El estudiante (2009), de Roberto Girault

Pese a las reticencias de su esposa, Chano, jubilado de 70 años, decide ingresar en la universidad para cumplir su sueño de estudiar Literatura. Aunque en un principio sus nuevos compañeros de clase –todos jovencísimos– se sorprenden por la presencia de su nuevo compañero, pronto consigue integrarse, acude con su mujer a alguna fiesta, les aconseja, les ayuda a preparar una representación teatral...

Opera prima del realizador mexicano Roberto Girault, también coautor del guión, que obtuvo un enorme éxito de público en su país (en 2009 fue la producción mexicana más taquillera del año). Aunque se revela como un director prometedor, lo cierto es que aún se nota demasiado que es un principiante. Los diálogos son insulsos, abusa de la metáfora “quijotesca” comparando en todo momento al protagonista con el protagonista de la novela de Cervantes, cuando en realidad los conflictos a los que se enfrenta son mínimos, trata de abarcar demasiados temas y las interpretaciones son irregulares.

Además, es una cinta un tanto localista, pues desde fuera uno se plantea si es que en México ningún jubilado acude a la universidad, dada la estupefacción del personal de secretaría y los compañeros del protagonista ante su presencia. Se excede en sentimentalismo facilón, y aunque algunas de sus reivindicaciones de los valores perdidos del pasado son bastante positivas e interesantes, se exponen de forma demasiado didáctica.

La disfrutará, no obstante, el público que busca producciones amables. Y un par de secuencias son bastante acertadas, como la de los estudiantes pronunciando frases del Quijote a quienes se encuentran por la calle, o la fiesta en la que la esposa del protagonista recuerda cómo se hizo novia de su marido, mientras las nuevas generaciones intiman de forma similar.