Extractos de plantas: Qué son, Usos y Cómo se preparan

Extractos de plantas

A ver:

El objetivo está MUY claro…

¡Aprovechar los beneficios de las plantas! 🙂

Y resulta que para esto, los extractos de plantas son una genial herramienta.

Así que si te interesan tanto como a mí, estás en el sitio adecuado.

En esta guía completa de Gracias Naturaleza te cuento qué son, cómo se consiguen, qué tipos existen y para qué sirve.

¿Suena bien? Pues al lío.

¿Qué son los extractos de plantas?

Los extractos de plantas son los productos resultantes de un proceso en el que se han extraído y concentrado los principios activos de estas. Se emplean por sus propiedades beneficiosas para la salud.

A ver, me voy a explicar mejor.

Muchas plantas son útiles para prevenir y aliviar ciertas dolencias, o bien para la industria de la cosmética

¿De dónde les viene a las plantas esas propiedades beneficiosas?

Pues de las sustancias que contienen en su composición química, que se llaman principios activos.

Extracción de principios activos de la hoja de una planta

El caso es que con distintas tecnologías es posible extraer y concentrar estos principios activos, y al producto resultante le puedes llamar como «extracto».

En los extractos se concentran vitaminas, minerales, polifenoles, flavonoides y demás principios activos.

Aplicaciones de los extractos de plantas

Los extractos líquidos son comodísimos de tomar, los puedes añadir a otra bebida o infusión, con ayuda de las gotas es muy fácil de controlar la dosis.

Si es el caso de un extracto seco, los formatos de cápsulas y comprimidos son también muy cómodos y permiten la dosificación.

Algunos extractos son para uso por vía interna, esto es para ingerirlos. Es el caso de antioxidantes, diuréticos,…

Otros sin embargo son para uso externo, por ejemplo antifúngicos, cicatrizantes, antiacnéicos

¿En qué campos encuentran aplicación los extractos de plantas?

Estos son los principales:

  1. Fitoterapia y medicina natural.
  2. Cosmética natural y perfumería.
  3. Industria alimenticia.
  4. Plaguicidas naturales para el huerto.

Como ves las posibilidades son inmensas.

Además, los extractos pueden ser de distintos tipos, en función del método de extracción, de la consistencia final del extracto y de la concentración en principios activos.

Ahora bien…

¿Qué tecnologías son las MÁS apropiadas para preparar extractos vegetales? En la siguiente sección te explico de qué va el tema.

¿Cómo se prepara un extracto vegetal?

Los principales métodos para preparar extractos vegetales implican la extracción, usando un disolvente. Esto consiste en poner la planta fresca, semi-seca o seca, y bastante triturada en contacto con un disolvente.

¿Qué parte de la planta usar?

Pues depende…

En principio puede ser cualquier parte: raíces, tallos, hojas, flores, frutos…

Porque depende de la planta y de las partes en que cada planta concentre los principios activos.

Partes de plantas y hierbas para hacer extractos vegetales de fitoterapia

Como te digo, poco a poco las sustancias contenidas en la planta van pasando al disolvente.

A estos extractos se les denomina extractos fluidos o líquidos.

¡Y aún existe otra posibilidad más!

Consiste en eliminar el disolvente del «extracto fluido». Por evaporación, liofilización o por otros procedimientos físicos. El resultado en este caso será un polvo concentrado o extracto seco.

Ahora bien, se pueden usar distintos disolventes, y según el tipo de disolvente usado tendremos distintos tipos extractos.

Tipos de disolventes en la preparación de extractos de plantas

A la hora de elegir los disolventes es importante fijarse bien en varias características.

  1. No tienen que ser tóxicos.
  2. Deben ser selectivos (para extraer las sustancias deseadas).
  3. No deben ser reactivos con otras sustancias de la planta.
  4. Tiene que ser capaces de soportar temperaturas elevadas (en los métodos que implican calor)
  5. Y si además es un solvente económico, mejor todavía.

¿Cuáles son los más usados?

Pues mira, depende de la sustancia que queramos extraer y del uso posterior del extracto. Recuerda que siempre quedarán trazas del disolvente en el extracto.

Agua

Es el disolvente más usado. Sirve para extraer sustancias como glicósidos, mucílagos, saponinas, pectinas, carbohidratos, proteínas, sales minerales. Es barato, no es tóxico, no es inflamable, pero no impide la proliferación bacteriana por lo que estos extractos se tienen que consumir pronto, o bien usar conservantes.

Alcohol/glicol

El alcohol es de los disolventes más potentes. En concentraciones bajas no genera toxicidad. Sirve para extraer sustancias como flavonoides, compuestos fenólicos, alcaloides, terpenoides y ácidos orgánicos. Son solubles en agua, y es frecuente usar mezclas de alcohol, agua, propilenglicol o glicerina. Para uso cosmético se suele usar el etanol, mientras que para ingerir hay que usar alcoholes de grado alimentario.

Aceite

Sirven para extraer las sustancias liposolubles como polifenoles y carotenoides. No es tóxico y se suelen usar aceites vegetales que se eligen en función del uso posterior. Entre los más frecuentes están el aceite de oliva, de girasol, de almendra,…

Los 8 métodos principales para conseguir extractos de plantas

Los métodos para conseguir extractos de plantas más frecuentes y conocidos son los siguientes.

