La poesía se basa en los traumas cerebrales,  que pertenecen al  inconsciente colectivo y el poeta-medium  los concreta con sus palabras. Mijail Bajtin(1895-1975) a las preguntas que le hacía Arias, contestaba: “Un poeta se apoya en su inspiración y en su especial lengua poética. Un prosista no dispone de semejante lenguaje poético, “distinto del que habla el prosista, que tiene sus argumentos, su experiencia, sus experimentos. Un prosista no dispone de semejante lenguaje poético”.
En cambio en el poeta Fray Luis de León parece que brota de su pluma un vocabulario poético, como cuando  escribe: ”Despiértenme las aves-con su cantar sonoro no aprendido;-no los cuidados graves,-de que siempre es seguido-quien al humano trato está atenido”. Y al recordar el huerto, nos hace soñar con el nuestro, pues dice.”El aire el huerto orea-y ofrece mil olores al sentido,-los árboles menea-con su manso ruido,-que del oro y del cetro pone olvido”. Se estaba materializando la sociedad y ya casi nadie cultivaba los huertos, pero ahora, que la gente ya no cree en las riquezas y en el poder, vuelve a gozar de la poética estancia en ellos.
León Felipe hijo de un notario, viajó por América y sintió en su cerebro todas las piedrecillas “del río Duero,-del enjuto  Manzanares,- del Hudson,- del Magdalena”. En una de sus poesías hizo  ver “ la hondura de la repulsa y el distanciamiento entre la España peregrina y la oficial”, a la que le dijo ”Tuya es la hacienda,-la casa,-el caballo  y la pistola.-Mía es la voz antigua de la tierra,-Tú te quedas con todo-y me dejas desnudo y errante por el mundo…-mas yo te dejo mudo…¡Mudo!-¿Y cómo vas a recoger el trigo-y alimentar el fuego-si yo me llevo la canción?.

Pero todavía quedan poetas y poetisas, que como la señora Josefa, exclaman:”la poesía es vida y yo amo la vida”. ¿Cómo no iba a amar la vida una señora que ha dado a luz a doce hijos e hijas”?. Después de lo anteriormente dicho, afirmaba que sigue amando la vida y la amará mientras pise la tierra, porque le agrada vivir el amanecer de cada día y la belleza del parque, donde cantan los pájaros, se agitan las hojas de los árboles y este gozar le deja el cuerpo frío como el mármol y caliente como los rayos del sol. Ama la vida, porque después de ver trabajando a sus doce hijos, cuida niños, que son hijos de la ciudad de Huesca.

jueves, 16 de mayo de 2024

Del Monasterio de San Martin de la Valdonsera a Quinto.



En la Val D`Onsera en la misma Sierra de Guara, se encuentran los restos del Monasterio en que vivían en comunidad San Urbez y sus frailes, cuando los moros ocuparon la Península Ibérica.

En tal Monasterio, estaba honrando al Señor, San Urbez, cuando los moros invadieron casi toda España. Era San Urbez un humilde eremita, que, en aquellos tiempos de la invasión mora, se refugiaba en la Sierra de Guara, en un “lugar horroroso”, como escribió el Padre Huesca. Este humilde y oculto centro de la Sierra de Guara, fue ocupado como eremitorio en la Sierra, en un lugar oculto, en el siglo VIII por los visigodos huyendo de los moros. A esta ermita, acudió San Urbez desde Nocito. Allí se convirtió en pastor de almas, al ser ordenado sacerdote. En Nocito fue unas veces pastor de almas  para alabar a Dios acompañado  de los monjes, y alternando su vida espiritual con la de pastor de ovejas. Era un hombre nacido en Burdeos y después de correr los Pirineos, San Urbez se   acogió el año de 750 en las entrañas de la SIERRA DE GUARA por las que bajaban más tarde  los cristianos, por el Monte de Loarre, el de Montearagón, y por Santolaria la Mayor, e  Isarre  y a la más tardana Ermita del Viñedo, donde ya fabricaban los cristianos vino, situada en la misma Sierra de Guara. San Urbez, caminaba por la Montaña, cuando Carlomagno, con la idea de conquistar Zaragoza, corría las montañas del Pirineo  y  hacía posible que bajara hasta OLA y SIÉTAMO  San Urbez para cuidar un rebaño de ovejas.  

