Estos son los volcanes que hay en España, y sus riesgos

Estos son los volcanes que hay en España, y sus riesgos

Entre la península ibérica y las islas Canarias, España cuenta con hasta un centenar de volcanes, activos e inactivos.

Estos son los volcanes que hay en España, y sus riesgos (Álex Fernández Muerza)

El volcán de Tajogaite, en el complejo Cumbre Vieja en La Palma no es el único capaz de darnos un susto en España. Más de un centenar de volcanes se encuentran repartidos por todo el país, unos 40 en las islas Canarias. Solo unos pocos se consideran activos, dado que han presentado algún tipo de signo de actividad durante el Holoceno, es decir, en los últimos 10 000 años. Antes de entrar en materia, es importante distinguir entre volcanes y zonas volcánicas, como precisa Joan Martí Molist, vulcanólogo y director de Geociències Barcelona (GEO3BCN-CSIC).

Teide

El Teide es el pico más alto de España (3715 metros sobre el nivel del mar), y el tercer volcán más grande del planeta, tras el Mauna Loa y el Mauna Kea, ambos en HawáiShutterstock

Volcanes y zonas volcánicas en España

Un volcán activo es aquel que ha hecho erupciones en diferentes momentos de su historia y puede volver a hacerlas en un futuro. El único que se puede considerar así en España es el Teide, en Tenerife. Por su parte, zonas volcánicas consideradas activas hay tres, apunta Martí: las Canarias, La Garrotxa, en Girona, y el Campo de Calatrava, en Ciudad Real. “La erupción que está teniendo lugar en La Palma conllevará la formación de un nuevo edificio volcánico, pero ya no habrá más erupciones desde el mismo punto. Las futuras, en la misma zona, serán desde otros puntos o centros emisores. Por esto hablamos de zona o campo volcánico”, explicó en 2021 el vulcanólogo catalán.

La probabilidad de erupción en estas zonas volcánicas es alta en el caso de las Canarias, mientras que en las demás es muy baja, según el experto del GEO3BCN-CSIC, que señala que en estas últimas los periodos de recurrencia son de miles de años, por lo que no hay que esperar erupciones ahora mismo ni en los próximos años. Sin embargo, esto no significa que no debamos prestarles atención”.

La zona volcánica de Canarias

Fijémonos primero, por tanto, en los volcanes canarios. Roberto Rodríguez Fernández, geólogo del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), y autor de las Guías Geológicas de Parques Nacionales, dice que los periodos de activación varían de unas islas a otras: “Desde 40 a 50 años en La Palma, hasta cientos de años en otras islas, como Tenerife (Teide), Lanzarote (Timanfaya) y El Hierro”. Precisamente, en esta última isla del archipiélago ocurrió la última erupción volcánica en España antes de la de 2021 de Cumbre Vieja. Sucedió en octubre de 2011, y el protagonista fue un volcán submarino, bautizado en 2016 como Tagoro. Sucedió frente a la costa del pueblo herreño (o bimbache, como prefieren sus habitantes) de La Restinga. En aquella ocasión formó un edificio volcánico a 400 metros de profundidad, cuya cima principal se quedó a 89 metros de la superficie marina.

En cuanto a la última erupción volcánica terrestre española antes de Cumbre Vieja, también se produjo en La Palma, cuando el volcán Teneguía erupcionó del 26 de octubre de 1971 al 18 de noviembre del mismo año. Se sitúa en el municipio de Fuencaliente, y se trata de un área volcánica declarada Monumento Natural por su riqueza natural y turística.

El 26 de octubre de 1971 ocurrió la última erupción terrestre en el archipiélago canario, la del volcán Teneguía (La Palma), que arrojó lava hasta el 18 de noviembre de ese mismo año.

El 26 de octubre de 1971 ocurrió la última erupción terrestre en el archipiélago canario, la del volcán Teneguía (La Palma), que arrojó lava hasta el 18 de noviembre de ese mismo año.Shutterstock

En aquella ocasión, el volcán produjo graves daños materiales  a los numerosos cultivos de vid de la zona, y destruyó una playa, aunque también creó una nueva. Un turista murió por una fuerte intoxicación al inhalar los gases cerca del volcán, una desgracia achacable a su imprudencia: se saltó el cordón de seguridad. También se vivieron momentos de mucha angustia en la evacuación de 28 pesqueros en la playa del Faro. Las pérdidas, causadas fundamentalmente en vías de comunicación, cultivos y viviendas, se valoraron en seis millones de pesetas, según informó el periódico La Vanguardia.

