Hay que ser realista, esta situación que estamos viviendo, con sus cifras y sus medidas sanitarias, no ayuda a levantar el ánimo, por eso es tan fácil que en algún momento del día nos ronden nubarrones grises por la mente.

Evidentemente, hay cuestiones que no están de nuestra mano solucionar, pero hay otras que sí, así que lo mejor es centrarse en ellas para volver a sentirnos bien.

No hay nada peor para el optimismo y la alegría de vivir que los pensamientos oscuros, por eso mi objetivo prioritario es neutralizarlos. ¿Están? Sí, pero no me dejo vencer por ellos. Claro que yo cuento en casa con uno de los antídotos más perfectos que puedan existir: dos niñas pequeñas que me ayudan/obligan a ver las cosas con el prisma de la inocencia y que me ¡agotan de tal manera! que no me queda espacio para nada más que pensar en dormir, encontrar un pequeño momento de desconexión y tener unos minutos para mí sola (en ese orden).

Por si os sirven (y de la mano de Herbal Essences) os cuento otras claves que también me ayudan a sentirme bien.

1.Hacer algo de ejercicio al aire libre

      Practicar la actividad que sea, salir a caminar o a dar un paseo al aire libre (lo que permitan las circunstancias sociosanitarias de cada comunidad y la climatología) todo cuenta para generar endorfinas. Ya sabéis, esas hormonas que favorecen el bienestar y que aumentan cuando sometemos al cuerpo a un tipo de estrés positivo, como el del ejercicio.

      En estas salidas al campo o zonas verdes, además de activar el metabolismo, recomiendo aprovechar para ser conscientes de lo que nos rodea: las plantas, el sol, la tierra, los árboles... Sentirlos y respirar profundamente.
      Pararse un momento a contemplar lo que hay a nuestro alrededor relaja mucho la mente. Estamos acostumbrados a mirar en corto y a centrarnos en las pantallas, pero si ampliamos el campo de visión y nos fijamos bien, podremos ver un montón de cosas que pasan desapercibidas, incluso después de haber estado en ese sitio otras veces. La naturaleza es maravillosa y disfrutar de ella es una sensación que no debemos perder (aunque tenga que ser desde un balcón).

      ana albadalejo con falda plisada y blusa de manga corta en el balcón de su casa
      Ana Albadalejo

      Si por la razón que sea, salir de casa es complicado, el yoga puede ser un recurso perfecto para armonizar el cuerpo y la mente en el interior del hogar. Y si esto también falla, esparcir juguetes por toda la casa, recogerlos de uno en uno y llevarlos a una determinada habitación ¡sin enfados! también cuenta como ejercicio físico y mental.

      2. Concederme unos minutos para mí

      Conozco ejemplos cercanos que han pasado gran parte del confinamiento en pijama y prácticamente sin peinarse, con el mismo recogido y las mismas greñas. Total, "¿para qué, si no voy a salir a ningún sitio"? Pero ya os digo que el modo "dejado" no ayuda anímicamente. Esto es algo que hay que hacer por una misma. Sí, hay que vestirse y cuidarse el cuerpo y el cabello y pintarse los labios, porque la imagen que te devuelve el espejo influye muchísimo en cómo te sientes. Obviamente, no te vas a arreglar como para asistir a un estreno, pero sí para dar un vuelco a las cosas, porque si te ves genial, recibes un chute de optimismo al instante.

      En mi caso es el pelo. Si no lo noto como a mí me gusta, me amarga el día, por eso cuento con buenos aliados, a base de ingredientes naturales, con los que ofrecer a mi cabello la reparación, hidratación y el brillo que necesito. Sin olvidar un mimo especial a mi cuero cabelludo (un masajito y nada de sulfatos le sientan de maravilla).
      Por cierto, he descubierto la línea Herbal Essences Extra Aloe, sin sulfatos ni siliconas ni parabenos y quiero compartir con vosotras algunos detalles que me han encantado. Primero, su gran eficacia. Limpieza, por supuesto, pero también aportan un plus de hidratación, nutrición, suavidad, fortaleza y luminosidad al pelo cuando más lo necesitas. Segundo, la forma respetuosa con la que tratan el cabello. Sus ingredientes, de origen natural son perfectos para incorporar a la rutina capilar, ves cómo tu pelo los asimila sin problemas y en poco tiempo se hacen visibles sus beneficios. ¿Quieres datos? Esta gama contiene una potente dosis de aloe vera autentificado por los expertos de Kew (seis ves más concentrado) de origen natural y cultivado de manera sostenible. Y por último, pero no menos importante, por sus aromas tan deliciosos y evocadores. Es abrir los envases y ya te invaden sus fragancias tropicales. ¿Qué pierdes por probar?

