Chapter Text
Cinna observó a Madame Snow admirar a Katniss.
—Luces tan preciosa — sonrió Madame Snow viendo a Katniss usar el vestido de Cinna.
Katniss bajó la mirada cohibida.
—La silueta del vestido resalta a la perfección la figura de Katniss — continuó hablando Madame Snow — Es joven, tiene lindos ojos. Y esa cintura… — le dio una sonrisa —.. solía tener una igual, pero Octavian me arruinó mi cintura.
Cinna del chiste de Madame Snow.
—Increíble — dijo Cinna.
—No me siento increíble — contestó Katniss.
—No sabes lo hermosa que estas — dijo Cinna tratando de calmarla, lucía como de esos cachorros con miedo, listos para morder.
—Si, muy preciosa. Como flores en primavera — agregó Madame Snow tratando de subirle el ánimo a Katniss.
—No se como hacer que el público me quiera — siguió Katniss con su diatriba — ¿Cómo hago que me quieran?
—Como tu hiciste que te quiera — respondió Cinna.
—Es diferente, nunca lo intente — contestó Katniss.
—¡Exacto! — señaló Madame Snow — Tienes un aura de pureza, como pájaro encantador cuyo canto hipnotiza a todos.
—No sé cantar…bien.
—Cariño, eres una Covey — afirmó Madame Snow — Simplemente lo llevas en la sangre.
—Solo sé tú misma — dijo Cinna levantándose del sillón para ir a donde Katniss. — Vamos a estar ahí en todo momento. — le arregló un mechón de su cabello — Y solo finge que soy yo ahí contigo.
—Eres encantadora — sonrió Madame Snow tomando la mano de Katniss — Solo sonríe y todo el Capitolio caerá a tu pies.
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Thadeus observó desde la sala familiar las entrevistas de los Tributos.
El abuelo Coriolanus estaba sentado a lado de tía Karone, que tenía una copa de vino blanco en sus manos.
Luego de casi una hora, finalmente llegó el turno del Distrito Doce.
—Del Distrito Doce, ustedes la conocen como La Chica en Llamas — anunció Caesar Flickerman — ¡Y nosotros como la adorable Katniss Everdeen!
Thadeus se enderezó cuando vio a la tributo de su abuela entrar al escenario.
Con un vestido rojo cálido, su expresión era indescriptible, como un asombro reflejado en sus ojos.
Luego se sentó aun tomada de la mano con Caesar, él dijo algo pero Katniss Everdeen estaba distraída.
—¿Qué? — preguntó Katniss a Caesar, se escucharon risas del público y Thadeus vio como Neron cubría su boca con su copa de sidra para no reírse.
—Creo que alguien está un poco nerviosa — dijo Caesar con tono burlón. —Te dije que fue una gran entrada en el desfile de tributos el otro día. ¿Nos hablarías de eso?
—Pues yo solo… esperaba que el fuego no me quemara — contestó Katniss con tono nervioso.
Las risas se escucharon a través de la pantalla.
—Cuando apareciste en ese carro, mi corazón se detuvo — comentó Caesar y luego miró al público — ¿Alguien más también lo experimentó? Mi corazón se detuvo.
—Igual que el mio — Katniss dio una leve sonrisa.
—Háblame de las llamas. ¿Se ven reales?
—Si — contestó Katniss con firmeza — La verdad, también las traigo puestas hoy. ¿Te gustaría verlas?
El público se emocionó al igual que Caesar, quien accedió encantado. Katniss Everdeen sonrió y se puso de pie mostrando el magnífico vestido.
Ella empezó a girar y el filo de su vestido mostró leves llamas que lamían la falda del encantador vestido a su vez que todo el público exclama asombrado.
—Es tan bonita — dijo Lucille a lado Thadeus. Tenía la boca ligeramente abierta al ver a Katniss Everdeen en la televisión.
Luego se sentó y Caesar continuó con su entrevista.
—Tengo una pregunta para ti. Es sobre tu hermana — Caesar palmó con delicadeza la mano de Katniss — A todos nos conmovió cuando tu te ofreciste para reemplazarla. ¿Se fue a despedir de ti?
—Si — contestó Katniss — Lo hizo.
—¿Y qué le dijiste al final a ella?
—Le dije que intentaría ganar por ella — dijo Katniss.
Caesar parecía conmovido y le beso la mano a Katniss.
—¿Y qué tal tu estancia en el Capitolio?
—Todos son tan amables — sonrió levemente — Sobre todo mi Mentora. Ha sido un gran apoyo.
—Si, si. La Primera Dama Snow — sonrió Caesar. — ¿Qué opinas de ella, Katniss?
Thadeus vio como su abuelo parecía interesado en la respuesta que vaya dar Katniss Everdeen.
—Ella es cálida — dijo con una leve sonrisa — Y muy amable. Uno puede sentir como la habitación se ilumina con su presencia.
Todo el mundo aplaudió a Katniss.
—Todo el mundo ama a Madame Snow — sonrió Caesar. Luego Caesar se levantó — ¡Con ustedes, Katniss Everdeen del Distrito Doce!
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Haymitch vio a Katniss salir del escandio hasta donde estaban el equipo de preparación y los mentores. Effie rápidamente envolvió a Katniss en sus manos mientras la felicitaba.
—Buen trabajo, cielito — aplaudió Haymitch a Katniss.
—Sabía que lo harás, querida Katniss Sienna — se mostró contenta Madame Snow — Te dije que tenias el encanto Covey, solo debes dejar que salga.
— Se los agradezco — dijo Katniss con una leve sonrisa.