La mayor erupción en territorio español de la que hay testimonios se produjo el 1 de septiembre de 1730 en lo que hoy conocemos como Parque Nacional de Timanfaya, en Lanzarote. Fue una de las más poderosas por su duración –hasta 1736 explosiones en 2055 días- y por el volumen de lava arrojada, unos 1000 millones de m3. La morfología de la isla cambió por completo

Y no fue la última, ya que en el siglo XIX se produjeron nuevas erupciones. Entre ellas destaca la comenzada el 31 de julio de 1824 en el volcán de Tao. Le siguió el volcán Nuevo del Fuego (también llamado Chinero), el único representante de esta fase eruptiva dentro del actual Parque Nacional, con una erupción al parecer muy violenta.

Por último, el volcán de Tinguatón hizo erupción al anochecer y su actividad volcánica cesó hacia el 25 de octubre de ese mismo año de 1824. Posteriormente, los volcanes de Lanzarote entraron en un período de calma.

La mayor erupción producida en España tuvo lugar en 1730 en lo que hoy es el Parque Nacional de Timanfaya, en Lanzarote. Duró cerca de seis años.

La mayor erupción producida en España tuvo lugar en 1730 en lo que hoy es el Parque Nacional de Timanfaya, en Lanzarote. Duró cerca de seis años.Shutterstock

El Teide, el tercer volcán más grande del mundo

En cuanto al volcán tinerfeño de El Teide, se trata del pico más alto de España, con 3715 metros sobre el nivel del mar, y es la tercera estructura volcánica más grande del planeta, tras el Mauna Loa y el Mauna Kea, ambos en Hawái, según recoge el vulcanólogo del CSIC Juan Carlos Carracedo en un estudio sobre su historia. La última vez que la isla sufrió los embates de sus volcanes fue el 18 de noviembre de 1909, cuando el Chinyero entró en erupción, lo que duró hasta finales de aquel mes. 

El diario ABC informó de que arrojó lava a “más de 500 o 600 metros por cuatro bocas”. No hubo víctimas ni daños en los pueblos, aunque sí afectó a la agricultura. Ahora bien, fue más explosiva de lo que se pensaba, como señaló un artículo de la revista Bulletin of Volcanology publicado en 2017. Sus autores, un equipo de investigadores del Centro Geofísico de Canarias del Instituto Geográfico Nacional de España (IGN) y del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia, revisaron los testimonios de la época y los restos generados por el volcán.

Asimismo, señalaron que si se hubiera producido hoy, habría afectado a autopistas, centros turísticos, hospitales y cultivos, y que el transporte aéreo de la isla habría quedado interrumpido. El Parque Nacional del Teide, nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2007, recibe una media de unos cuatro millones y medio de personas al año, y es el más visitado de España.

El Croscat, situado en la zona gerundense de La Garrotxa y de tipo estromboliano, es el volcán más joven y de mayor tamaño de la península ibérica.

El Croscat, situado en la zona gerundense de La Garrotxa y de tipo estromboliano, es el volcán más joven y de mayor tamaño de la península ibérica.Shutterstock

La zona volcánica de la Garrotxa

La Garrotxa, en Girona, es, junto a la de canarias, otra de las zonas volcánicas activas españolas. Ubicada en el Parque Natural del mismo nombre, posee 40 conos volcánicos, entre los que se encuentra el volcán de Santa Margarida, en el municipio de Santa Pau, cuya última erupción tuvo lugar hace 11 000 años; o el Croscat, de tipo estromboliano, el más joven y también el de mayor tamaño de la península ibérica. Por su parte, en medio de la ciudad de Olot se encuentra el Montsacopa, que con un cráter de 120 metros de diámetro se alinea entre los volcanes Montolivet y de la Garrinada.

Como señalaba Martí, aunque la probabilidad de erupción en La Garrotxa es muy baja, no significa que sea nula. En este sentido, algunos vulcanólogos consideran que no es absolutamente descartable, ya que tuvo su última erupción hace unos 11 milenios, como recuerda el experto del IGME, y dado que se estima que la zona tiene una recurrencia de erupciones de entre 5000 a 20 000 años. Por ello, está considerada zona volcánicamente activa —así lo contempla el Boletín Oficial del Estado (BOE) desde 2013—, y por tanto debería contar con un protocolo específico de actuación, de manera similar al que se se puso en marcha en La Palma por la erupción del Tajogaite. 

Sin embargo, el gobierno catalán ha reconocido que carece de tal protocolo, según un reportaje publicado en el diario ABC. En el caso de que se produjeran unas erupciones en este Parque Natural, podrían alcanzar hasta a once municipios, en los que actualmente viven unas 40 000 personas, la mayor parte en Olot.

El Macizo Volcánico de Calatrava constituye la zona volcánica más extensa de la comarca del Campo de Calatrava (Ciudad Real).

