Premios: 1 Oscar (más 1 premios y 3 nominaciones) Ver más
El ‘friqui’ mexicano
Pocos directores crean imágenes tan sugerentes y espectaculares. Especializado por completo en cine fantástico, Guillermo del Toro siempre logra una ambientación para sus películas tan tétrica como impactante. Además de dirigir películas variopintas, a Del Toro le queda tiempo para escribir y apoyar a nuevos talentos como productor.
Amigo de los otros dos grandes directores mexicanos del momento –Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu–, lo cierto es que su personalísimo estilo tiene poco que ver con el de los otros dos. Se define a sí mismo como el ‘friqui mexicano’, haciendo referencia a su pasión por los comics y el género fantástico, y habría que compararle en todo caso con otros directores ‘friquis’, sobre todo con el también orondo y barbudo Peter Jackson, que comparte con él muchas características. Para empezar, no son meros profesionales que adaptan obras como El Señor de los Anillos y el cómic Hellboy al cine, sino que son apasionados de ese material, que ponen un gran empeño en respetar al milímetro todos los detalles para no traicionar al original. No es casualidad que el destino les haya unido en la adaptación de El hobbit, donde Del Toro dirigirá y Jackson ejercerá como productor ejecutivo y coguionista.
Guillermo del Toro Gómez nació el 9 de octubre de 1964 en Guadalajara (Jalisco). La persona más influyente de su infancia fue su madre, fervorosa católica, que se preocupó muchísimo por darle una buena educación. Esto explica que en sus películas aparezcan muchísimos objetos relacionados con la religión, y que por regla general siempre se haga referencia al catolicismo –el héroe de su película Hellboy es católico, a pesar de ser un demonio–. Desde muy joven, Del Toro era un apasionado de los cómics, el cine, los mitos y cuentos populares y los temas oscuros relacionados con el terror y los monstruos. A los 8 años tenía su habitación llena de monstruos de plastilina que él mismo modelaba, y escribía pequeñas obras de terror para representarlas en el colegio. Le impactan sobre todo las películas británicas de la productora Hammer, y las del ‘giallo’ del director italiano Mario Bava.
Cuando estudiaba en el Instituto de Ciencias de la ciudad de Guadalajara, se dio cuenta de que tenía una enorme vocación cinematográfica, y empezó a poner en marcha el rodaje de sus propios cortos, en Super 8. Poco después, estudia maquillaje y efectos especiales con Dick Smith, legendario creador de maquillajes de películas como El exorcista. Del Toro pasó 10 años trabajando como supervisor de efectos especiales, y finalmente fundó su propia compañía dedicada a esta disciplina, Necronia, a principios de los 80. Cuando le pidieron que ejerciera de técnico de efectos especiales para Hora marcada, serie estilo Historias para no dormir pero en versión mexicana, Del Toro puso como condición que le dejaran dirigir algún episodio, y finalmente se encargó de la realización de tres. Desde entonces, decide consagrar su vida a la dirección, y acaba sacando adelante dos cortos, Doña Lupe y Geometría, que tienen cierta repercusión internacional. También rodó los largometrajes televisivos Con todo para llevar, Caminos de ayer e Invasión.
Para poner en marcha su primer largo de cine, Cronos, Del Toro tuvo que hipotecar su casa. “Le dije a mi mujer que teníamos dos opciones, o vivir con techo y sin película o vivir con techo, pero con película”, recuerda Del Toro. Había obtenido una subvención del Instituto Cinematográfico Mexicano, pero esta entidad decidió no financiar por completo el film, por tratarse de una historia gótica de vampiros. Cuando Del Toro hubo terminado la cinta, fue seleccionado para el Festival de Cannes, pero su gobierno seguía sin apostar mucho por él, así que se negaron a pagarle el billete para ir a Francia, y el cineasta estuvo a punto de no poder ir. Allí, obtuvo el premio internacional de la crítica. El film seguía los pasos de Jesús Gris, un anticuario que encuentra un ancestral artilugio en forma de insecto dorado. Estaba protagonizado por el gran Federico Luppi, y Ron Perlman, que se convertiría en una especie de actor fetiche, pues volvería a contratarle posteriormente en varias películas.
Cronos llamó tanto la atención que pronto le salieron ofertas para trabajar en el cine de Hollywood. Aunque estuvo a punto de dirigir la cuarta parte de Alien, el octavo pasajero, finalmente debutó en el cine americano de la mano de los hermanos Harvey y Bob Weinstein, que le contrataron para rodar Mimic, con Mira Sorvino investigando la existencia de unas criaturas, que resultan ser insectos evolucionados tras unos experimentos científicos, y que viven en los subterráneos de la ciudad. Del Toro piensa que la película le pudo quedar mejor, pues se esforzó por centrarse en la descripción de personajes en el primer tramo, y hacia el final la productora le exigió que aumentara las dosis de acción y las persecuciones, por lo que el resultado fue muy diferente a lo que él había pensado.
Desde entonces, Del Toro toma la decisión de alternar el cine de Hollywood con proyectos más personales. Logra financiación para rodar uno de estos últimos en España, donde la productora de Pedro Almodóvar le financia El espinazo del diablo, un film fallido a pesar de imágenes tan brillantes como la del niño fantasmagórico. Y a continuación, vuelve a Estados Unidos, donde se encarga de Blade II, con un guión tan insustancial como el de la primera parte de la saga, pero que Del Toro sabe hacer mucho más interesante, con su particular imaginación visual. En Hellboy vuelve a recurrir al actor Ron Perlman, para adaptar al cine al milímetro el cómic creado por Mike Mignola.
De nuevo en España vuelve a rodar un segundo film, El laberinto del fauno, con puntos en común con el anterior, pues ambas tienen niños y el telón de fondo de la Guerra Civil. El cineasta se luce especialmente con esta exploración de las relaciones entre fantasía y realidad mediante la historia de una niña que se refugia de su dura existencia en su propio universo mágico, habitado por el mágico ser aludido en el título. Obtuvo seis nominaciones al Oscar, y finalmente se hizo con tres estatuillas (maquillaje, fotografía y dirección artística).
Del Toro apadrinó El orfanato, brillante debut de Juan Antonio Bayona, y publicó la novela “Nocturna”, escrita conjuntamente con Chuck Hogan. Tras Hellboy 2. El ejército dorado, Del Toro se ha trasladado a Nueva Zelanda, donde prepara la adaptación de El hobbit, junto a Peter Jackson. Y es que con su familia pasa largas temporadas en los diversos países donde rueda. Decidió dejar México tras un oscuro episodio: su padre fue secuestrado, por unos tipos que querían dinero, y finalmente logró que le soltaran, tras el pago de un rescate. Del Toro está casado con Lorenza Newton, su novia desde que iba al instituto, con la que tiene dos hijas apasionadas del trabajo de su padre y que suelen estar en el set.
Premios
Ganador de 1 premio
- Dirección La forma del agua
Nominado a 1 premio
- Guión original La forma del agua
Nominado a 2 premios
- Guión original El laberinto del fauno
- Película en lengua extranjera El laberinto del fauno
Ganador de 1 premio
- Guión original El laberinto del fauno
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