Los 5 primeros son métodos extractivos, mientras que los 3 últimos no lo son.

1. Infusión

La infusión es muy común y muy usada.

¿Quién no se ha tomado alguna vez una infusión para la tripa o para el catarro?

Pues al fin y al cabo, la infusión no es más que es un método extractivo donde el disolvente es agua hirviendo.

Después de dejar hirviendo la mezcla unos 5 minutos, se filtra y se deja enfriar. Hay que consumir en un plazo de 12 horas.

2. Decocción

En la decocción el disolvente usado también es agua.

La diferencia con la infusión es que se deja hirviendo 15 o 30 minutos, incluso hasta 40 minutos si el material es leñoso.

Te recomiendo tapar el recipiente para evitar la evaporación del agua. En este caso hay que consumir antes de 24 horas.

3. Maceración

La maceración es una de las extracciones clásicas.

Consiste en dejar la mezcla de la planta molida sumergida en el disolvente a temperatura ambiente, un tiempo que puede ir de 3 o hasta 40 días.

Lo ideal sería agitar continuamente. Si no dispones de un agitador mecánico recuerda remover un par de veces al día. En este caso también te recomiendo tapar el recipiente.

4. Digestión

La digestión es una variante de la maceración.

Se diferencia en que se realiza a una temperatura superior, de 35 a 50 ºC.

Ojo, ¡la temperatura no debe llegar a la ebullición del disolvente!

Se emplea cuando las sustancias a disolver son resistentes en frío, o cuando se trabaja con partes duras de la planta.

5. Percolación

La percolación es un método extractivo un poco más sofisticado y más efectivo que los anteriores.

Se trata de ir sustituyendo continuamente el disolvente ya saturado por otro disolvente nuevo.

Para ello nos ayudamos de una especie de embudo que es el percolador.

La percolación paso a paso:

  1. Impregna la materia vegetal molida con el disolvente.
  2. La incorporas en el percolador y colocas unas esferas de vidrio encima para aplastar la materia vegetal y que no sobresalga del disolvente.
  3. Añade una cantidad de disolvente para cubrir la parte de arriba del percolador.
  4. Deja macerar 24 o 48 horas o el tiempo indicado para la extracción que hagas.
  5. Ve recogiendo el percolado por abajo, a la vez que vas añadiendo el disolvente nuevo por arriba.

6. Presión

Este método consiste en prensar, estrujar, exprimir,… como quieras decir, a la planta mediante una prensa hidráulica para sacar todos sus jugos y sustancia.

Como resultado de este proceso se obtienen 2 productos, por un lado el valioso extracto, y por otro lado el residuo o desecho (llamado bagazo).

7. Incisiones

En los frutos o cortezas de árboles se practican unas incisiones, por la que las plantas o árboles van segregando o supurando distintas sustancias.

Esta es la forma, por ejemplo, de obtener resinas, gomas o mieles.

8. Destilación

Y cómo no…

No puedo dejar de nombrarte uno de los métodos más conocidos.

Mediante destilación por arrastre de vapor de agua se obtienen nada más ni nada menos que los preciados aceites esenciales.

Los aceites esenciales tienen un formato oleoso y una composición muy compleja. Encierran en sí mismos la esencia de cada planta, y son realmente potentes.

Tipos de extractos

En función de la densidad del extracto obtenido y de la concentración de principios activos, clasificaremos los extractos según las siguientes categorías:

  1. Tisanas: Las tisanas tienen en común que el disolvente utilizado es agua. El método extractivo puede ser cualquiera de los anteriores, aunque las infusiones y decocciones son muy frecuentes. El resultado es un extracto muy líquido y donde los principios activos están bastante diluidos.
  2. Oleato: Es el resultado de una maceración donde el disolvente es un aceite.
  3. Tinturas: Es el resultado de una maceración donde el disolvente es alcohol/glicol, y la materia vegetal de partida está seca.
  4. Extractos secos: Se ha eliminado el disolvente (aunque siempre quedan trazas) y el extracto resultante es una materia seca. Es un buen formato ya que el producto obtenido es estable y se conservará por un buen tiempo. Se le puede dar distintas presentaciones, en comprimidos, en pastillas, etc. que te garantizan la dosis o cantidad de principio activo que contienen.

¿Cómo medir la calidad de los preparados?

En general, cuanto más seco sea el extracto más concentración de principios activos tendrá y más eficaz será.

Aún así, la cantidad de principios activos puede ser muy variable.

Distintos tipos de hierbas medicinales para hacer extractos

Depende de qué parte de la planta se haya usado, variedad, estado de maduración y hasta la climatología de la zona puede influir.

Por tanto es bueno contar con sistemas que garanticen la calidad del extracto.

Cuando el extracto seco se ha obtenido en laboratorios (no es casero), el propio laboratorio suele indicar qué principios activos y en qué concentración están presentes.

  • Un extracto estandarizado es aquel que nos garantizan la misma cantidad de principios activos, sin que dependa del lote ni de la fecha de fabricación.
  • Un extracto titulado es aquel en que se conoce la cantidad exacta de principio activo. Se expresa en % de principio activo.

Y aquí acaba la guía.

Espero que te haya sido muy útil.

Un abrazo enorme y hasta la próxima,

-Mario Angulo

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