Cronopatía: 10 recomendaciones para aprovechar el tiempo

Cronopatía, la obsesión por aprovechar el tiempo: 10 recomendaciones

Verificado Redactado por Isbelia Farias el 9 mayo 2024. Artículo revisado, actualizado y verificado por nuestro equipo de psicólogos el 9 mayo 2024.
Descubre cómo combatir la cronopatía y disfrutar del tiempo con estas 10 recomendaciones. ¡Aprovecha cada momento!

Coged las rosas mientras podáis
veloz el tiempo vuela.
La misma flor que hoy admiráis,
mañana estará muerta…

Walt Whitman (1819-1892)

Hoy día se habla de la cronopatía como la obsesión por aprovechar el tiempo, sobre todo en un mundo en el que impera la productividad. Como afirmó el filósofo surcoreano, Byung Chul Han: “Ahora uno se explota a sí mismo figurándose que se está realizando… lo cual culmina con el síndrome del trabajador quemado”.

En la actualidad, lo que muchos individuos aspiran es la máxima eficiencia, por lo que es muy valorada la capacidad para sacar el mayor provecho al tiempo. Sin embargo, esto no siempre puede resultar ser beneficioso, sobre todo por el estrés que puede traer consigo.

En qué consiste la cronopatía

Cronopatía es una palabra compuesta que deriva del griego cronos, quien en la mitología griega fue considerado como el dios del tiempo humano, es decir, todo lo relacionado con los calendarios, las cosechas y las estaciones, mientras que el vocablo pathos se traduce como sufrimiento o enfermedad, entre sus otras acepciones.

Es por ello que, la cronopatía hace referencia a un tipo de síndrome en el que las personas se obsesionan con el tiempo y cómo aprovecharlo, sin importar qué tan exhaustas se sientan.

Es importante resaltar que la cronopatía no está contemplada en ningún manual como un trastorno mental, sino que se le considera una condición que genera malestar a quien la padece y que puede llegar a provocarle incluso estrés crónico.

Es interesante la aproximación que hace el filósofo Xavier Zubiri, sobre el concepto descriptivo del tiempo, pues, señala que el tiempo tiene sus caracteres propios y peculiares, diferentes según sean las cosas temporales, ya que, por ejemplo, “no es lo mismo el tiempo físico que el tiempo mental”. De modo que el tiempo se presenta como algo que va pasando, un presente que se va haciendo pasado y va yendo a un futuro, por lo que, el tiempo es un pasar que tiene tres partes propias: un presente, un pasado y un futuro.

El tema del tiempo ha sido una fuente de inspiración en muchas mitologías; en el caso del mundo griego, es Kronos quien devora a sus hijos, erigiéndose como una idea que va engendrando todas las cosas y devorándolas después.

Las personas con cronopatía viven observando el reloj y llenando sus agendas, asignando una tarea a cada espacio que ven en blanco. El propósito es evitar lo que se denominaría “tiempos muertos”.

Este fenómeno fue lo que inspiró a la psiquiatra Marian Rojas Estapé a escribir un libro titulado Cómo hacer que te pasen cosas buenas, en el que sugiere que la persona debe librarse de la tiranía que representan las dos agujas del reloj.

En su obra, la autora cuestiona la frase “no tengo tiempo”, ya que, si bien algunas veces sirve como una excusa para librarse de ciertos planes, también es verdad que en ocasiones impide que la persona disfrute de lo que verdaderamente quiere hacer. Ello se debe a que todos tienen la misma cantidad de horas al día, pero no todos pueden elegir cómo usar su tiempo o en qué invertirlo porque las obligaciones no se lo permiten. En todo caso, la invitación de la autora es aprender a no hacer nada, lo cual representa un reto para muchas personas en estos tiempos modernos.

¿Cómo viven la vida las personas con cronopatía y cuáles son las consecuencias?

Las personas obsesionadas con aprovechar el tiempo suelen vivir del siguiente modo:

  • En una constante prisa, como si estuviesen compitiendo y deben llegar a una meta.
  • No logran detenerse o descansar, aun cuando están agotados.
  • No disfrutan del momento presente, los placeres simples de la vida o la compañía con sus seres queridos.
  • Tienen la idea de que, al tener un poco de tiempo libre, van a ser juzgados como perezosos.
  • Experimentan culpa, ansiedad o frustración si no se encuentran haciendo alguna actividad.
  • Tienen poca paciencia, porque la verdad es que esperan poder resolver todos los asuntos de forma inmediata.

De este estilo de vida deriva un agotamiento no solo físico, sino también mental; un estado de hiperactividad que impide pensar con claridad. Además, tienen una percepción distorsionada sobre el tiempo, ya que sienten que este transcurre a ritmos vertiginosos; sienten estrés y altos niveles de tensión que, de prolongarse, pueden hacerles padecer otras alteraciones como dolores musculares, insomnio e hipertensión.

En los casos más graves, las personas, al estar más enfocadas en cómo aprovechar el tiempo, pueden desconectarse de sus emociones y de sus sentimientos.

El verdadero descanso

Para la autora antes señalada, el tiempo de descanso se encuentra en extinción y cita al escritor Gregorio Marañón para quien “la rapidez, que es una virtud, engendra un vicio, que es la prisa”. Esto se debe a la idea que se tiene de que, a mayor prisa, mejores y mayores resultados en la vida.