—Me gusta tu vestido — le dijo Katniss y luego miró a Effie y negó con la cabeza — El tuyo no.
“... Peeta Mellark”
Todos vieron hacia la pantalla donde el chico panadero estaba sonriendo. Haymitch tenía que admitir que el chico era carismático, con sonrisa encantadora y facilidad con las personas.
—Y dime Peeta — dijo Caesar con diversión — ¿Hay alguna chica esperándote en casa?
—No, no hay nadie — contestó Peeta con una sonrisa.
—Es imposible que eso sea cierto — negó Caesar — Teniendo ese rostro. Un hombre tan apuesto… Peeta.
—Bueno, ahí alguien que me ha gustado desde siempre — dijo Peeta — Pero no creo que haya podido reconocerme hasta la cosecha.
—Bueno, te dire algo — se mostró emocionado Caesar — Ve a los Juegos . Gana esa competencia y al volver a casa, tendrá que salir contigo. ¿No es verdad?
El público vitoreó a Caesar.
Peeta sonrió tristemente ante las palabras de Caesar.
—Gracias, pero eso no va a servir .
—¿Y por qué no?
—Porque ella vino conmigo.
Haymitch vio a Katniss, su mirada fija en el televisor con sin expresión alguna, Madame Snow a su lado abrió su boca de la impresión ante las palabras de Peeta.
—Es una pena esto.
—Si, así es — Peeta se mostró devastado.
—Pero te deseo la mejor de las suertes — finalizó Caesar —¡Peeta Mellark, del Distrito Doce!
Luego de algunos minutos Peeta salió del escenario hasta donde estaban ellos. Rápida como una flecha, lo agarró por la parte trasera del cuello para luego empujarlo hacia la pared acorralándolo con la fuerza de su brazo.
—¡¿Qué fue lo que hiciste?! — le gritó Katniss furiosa. A su lado Madame Snow le pedía que se calmara — ¡No me hablas y ahora estás enamorado de mi! ¡Y ahora entrenas solo! ¡Ese es tu plan!
Haymitch observó como Peeta miraba estupefacto a Katniss, por un momento recordó el día en que Dean Everdeen y Josh Mellark se estaban peleando cerca del edificio de Justicia con Sara gritando que pararan.
—Katniss Sienna, suelta al muchacho — pidió Madame Snow.
Haymitch, al igual que hace casi veinticinco años, tuvo que separar a un Everdeen de en Mellark antes que hubiera más problema
—Ya basta, ya basta — dijo Haymitch alejándola del pobre tonto.
Madame Snow sujeto a Katniss del hombro pidiéndole que se calme.
—Él te hizo un favor — le dijo Haymitch.
—Me hizo ver débil — señaló Katniss.
—Te hizo ver deseable — respondió Haymitch — Y en tu casi, no hace daño, cielito.
—Tiene razón, Katniss — lo apoyó Cinna.
—Esto nos puede dar ventaja. querida — agregó Madame Snow.
—Así venderé a los tragicos amantes del Distrito Doce — finalizó Haymitch.
—Nosotros no somos trágicos amantes — respondió Katniss. Haymitch quería jalarle la oreja a esta niña.
—Esto es un show — quiso hacerle ver Haymitch a Katniss — Estar enamorada de él, puede darte patrocinadores. Lo que puede salvarte la vida.
Haymitch le pidió a Portia que se llevara a Peeta, mientras Effie señaló a Katniss pidiéndole modales.
—¿Por qué no tomamos un poco de té? — preguntó Madame Snow frotando los brazos Katniss — Para calmar los ánimos.
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Luego del té y una hora rodando en su cama, Katniss salió a la terraza para tomar aire. Para su suerte, Peeta tenía la misma idea.
—¿También tu? — preguntó más calmada luego del té de vainilla y rosas de Madame Snow.
—Hola — dijo Peeta.
—¿No puedes dormir?
—No, claro que no
—Perdón por agredirte — se sinceró Katniss .
—Sabes que le dije como un cumplido — sonrió levemente Peeta.
— Lo sé.
Ella se sentó junto a él.
—Escuchalos — dijo Katniss con la vista al Capitolio.
—Si — contestó — No quiero que me cambien.
Katniss miró fijamente a Peeta.
—¿Cómo harían algo así?
—No lo sé — negó Peeta con la cabeza —Convirtiéndome en algo que no soy. No quiero ser otra pieza de su juego.
—¿Entonces no matarías a nadie?
—No — contestó Peeta — Sé que lo haría. Igual que los demás cuando llegara el momento pero… me gustaría demostrarles que no les pertenezco.
Katniss lo observó fijamente.
—Si voy a morir, quiero seguir siendo yo. — dijo Peeta — Te suena lógico.
—Si — contestó Katniss — Pero quiere regresar a casa. Tengo a mi hermana.
—Si. Lo sé.
Los dos se quedaron en silencio.
—¿Cuáles creen que habrán sido los pensamientos de Madame Snow su noche antes de entrar a la Arena?
—Ella me dijo que solo quería regresar con su familia — contestó Katniss — Con sus primas y el Covey.
—¿El Covey? ¿Cómo los antiguos músicos del Distrito? ¿Los que eran tus tíos?
—Si — dijo Katniss —Mi abuela Maude Ivory era su prima pequeña. Madame Snow me dijo que me parezco mucho a su prima mayor.
—Supongo que Madame Snow hará lo posible para sacarte de la Arena
—¿Estás molesto por eso?
—No. Es normal que quiera sacar a su familia.
Los dos nuevamente se quedaron en silencio antes de despedirse para dormir antes de ser lanzados a la Arena Mañana.