La visionaria entrevista a Alfonso XIII poco antes de morir: «Poco se diferencia el nazismo del comunismo» - Archivo ABC
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La visionaria entrevista a Alfonso XIII poco antes de morir: «Poco se diferencia el nazismo del comunismo»

El Rey de España se reunió en Roma con el famoso periodista de ABC, Julián Cortés-Cavanillas, en 1941, para hablar de su salud, de su exilio y de la terrible situación internacional en plena Segunda Guerra Mundial

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Alfonso XIII, en un montaje con Hitler y Stalin de la Segunda Guerra Mundial
Alfonso XIII, en un montaje con Hitler y Stalin de la Segunda Guerra Mundial - ABC
Israel Viana
MadridActualizado:

Cuando Alfonso XIII tuvo el encuentro que vamos a narrarle con el redactor de ABC Julián Cortés-Cavanillas, pocas semanas antes de que el Rey español muriera en su exilio de Roma, hacía no mucho que los nazis habían conquistado Francia, Luxemburgo y los Países Bajos y superado a los aliados en Bélgica. Eso obligó a poner en marcha la célebre evacuación de 300.000 soldados de Dunkerque, lo que aumentó considerablemente la popularidad de Hitler y las ganas de alargar la Segunda Guerra Mundial en Alemania.

Se vivían tiempos de euforia en el Tercer Reich y el mundo temía que el dictador alemán se alzara con la victoria final en el conflicto más devastador de la historia de la humanidad, pero Alfonso XIII lo tenía claro.

«No será usted tan iluso de creer en la victoria de Hitler. Alemania, pese a sus avances y a sus victorias relámpago, perderá fatalmente la última batalla. En este punto mi convicción es absoluta, y sé perfectamente lo que vale un soldado alemán y cuál es la perfección técnica de su armamento y la competencia militar de su Estados Mayor. Pero ni aún con todo ganará la guerra», le respondió el monarca a Cortés-Cavanillas cuando este le preguntó al respecto.

El capítulo 5 de las entrevistas de Pilar Urbano a Julián Cortés-Cavanillas, en las que habla sobre Hitler y Mussolini+ info
El capítulo 5 de las entrevistas de Pilar Urbano a Julián Cortés-Cavanillas, en las que habla sobre Hitler y Mussolini - ARCHIVO ABC

Estas visionarias declaraciones –que Cortés-Cavanillas reconstruyó en 1976, poco después de la muerte de Franco, en una serie de entrevistas de Pilar Urbano para ABC tituladas ‘Mis últimas conversaciones con Alfonso XIII’– se produjo en su última visita al monarca en Roma poco antes de fallecer. El periodista y escritor recordaba que la Reina Doña Victoria Eugenia le preguntó por cómo había encontrado a Alfonso XIII de aspecto físico y de estado de ánimo. «Señora, me ha parecido que el Rey está muy grueso y con una especie de hinchazón propia de enfermos cardíacos. Sinceramente, me ha dejado preocupado», le respondió.

La respuesta de la Reina parecía anunciar un final cercano, que se produjo finalmente el 28 de febrero de 1941, en el Gran Hotel de Roma en el que se alojaba: «Pues sí, Julián, el Rey está profundamente desmoralizado, porque se ha dado cuenta de que Franco no hará nada por él y teme que ya nunca volverá a España. Me preocupa tanto su situación que pienso que puede llegar su muerte, como la de su madre, de improviso. Pero su peor mal no es el corazón, sino la nostalgia de España. Es como una obsesión».

La clarividencia del Rey

A pesar de su preocupante estado de salud y de vivir ya prácticamente postrado en su cama, Alfonso XIII mostraba una clarividencia fuera de lo normal al adelantarse a lo que iba a ocurrir en una guerra a la que todavía le quedaban cuatro años. «Al soldado alemán lo tomaría como modelo de cualquier ejército del mundo. Cualquier militar debe imitar sus virtudes y su disciplina, pero no ganará la guerra, porque es inevitable que Estados Unidos entre en el conflicto en defensa de su propia seguridad económica y estratégica. Su peso la decidirá en su favor y en el de los aliados», auguraba el Rey.