Así como Carlomagno bajó hasta Zaragoza para conquistarla, San Urbez bajaba por el pueblo de Loporzano, por Siétamo y Olivito, al pueblo de OLA.  Desde este pueblo, mirando hacia la Sierra de Guara, se observa el Castillo- Monasterio de Montearagón, construido en una altura, desde la que se ve la Plana de Huesca, sobre la que se asienta la capital. Sobre la carretera que lleva a Huesca se ve al Norte el Castillo-Abadía, que se observa como una fortaleza, que está vigilando dicha  ciudad mora de Huesca, capital de la Hoya. Pero desviando la mirada hacia el   Sur, al otro lado hay un conjunto de campos, con el pequeño río Botella, que baja del Monte de Loporzano ya en la carretera N-240, que la cruza para seguir por OLA y acabar en el río Guatizalema. Ascendiendo la cuesta que sube desde la Hoya de Huesca, se contempla a la izquierda Montearagón y  al otro lado se alza el Saso donde se alza un Cruz.



Por ese Somontano corre hasta debajo de Alcalá del Obispo y entre el Saso y montes de la Sierra de Guara, el río Botella o Botellac. Entre la visión del edificio de Montearagón y el principio del elevado Saso, sube la carretera N-240. La carretera ascendente desde la Hoya de Huesca al Somontano, está llena de curvas  y  al  llegar  al  desvío que indica el camino a Loporzano, se torna la carretera recta hacia OLA.  En el  Monasterio de la Val de Onsera, fundado entre los años 507 y 511, tiene una fuente dentro de la iglesia, cuyas cascadas desembocan en el río Flumen, vivió San Urbez. Y desde allí bajaba por el pueblo de SAN  JULIÁN de BANZO a LOPORZANO, donde ya se podían contemplar campos sembrados de trigo. Entre Loporzano y Siétamo estaba la Vía Romana, que pasaba y sigue pasando el pueblo de QUINTO, así llamado por encontrarse a cinco unidades romanas de distancia de Huesca. Igual que Tierz y Siétamo  están distanciadas de Huesca a tres y a siete unidades de medida en Vías Públicas.



Y SAN URBEZ, sacerdote de aquella Orden tan antigua, bajaba a OLA a pastar un rebaño de ovejas, para alimentar a los cristianos de la Sierra de Guara.

Era un sacerdote pastor de los cristianos y de las ovejas y en territorio de Ola y de Siétamo, creó según cuentan vecinos de los citados pueblos, una fuente de agua, que hace unos pocos años suministraba de agua al Campo de Aviación de Monflorite. Yo he comprobado en Siétamo y en Ola brotes de agua que surgen en ambos Montes. En casa OTAL DE OLA guardan con gran devoción una losa pétrea, en que dormía el  Santo, tapado don pieles de oveja. Cuando salía San Urbez, ya no pisaba la Sierra de Guara, sino que pisaba cada vez más tierras sembradas de cereales. En pocos lugares de España se conservan tan pocas reliquias de Santo, como en OLA.

En el Monasterio situado en la Sierra de Guara, todavía se conserva la llegada de peregrinos por sendas muy rústicas Y cada año se celebran peregrinaciones para venerar al Santo que alcanzó los cien años de edad.

Mosen Rafael, que es Clérigo de San Viator, cada año celebra la Misa en el Monasterio de la Sierra de Guara.

miércoles, 15 de mayo de 2024

Los endemoniados de Jaca con los fieles de Yebra de Basa.-


                                              Los endemoniados de Jaca.
    

Tengo un antiguo recuerdo de Santa  Orosia, cuya cabeza traían los de Yebra a Jaca,  cantando con energía : “Todos los pechos aragoneses, y los de Yebra en la Montaña,- A Orosia cantan con frenesí”. Es verdad lo que canta el himno, pues yo de unos seis o siete años, en Jaca conocí la cabeza de Santa Orosia, que traían los de Yebra al Templete (que ya no existe), donde se veneraba a la Santa en la Plaza Biscós y rogaban ellos, unidos a los de jaca, por la Paz y por los endemoniados, que iban acompañando a la Santa para verse libres del mal demoniaco.