El Macizo Volcánico de Calatrava constituye la zona volcánica más extensa de la comarca del Campo de Calatrava (Ciudad Real).Redes de Áreas Protegidas de Castilla-La Mancha

La zona volcánica del Campo de  Calatrava

Por su parte, en el Campo de Calatrava, en Ciudad Real, el riesgo también es considerado muy bajo, y la actividad que podría producirse sería fumaroliana, precisa el experto del GEO3BCN-CSIC: es decir, emanación, pasiva o intensa, de gases a temperaturas de al menos 100 ºC. El área volcánica de esta zona ocupa 5000 m² y en ella se ubican localidades como la mencionada Ciudad Real, Miguelturra, Almagro, Daimiel y Bolaños. En dicha zona se incluyen unos 240 edificios volcánicos, desde el Morrón de Villamayor de Calatrava, de hace unos 7,5 millones de años, hasta el Columba, situado entre Calzada y Granátula, y con unos 5000 años de antigüedad. 

No obstante, sobre estos últimos hay controversia, como señala el experto del IGME: “Es un dato aportado por un grupo de geógrafos de la Universidad de Castilla-La Mancha (grupo GEOVOL), al que la comunidad de vulcanólogos no concede mucho crédito, y que sostiene que el vulcanismo fue activo en esta zona hace entre 8,7 y 1,75 millones de años. Otra cosa distinta es que existan surgencias de agua caliente (‘chorros’, como se los conoce localmente), como los de Granátula del año 2000, producidas al perforar acuíferos confinados que tienen gran cantidad de CO₂ de origen volcánico (como si abres una bebida con gas)”.

El material volcánico expulsado durante la erupción del Timanfaya del año 1730 arrasó la cuarta parte de Lanzarote, dejó once poblaciones cubiertas de lava y cenizas, y también cambió sus playas.

El material volcánico expulsado durante la erupción del Timanfaya del año 1730 arrasó la cuarta parte de Lanzarote, dejó once poblaciones cubiertas de lava y cenizas, y también cambió sus playas.Shutterstock

Zonas volcánicas inactivas de España

En la península ibérica existen varias zonas volcánicas consideradas inactivas. En el Cabo de Gata (Almería) se encuentra el conjunto volcánico más complejo de la península, ya que cuenta con volcanes submarinos y en superficie, como son los domos de lava (el Fraile y el Fraile chico); y con calderas volcánicas, como la del Plomo o la de Majada Redonda. Los fenómenos volcánicos de esta zona están fechados hace entre 15 y 16 millones de años, cuando se inició la actividad magmática en el mar de Alborán. 

No existe tampoco ningún signo de actividad en el volcán valenciano de Cofrentes, ubicado en el cerro de Agrás, a unos 500 metros de altitud y próximo a la central nuclear del mismo nombre. También permanece dormido el volcán de las islas Columbretes, un archipiélago situado a 50 kilómetros de la costa de Castellón, en el que según algunos estudios hubo actividad hace alrededor de 300 000 años.

¿Estos volcanes silentes podrían volver a ser activos? El experto del IGME indica que es “muy poco probable, por no decir imposible”. ¿Y los activos podrían volverse inactivos? En este caso la respuesta es sí. “A la larga (en términos geológicos), todos los volcanes y zonas volcánicas activas se vuelven inactivas, cuando desaparecen las causas geodinámicas que los generan. Eso sí, no hay que olvidar que hablamos de centenares de miles a millones de años”, precisa Martí. 

Asimismo, Rodríguez añade que, con el movimiento de la corteza oceánica hacia el este, las actuales islas de Tenerife, La Palma y El Hierro se alejarán del punto caliente y sus volcanes pasarán a estar inactivos como los de Fuerteventura, Gran Canaria o La Gomera “en decenas, cientos de miles o millones de años”.

El Instituto Geológico y Minero de España cuenta con especialistas sobre el terreno dedicados a recopilar y analizar la información disponible y difundirla.

El Instituto Geológico y Minero de España cuenta con especialistas sobre el terreno dedicados a recopilar y analizar la información disponible y difundirla.IGM

Mientras tanto, habrá que seguir vigilando y apostando por la valiosa labor que llevan a cabo los científicos y profesionales que, como en el caso de La Palma, han evitado que el desastre fuera mucho mayor. Los expertos consultados subrayan que la población española puede estar tranquila gracias a los sistemas de vigilancia y alerta, y los planes de emergencia, obviamente sobre todo en las Canarias, como ha podido comprobarse en La Palma. “Al menos desde el punto de vista científico. Otra cosa es cómo reaccionan ante la información científica los gestores y los políticos”, apostilla Martí. 

En cualquier caso, ambos expertos consideran que hay margen de mejora. El del IGME propone ampliar la red de instrumentación sobre el terreno y aumentar la plantilla de técnicos y científicos dedicados a esta actividad, además de elaborar mapas de peligrosidad volcánica detallados e intentar reordenar los usos del territorio a partir de tales datos. “Esto significaría –dice Martí– tener conciencia de que los volcanes existen, y de que ocupamos su espacio”. Por ello, además de las medidas propuestas por su colega, el experto del GEO3BCN- CSIC sugiere la creación de planes de emergencia más adecuados frente al problema, y un programa de educación sobre estos volcanes y el riesgo que pueden representar.

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