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El camello y la aguja

Jesús se refiere a la doblez de los fariseos, y a la imposibilidad de algo en el orden natural de las cosas, pero posible para Dios.

18 DE NOVIEMBRE DE 2020 · 08:00

Nour Wageh, Unsplash,camello tumbado ante una muralla
Nour Wageh, Unsplash

Para echar luz sobre la famosa, conocida y polémica frase del Señor Jesús sita en el Evangelio de MT, 19:24: “Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el Reino de los Cielos”, convendría describir las particularidades de este animal.

Según el “Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado” de Vila-Escuain “Hay dos especies de camello: el camello propiamente dicho o camello de dos jorobas, originario de Asia Central y el dromedario, de una sola joroba. En el libro de Lev. 11:4 se dice que el camello no tiene pezuña hendida”.

El camello es uno de los animales domésticos más útiles, notable por su fuerza y resistencia. Puede subsistir con un forraje de lo más mísero y espinoso. Las jorobas están constituidas por una abundante reserva de grasa, que va disminuyendo al ir pasando por un ayuno prolongado. Tiene también, debajo de la panza, un conjunto de celdas acuíferas que le proveen de una reserva de agua metabólica. El camello llega a medir 2,5 metros de altura, pero al arrodillarse se le puede cargar con tanta facilidad como a un asno. Puede llevar una carga de 250 kilogramos y marchar todo el día bajo un sol de justicia. Su carne, prohibida a los israelitas (Lev. 11:4) es sin embargo consumida por los árabes. Con su piel se hacen tiendas y prendas de vestir. La leche de camella es una de las bases de la alimentación de los beduinos. Está también demostrado que la domesticación estaba muy desarrollada en el siglo XII a.C. y que no se puede argumentar ninguna dificultad histórica a las hordas de madianitas montadas sobre camellos (Jue. 6:5), ni ante las caravanas ricamente cargadas de la Reina de Saba (1 R. 6:2). Por ello no es sorprendente que Abraham y Jacob poseyeran camellos (Gn. 12:16 30:43), igual que los ismaelitas que llevaron  a José a Egipto (37:25)”.

Con respecto a la frase propiamente dicha una de las interpretaciones más difundidas se encuentra en el Nuevo Testamento –versión Reina Valera- con ilustraciones de las Sociedades Bíblicas de América Latina, en la página 21 ilustrando esa frase del Señor se aprecia una fotografía con la siguiente aclaración: “La puerta de Jafa. En la parte interior derecha hay una pequeña abertura que algunos llaman el “ojo de la aguja”.

Y hay bibliografía que confirma esta posibilidad, o sea que el ojo de la aguja era una pequeña ventana adosada a las puertas o murallas de las ciudades antiguas.

Por otra parte el Diccionario de la Biblia de Herder, en la definición de camello encontramos la valiosa información: “La lección como cuerda o cordel de Mateo 19:24, se originó tal vez como corrección al pasaje sobre el camello, cuando las dos palabras se pronunciaban lo mismo en la época bizantina”.

Pero donde encontramos algo más de información sobre ese famoso pasaje es en la Enciclopedia de la Biblia –Ed. Garriga- Volumen II, de la cual cito: “Se ha querido corregir camello en cable, o interpretar que se trataba de una puerta angosta abierta en la muralla de la ciudad, pero tal vez haya que considerar literalmente la expresión, no sólo porque en la época bizantina debido al fenómeno del iotacismo, camello y cable resultaban fonéticamente iguales sino porque el camello era el animal de mayores dimensiones de Palestina y servía para ponderar lo imposible de ciertas cosas o una gran desproporción”.

Asimismo, como un dato curioso, la misma enciclopedia dice como acotación final que el Talmud, en términos similares a lo expresado por Jesús, se aludía a un elefante que ha de pasar por el ojo de una aguja”.

Volviendo al Diccionario de Vila-Escuain agrega en sentido figurado que “en dos ocasiones hizo uso el Señor Jesús de la figura del camello como base de una comparación (Mt 19:24; 23:24). Toda la fuerza de este doble paralelo se halla en la hipérbole. Jamás podrá pasar un camello por el ojo de una aguja, ni tampoco por el gaznate de un fariseo. Nada en esta figura parece confirmar la postura de que el ojo de la aguja sería un portillo abierto en el gran portalón de una ciudad oriental. Con todo este paralelismo, el Señor se refiere por una parte a la doblez de los fariseos, y a la imposibilidad de algo en el orden natural de las cosas, pero posible para Dios. En gracia, la nueva creación elimina todas las dificultades de acceso a Dios”.

Como vemos hay muchas interpretaciones, pero el sentido es el mismo que Jesús dijo hace ya más de dos mil años y si vigencia es absoluta.

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Desde Valcheta - El camello y la aguja