Alfonso XIII, dos meses antes de su muerte en Roma, en 1941+ info
Alfonso XIII, dos meses antes de su muerte en Roma, en 1941 - ARCHIVO ABC

Julián Cortés-Cavanillas había nacido en Madrid en 1909 y fue secretario general de la redacción de ABC y su jefe de relaciones políticas. Llegó a tener tanta confianza con el Rey de España que este apadrinó al primero de sus tres hijos, al que llamó Alfonso en honor al monarca. A sus 23 años publicó, costeándolo de su bolsillo, el libro ‘La caída de Alfonso XIII (Causas y episodios de una revolución)’, una obra que entre 1932 y 1933 obtuvo gran éxito, con ocho ediciones y cerca de 50.000 ejemplares vendidos.

Cuando el Rey conoció personalmente al joven periodista en 1932, se asombró de su juventud y, un año después, le convirtió en su principal biógrafo. El monarca destronado apadrinó también su boda en 1935 y este le correspondió con dos preciosos libros sobre sus padres, Alfonso XII y María Cristina. En agosto de 1936 fue detenido y conducido a la cárcel de San Antón, en la calle de Hortaleza, donde se encontró con el ilustre Pedro Muñoz Seca, ejecutado poco después en Paracuellos. Él se salvó milagrosamente y, tras la Guerra Civil, continuó su profesión, mantuvo la amistad con Alfonso XIII y, finalmente, se estableció como corresponsal de ABC en Roma durante 21 años.

Julián Cortes-Cavanillas, durante una conferencia en los años del franquismo+ info
Julián Cortes-Cavanillas, durante una conferencia en los años del franquismo - ARCHIVO ABC

Hitler y Mussolini

En aquella última entrevista, Cortés-Cavanillas le comentó al Rey español que, «si su impresión sobre la guerra se conociera en España, caería como una bomba, pues la realidad es que, numéricamente, son más los españoles que creen en la victoria de Alemania, incluído yo mismo». Su respuesta, contraria a la de la mayoría de compatriotas, fue clara de nuevo. Alfonso XIII tenía claro de qué bando estaba: «Esa es mi preocupación a propósito de lo que me decía Serrano Suñer [ministro de Asuntos Exteriores de Franco]. Sería una terrible equivocación, de trágicas consecuencias para España, cualquier precipitación que nos hiciera caer en la guerra junto a Alemania. Supongo que no tendrá la pretensión nadie de creer que con Hitler defendemos la civilización cristiana. ¡Hasta ahí podían llegar las bromas! Hitler es un demente tan peligroso como Stalin y poco se diferencia el nazismo del comunismo. Pero, aparte de las ideologías, ya verás usted cómo la guerra la decide la enorme potencia que volcarán los Estados Unidos».

La primera de la serie de entrevistas que se públicó con Cortés-Cavanillas+ info
La primera de la serie de entrevistas que se públicó con Cortés-Cavanillas - ARCHIVO ABC

En aquella conversación salió también Mussolini, quien «había perdido la cabeza» en opinión del monarca. Y también Franco: «Me doy cuenta de cuáles deben ser sus preocupaciones en estos momentos y pido a Dios que le inspire las mejores resoluciones para mantenerse al margen del conflicto. Esta guerra será larga y sus consecuencias aún más espantosas que la de 1914. Entre Hitler y Stalin la paz no existirá más que en las imaginaciones más calenturientas. No es posible que en Europa existan dos grandes potencias que aspiren a su completa dominación. Una de ellas será vencida y la otra esclavizará al resto de los pueblos. Para garantizar la paz en el mundo habría que vencer a Hitler y a Stalin al mismo tiempo».

La capacidad de Alfonso XIII para analizar la situación y adivinar el futuro era asombrosa, si tenemos en cuenta que su estado físico no dejaba de empeorar. Contaba Cortés-Cavanillas en 1976 que, un día antes de morir, el Ayuntamiento de Zaragoza le envió al Rey dos mantos de la Virgen del Pilar que este había pedido. «Al día siguiente, cuando entrada la mañana le acomete un nuevo ataque de dolor en el costado, de sudor frío y de convulsiones agónicas... busca el Rey con sus ojos el manto.

—¿Quiere ver la hora, señor?

—¡No! ¡Quiero ver el manto!».

A las 11.20 horas del 28 de febrero de 1941, dijo con un hilo de voz muy débil: «¡Dios mío! ¡Dios mío!». Veinte minutos después falleció. Tenía 55 años, sin ver que la Segunda Guerra Mundial acabó tal y como él vaticinó.

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