Desde aquella fecha del 25 de Junio del año 1.937 en que se celebraba la Fiesta en honor de la Santa, acudimos los hermanos acompañados por  mi padre Manuel Almudévar y nos encontramos  con el jacetano don Paco Ripa, tío nuestro, que fue en viejos tiempos Alcalde de la ciudad de Jaca, antiguo tío jacetano de nosotros, emigrantes en Jaca, a causa de la Guerra Civil, Todavía poseen sus nietos su casa jacetana con su capilla.

Por cierto hacen ya de este encuentro más de sesenta años y después de tanto tiempo, este himno de la Santa Orosia, me lo hizo recordar el vecino de Yebra de Basa, Santiago Villacampa, el que tiene una gran amistad con el hijo de Ibieca, comerciante en la ciudad de Huesca, señor Sorribas. ¿Por qué son tan amigos el señor Sorribas  y el danzante de Yebra de Basa?. Por mi desconocimiento de que Santa Orosia es la patrona del pueblo de Ibieca, desde hace ya muchos años y en este pueblo de Ibieca se le tiene una devoción inmensa a la citada Santa.

JOSÉ LUIS MELERO, escritor aragonés, escribió que hasta los principios del siglo XX “la procesión de los endemoniados de JACA, ofrecía un espectáculo macabro y convertía la catedral jacetana en refugio de trastornados”. Mi familia y yo fuimos observadores en un año de la Guerra Civil como enfermos mentales casi todos ellos a los que llamaban “endemoniados o espírituados”, que acudían a una procesión presidida por Santa Orosia, para que los librara del Demonio.

Pero estos “espirituados”, ya acudían a procesiones en la provincia de Huesca, para combatir a los demonios que atacaban sus espíritus. Los lugares a que acudían para combatir a los malos espíritus eran diversos, unos Nocito, otros Santa Elena en Biescas, a Sarsamarcuello o a Fiscal. Pero el día que estuve en el almacén del señor Sorribas, situado en la carretera de Huesca a Barbastro, cerca de Quicena, al lado del Hotel Montearagón, me encontré  con Santiago Villacampa, cuyo sobrino Rafael, hijos de Yebra de Basa, durante generaciones han hecho sonar el “chiflo, salterio o chicotén, en el Baile de Yebra de Basa”.

En 1.871, Cosme Blasco publicó en la imprente PÉREZ, una Historia de Jaca, que trataba de una procesión en la que hablaba de una procesión en la que participaban “roncalesas con su traje negro, cuajado el jubón de gargantillas y rosarios; chesas y ansotanas con su ancha saya verde y enderezada gorguera y no faltaban francesas descalzas”. “Blasco nos cuenta que a la capilla se Santa Orosia, en la Catedral, iban muchos de los que se dicen poseídos del espíritu maligno para tratar de encontrar remedio a sus males y que con grandes alaridos rompían el silencio del 2 destajo”templo”.

Manuel Bescós Almudévar, conocido por Silvio Kosti, primo hermano de mi padre, dedicó en 1.910, uno de sus relatos a los “espirituados de Santa Orosia”. “Según Bescós, los “espirituados” ofrecían en la procesión “un cuadro único de visión macabra, reclamando el pincel de un Goya”.

Escribió Bescós que entre esos endemoniados se encontraba algunos psicasténicos, con obsesiones sacrílegas que “blasfemaban a destajo” y narra como una chesa que “soltaba obscenidades y picardías y se esforzaba por alzarse los briales y mostrar la roña de sus muslos”. Entre  el   gritos dentro de la Catedral de Jaca, parecía ésta convertida en aquellas ocasiones en un “inconfesable burdel o extraño falansterio”.

El año de 1.947 obispo de Jaca, el zaragozano José María Bueno Monreal, prohibió la asistencia de endemoniados a la procesión. Como se ve en la orden del señor obispo, prohibió la asistencia de endemoniados a la procesión.

Pero el tiempo permitió que mi tío “Silvio Kosti” narrara la negra actitud diabólica de aquellas procesiones y que yo presencié en el Campo del Toro, más tarde Plaza de Biscot el año de 1.936.


El bovino ibérico y la memoria de los españoles

He estado hablando con José María Puyuelo Sorribas, natural de Ibieca y luego me he puesto a pensar y a recordar tiempos pasados y he llegad...