Vacaciones para matar

Un peligroso criminal (interpretado por Joe Dallessandro, conocido por haber trabajado en las películas de Paul Morrissey y Andy Warhol a finales de los años sesetna) consigue huir de la prisión y matar a dos hombres para hacerse con su coche, llega hasta una tranquila casa del campo donde tiene escondido el botín del último atraco que cometió. Lo que no sabe es que una pareja pasa los fines de semana y decidirá retenerlos en su poder.

Aborrecible producto que mezcla intriga y “softcore” a la italiana (muy en la línea de films como “Trampa para un Violador” (La Casa Sperduta Nel Parco, 1980) de Ruggero Deodato así que viene a ser una explotación re-explotada de la ya innumerable oleada de films eróticos que se pusieron de moda a mediados de los setenta con parecidos muy razonables entre si. Ya con el reparto y un argumento pobre uno se puede hacer a la idea por donde irán los tiros. O más bien los manoseos. Porque lo único que saben hacer aquí los actores, a parte ponerse los cuernos, o es ir pegando tiros a las moscas o cargarse la chimenea del hogar con un pico es lucir el tipo caundo no se masturba en el sofá del comedor (bueno sí, aquí las únicas interpretaciones que valen la pena son la de Marlon Brando, James Dean y John Travolta, y cada uno colgado en su póster en las paredes de tan adorable estancia).

A la película también se la conoce por el título de “Vacaciones para matar”.