1963: El pequeño príncipe y el dragón de 8 cabezas (Wanpaku ôji no orochi taiji)

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El pequeño príncipe y el dragón de 8 cabezas (Wanpaku ôji no orochi taiji)

Yûgo Serikawa.
EL PEQUEÑO PRÍNCIPE Y EL DRAGÓN DE 8 CABEZAS (WANPAKU ÔJI NO OROCHI TAIJI).
7,5/10

Categoría: Película.
Guion: Ichirô Ikeda y Takashi Iijima.
Año: 1963.
País: Japón.
Género: Aventura, Fantasía, Acción.
Técnica: 2D, Anime.
Estudio: Tôei Dôga.
Idioma: Japonés.
Característica: Héroes, Príncipes, Princesas, Animales.
Duración: 1h 26min.
Clasificación por edades: Todas las edades.

El pequeño príncipe y el dragón de 8 cabezas es el sexto largometraje de Toei Animation, el precedido por Simbad el marino (1962) y sucedido por Rock el valiente (1963). Como este último llegó a los cines solo unos meses después, Tôei Dôga, que es como se llamaba por entonces, se convirtió en el tercer estudio en estrenar dos películas el mismo año. Los anteriores fueron Disney, que lo hizo en 1940Pinocho y Fantasía– y Soyuzmultfilm, que lo hacía regularmente.

Que pudiese completar más de un largometraje al año da una idea de la fuerza industrial en la que se estaba convirtiendo, cuestión que se empezaba a notar en el nivel artístico de sus producciones, con este film como mejor ejemplo. La mejoría respecto a su primer largometraje, Panda y la serpiente mágica (1958), es enorme; mejora que se aprecia especialmente en dos apartados: la fluidez de la animación y la personalidad de la propuesta.

No es que de pronto Toei Animation alcanzara una animación tan fluida y sofisticada como la del Disney contemporáneo, pero el resultado es esta vez mucho más satisfactorio y tenía más posibilidades de atraer al público internacional: aunque con poco éxito, también se estrenó en Estados Unidos. También es interesante la estética, con un estilo modernista que ha envejecido muy bien. De hecho, Genndy Tartakovsky mencionó este film como su principal influencia para su querida serie Samurai Jack.

El otro apartado, el de la personalidad, es aún más valioso, pues en El pequeño príncipe y el dragón de 8 cabezas ya no está tan claro que los guionistas tratasen de reproducir el modelo de Disney. Dirigida por Yûgo Serikawa, que ya había dirigido, junto a Taiji Yabushita, Las aventuras de Robin (1961), desarrolla un tipo de aventura animada que sería característica en la filmografía de Toei Animation. Tenemos un héroe infantil que muestra una competencia y valentía impropia para su edad, influencias del folclore japonés -con Dioses, espíritus, criaturas fantásticas…- y la agricultura como elemento destacado en la trama, aspecto este último que quizá sea el que más lo aleje de las producciones occidentales.

No todo está del todo logrado, pues la secuencia climática es excesivamente larga, repetitiva y dilata más de la cuenta el tiempo -no faltan esos desplazamientos que duran minutos a pesar de que, por la velocidad a la que va el protagonista, debería haber llegado en dos o tres segundos-. Sin embargo, el conjunto es muy entretenido y son muchas las escenas memorables: sobre todo el pasaje musical con el que los aldeanos tratan de atraer a la Diosa de la luz.

Reseña Panorama
Puntuación
8
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