Oti Rodríguez Marchante: Crítica de 'Men': El terror abriéndose paso entre el melodrama

Crítica de 'Men': El terror abriéndose paso entre el melodrama

Alex Garland (de quien se estrenó hace años ‘Ex machina’, muy singular y provocadora) consigue crear desconcierto, atmósfera, emociones y sugerencias distintas, y amparado en un género, el de terror, que solo suele gustar a los de su cofradía

Oti Rodríguez Marchante

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Curiosa y bien climatizada película del británico Alex Garland que fácilmente puede considerarse de terror, aunque en su esencia juegue más a lo dramático y psicológico por las características de su personaje principal, una mujer que ve cómo cae su marido por la ventana y el sentimiento de culpa o arrepentimiento por no haber sabido impedir su suicidio. Es el comienzo de una historia que se va a instalar en una casa aislada en la campiña inglesa, donde ella se refugia para digerir su tormento.

Con maestría, Garland conduce un buen tramo del argumento por una senda inquietante, en la que tanto la protagonista como el espectador son presas fáciles para el desconcierto, los recelos y evidentes síntomas de alarma. Maneja con buen estilo de género el goteo de personajes y la sensación de peligros, al tiempo que profundiza (explica) la reciente tragedia vivida por esa mujer cuya memoria no deja de traerle imágenes (que vemos) de la radical y violenta ruptura de su matrimonio. Es lo mejor de la película, ese empaste emocional entre el horror pasado y el olor a horror presente.

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Luego, ya sin tanta maestría, esa sutil historia se llena de pretensión, de simbología febril, de floresta moral, de surrealismo fantástico y de exceso visual: una película de terror más al uso, aunque con el divertimento muy singular de ver la increíble interpretación de Rory Kinneas, que interpreta tantos personajes extremos y chirriantes como necesita el director para amasar pavor y sugerencias moralistas sobre la amenaza masculina y la superación de los traumas. El papel de la joven lo interpreta Jessie Buckley , y de un modo muy convincente, aunque palidece ante la sinfonía macabra y los fuegos artificiales de Rory Kinnear.

En cualquier caso, Alex Garland (de quien se estrenó hace años ‘Ex machina’, muy singular y provocadora) consigue crear desconcierto, atmósfera, emociones y sugerencias distintas, y amparado en un género, el de terror, que solo suele gustar a los de su cofradía.

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