      ana albadalejo con champú herbal essences
      Gema Checa

      Por si os inspiran, estos son mis recursos para el pelo:


      Sigo con más pautas para poner el ánimo en niveles de top autoestima:

      3. Escribir las cosas buenas

      No tienen por qué ser cosas magistrales ni premios ni grandes hazañas. Si algo estamos aprendiendo es que las cosas más simples y cotidianas pueden estar cargadas de una buena dosis de felicidad. Apunta detalles que te apetezca recordar, seguro que si empiezas surgen más de los que imaginas. Y escribirlos permite recuperarlos cuando quieras, recordarlos con más calma y respirarlos de nuevo. Si no encuentras nada digno de mención en este annus horribilis, remóntate al anterior y crea tu propia lista de recuerdos top. Sé de alguien de mi entorno (no voy a decir nombres) que está siguiendo esta clave, pero con el plus de una perfecta caligrafía realizada con pluma estilográfica. ¡Me lo recomienda encarecidamente y lo transmito tal cual! En mi caso, con las notas del móvil, apaño.

      4. Ordenar el espacio

      Lo sé, ordenar es un recurso muy manido y lo mismo si digo que es imprescindible deshacerse de las cosas que no se utilizan. Pero, tener muchas cosas y desordenadas (sin tener un lugar para cada una de ellas) resta paz interior. Y para que esta clave ayude y no suponga más estrés hay que empezar poco a poco.
      Por ejemplo, la estantería del baño, con frascos y más frascos. Prioritario: selecciona y reduce. Quédate con productos de confianza que te resuelvan mucho y que pueda usar toda la familia. Yo opto por la nueva gama de productos con ingredientes naturales y sin sulfatos de Herbal Essences. Todo lo demás, a guardar, a regalar o a reciclar.
      Y luego sigue por un armario, después con la estantería del salón. Un poco de organización viene ¡muy, pero que muy bien! y mejora la autoestima. ¡No sabéis el cambio que estoy haciendo yo!

      planta de aloe vera sobre una mesa de comedor de madera
      Carlina TeterisGetty Images

      5. Poner música y bailar

      Bailar en casa es una de las actividades más sanadoras que existen. Es apta para todas las edades, se puede practicar sola o en compañía y no necesita ni equipación ni manual. Solo hay que poner la música que más te apetezca y concederte la libertad de moverte ¡como te pida el cuerpo! Expresión corporal en estado puro. En horas de siesta y a partir de las 10 de la noche conviene controlar un poquito el volumen de la música, pero por lo demás...

      Yo por respeto a las horas de sueño de la peque, hace tiempo que no lo hago, pero solo de pensarlo, ya me están entrado ganas.

      6. Aprender algo nuevo

      Lo que sea, pero que te aporte la satisfacción de saber que cuentas en tu haber con algo diferente y que te ha enriquecido personalmente. A mí me encanta cocinar, aprender recetas nuevas y llevarlas a la práctica me llena de orgullo y me da mucha tranquilidad (por lo menos, cuando no tengo a las niñas tirándome del vestido para jugar). Pero cada persona es distinta: una amiga ha seguido un tutorial de youtube, le ha cambiado los frenos a la bici del niño y está súper feliz; otra, ha descubierto que se le da genial la restauración de muebles (ha empezado con una mesilla que estaba en la basura)... Todo sirve.

      7. Retomar las relaciones personales

      Mientras se pueda... hay que recuperar la costumbre de reunirnos con amigos y seres queridos (con el respeto a los protocolos sanitarios que haya en cada lugar). Hay que aprovechar muy bien este tiempo compartido, para que resulten momentos de calidad. La relación con otras personas, interactuar, salir un poco de nuestro entorno próximo y escuchar otras conversaciones que no sean nuestra rutina nos permite crecer y nos ayuda a ganar bienestar.

      close up of woman having video call with her friend
      NastasicGetty Images

      Y si las circunstancias lo exigen y no es posible salir, a mí me gustan las quedadas online, nos marcamos un teleaperitivo con café, canapés (o lo que a cada una os guste) y nos pasamos nuestros buenos momentos de risas y charla.

      Desde aquí os animo a ponerlas todas en práctica, porque... ¡sí funcionan!