Asimismo, cabe destacar que la tristeza de los domingos por la tarde, o el «domingo oscuro», ocurre cuando las personas viven de forma intensa entre semana, luego llegan los planes de diversión para los viernes y sábados, pero el domingo todo cambia porque se encuentran a solas consigo mismos, sin exceso de actividades, y no saben cómo lidiar con ello. El domingo, entonces estas personas obsesionadas con aprovechar el tiempo pueden experimentar culpa o sentimiento de vacío. Así, cada vez es más frecuente recibir la llamada de un pariente o amigo para informar que sufre de migrañas, problemas musculares, taquicardias, ataque de ansiedad o, en el peor de los escenarios, un infarto, por lo que el médico les da la primera indicación: ¡descansar!

Es en ese momento cuando la persona comienza a replantearse la vida e inicia una nueva etapa en la cual le da importancia a lo que realmente la merece. Sin embargo, no es necesario llegar a estos extremos para llevar una vida saludable.

Algunas recomendaciones para aprender a descansar

Entre las recomendaciones para hacer una pausa, se encuentran las siguientes:

  1. Aprender a detenerse: para poder observar y disfrutar realmente de lo que acontece alrededor, pues, al correr no se percibe la belleza de las cosas simples, como un paisaje, una puesta de sol, una canción, una lectura inspiradora, entre otras, sin sentir culpa o que se pierde el tiempo, ya que se está ganando disfrute, salud y mejor calidad de vida. Incluso hasta los más grandes necesitan tiempos de ocio; un ejemplo de ello fue el gran filósofo René Descartes, quien tuvo visiones y sueños luego de haber estado descansando por varios meses. De igual modo, los descubrimientos de Newton se dieron en descanso; Platón hizo su máximo centro desde los jardines de Akademus y el famoso grito ¡Eureka! de Arquímedes, se dice que ocurrió cuando él estaba sumergido en una bañera. Hasta los genios más grandes necesitan de un momento de pausa, no de una vida frenética.
  2. Tomar un espacio para la soledad: para aprender del silencio y retomar los proyectos e ilusiones de la vida con verdadera pasión. Pues, el mundo está padeciendo de un estrés que impide que cada quien escuche su voz interior y se conozca a sí mismo.
  3. Disfrutar del domingo: dejando a un lado las redes sociales y el teléfono, así como el reloj. Esto es ganancia, ya que trae paz y serenidad.
  4. Evitar abarcar demasiado: aprendiendo a delegar tareas, o a renunciar si es necesario, para ir a saborear de la naturaleza, las playas, la montaña, el mar y experimentar otras sensaciones que traen verdadero deleite y hacen que la persona se sienta plenitud.
  5. Dejar espacios blancos en la agenda: para simplemente desconectar y descansar. Solo así se podrán recuperar energías.
  6. Tratar de no planificar todo: esto implica soltar el control que se intenta tener sobre cada asunto. Algunas veces, es necesario que las cosas fluyan a su ritmo, sin presionar.
  7. Disfrutar el proceso: quienes hacen todo de prisa generalmente no disfrutan de lo que están viviendo, además de sentir frustración ante cualquier inconveniente, ya que lo consideran como un retraso. Pero, lo importante es aprender de cada lección en la vida.
  8. Cambiar la percepción de la vida: y enfocarse en lo que realmente le dé sentido; sin sumergirse en tareas que muchas veces son vacías, pero que se cumplen por obligación. Es necesario dar algo al mundo, pero no como una obligación, sino desde el amor y con una buena actitud, tal como lo recomendó el psiquiatra vienés Viktor Frankl desde su enfoque logoterapéutico.
  9. Aprender a soltar: ya que, en muchas ocasiones, la obsesión frenética con el tiempo se relaciona con la necesidad de controlar todo cuanto sucede.
  10. Pedir ayuda: existen casos en los que es recomendable solicitar ayuda a un profesional de la salud para hacer frente a la cronopatía, pues, aunque no sea un término clínico, por ahora, sí que trae consecuencias sobre la salud física y mental.

La cronopatía se puede convertir en un verdadero problema, de no ser consciente sobre ello, de actuar siguiendo ciegamente el reloj y dejarse arrastrar por la voracidad que impone la modernidad.

El síndrome de la vida ocupada

Bibliografía

  • Elias, N. (2021). Sobre el tiempo. Fondo de Cultura Económica.
  • Han, B. C. (2020). The burnout society. Stanford University Press.
  • Pimentel Irigoyen, A., & Díaz Hernández, A. “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” con Marian Rojas-Estapé.
  • Zubiri, X. (1976). El concepto descriptivo del tiempo. Realitas II, 7-47.
Isbelia Farias

Licenciada y Máster en filosofía (Universidad del Zulia), maestrante en Orientación en Sexología (CIPPSV) su área está enfocada hacia el bienestar y la sexualidad en la pareja. Posee certificación en coaching (Universidad Autónoma de Barcelona), Fundamentos de la escritura (Tecnológico de Monterrey), Sexualidad, mucho más que sexo (Universidad de los Andes), Psicología Positiva (Universidad Metropolitana de Caracas), diplomada en Logoterapia y Análisis Existencial, Orientación de la Conducta y Psicología Forense.