A finales del siglo XVIII, Túpac Amaru II logró colocar al imperio español en jaque luego de ver como sus señalamientos contra los abusos de los indígenas no eran escuchados, observando a su vez, como las autoridades coloniales no ofrecerían ningún tipo de cambio a las condiciones indígenas, lo que llevó a Túpac Amaru II y su gente levantarse contra las autoridades en Perú.
La figura del legendario Túpac Amaru II todavía revolotea en el imaginario colectivo latinoamericano, convertido en un símbolo de la lucha indígena, ya que su movimiento protagonizado a fines del siglo XVIII, es considerado el antecedente más importante de la independencia americana.
¿Quién fue Túpac Amaru II?
El hombre que se convirtió en el líder indígena más importante del siglo XVIII nació entre 1738 a 1740 en la región de Tinta, ubicado en el actual Perú, y fue hijo del curaca Miguel Condorcanqui del Camino y la mestiza Rosa Noguera Valenzuela, bautizando a su hijo como José Miguel Condonrcanqui Noguera.
José Miguel estudió con los jesuitas desde 1750 en el prestigioso colegio para curacas en el Cuzco, llamado San Francisco de Borja, donde se destacó no solo por su incomparable fuerza física sino por su amor por la lectura y hambre de conocimiento.
Sería ese amor por la literatura fundamental en sus años posteriores, ya que les ayudaron a denunciar los atropellos vividos por los indígenas de la mano de las autoridades coloniales en el Perú colonial.
En 1760 se casa con Micaela Bastidas Puyucawa, quien fue el amor de su vida y con quien tuvo sus tres hijos: Hipólito, Mariano y Fernando.
Condorcanqui quedó huérfano a una edad temprana. Luego de fallecer su padre, sus títulos de Curaca los heredó uno de sus hermanos quien también falleció a edad temprana, por lo que terminó convirtiéndose a los veinte años aproximadamente, en el Curaca de Surimana, Pampamarca y Tungasuca.
Al heredar el cacicazgo de estas tierras, también recibió más de trecientas cabezas de mulas, las cuales eran fundamentales para sus actividades comerciales y que le permitieron conocer múltiples rutas entre los pueblos, a la par de hacerse con importantes contactos.
Túpac Amaru II defiende su linaje por vía legal
A partir de 1766, José Gabriel Condorcanqui se enfrasca en una batalla legal contra Diego Felipe Betancur por el reconocimiento legítimo de ser el descendiente del último soberano inca, Túpac Amaru I ejecutado por los españoles en 1542.
Ser reconocido como el descendiente del último monarca inca, permitía ostentar títulos nobiliarios junto a la obtención de tierras y recibir dinero por parte de la Corona Española.
El reconocimiento por los pueblos indígenas y la rebelión
La batalla legal por dicho reconocimiento fue un fracaso para Condorcanqui, en el sentido de que ninguno de los dos logró el objetivo. No obstante, la manera en que José Gabriel Condorcanqui demostró ser el legítimo descendiente del último rey inca, le hizo obtener el reconocimiento de todos los curacas y pueblos indígenas.
Gracias a ese reconocimiento, en ese mismo año de 1776, Túpac Amaru II comienza a denunciar formalmente las tres instituciones coloniales más odiadas por los indígenas: la mita, el obraje y los repartos, que confinaban a este grupo social a la eterna miseria.
Preparación de la rebelión
Poco a poco, Túpac Amaru II va comprendiendo que será imposible hacerles frente a las autoridades españolas sin que se utilice la violencia, por lo que decide organizar a los indígenas gracias a su condición de Curaca, comenzando por la obtención de armas.
Las armas de fuego que estaban prohibidas para los indígenas, eran obtenidas de las casas o depósitos de los mineros, sustrayéndolas de dichos parajes para ponerlas al resguardo de los sublevados.
Por su parte, las armas blancas eran obtenidas por las personas mayores, mientras que las mujeres se encargaban de diferentes tipos de labores, tanto de logística como inteligencia.
El movimiento de Túpac Amaru II
El Corregidor de Tinta Antonio de Arriaga, era célebre por su trato cruel a los indígenas, por lo que al ser excomulgado, el 4 de noviembre de 1780 fue detenido por el Curaca Túpac Amaru II, quien le obligó a firmar un pedido de armas y dinero a las autoridades españolas.
Lograron recibir cerca de 22 mil pesos, animales, armas, oro y plata, con lo que continuaron armándose para la lucha contra las autoridades españolas.
El ajusticiamiento de Arriaga
A partir de ese momento, Arriaga ya no representó ninguna ganancia para los indígenas así que 10 días después de su arresto, Antonio de Arriaga fue condenado a muerte en un juicio sumario en la plaza de Tungasuca, pereciendo en el mismo lugar donde él mismo mandó a ajusticiar a numerosos indígenas en el pasado.
La noticia del ajusticiamiento de Arriaga corrió como la pólvora, levantándose los indígenas en territorios de los actuales Perú, Bolivia y Argentina.
Por cada pueblo que pasaba el ejército de Túpac Amaru II, los indígenas cesan de su estado de cuasi esclavitud, no trabajando de manera forzada ni pagando la mita, lo que proporciona un aquilatamiento de sus huestes.
La primera gran victoria se produjo el 18 de noviembre de 1780 en Sangarará, cuando el ejército comandado por Túpac Amaru II propinó una dura derrota al ejército español que fue aniquilado casi en su totalidad.
La respuesta al movimiento indígena de Túpac Amaru II
Cuando en el Cuzco se conoció la noticia de la derrota del ejército español, la población entró en pánico decidiendo numerosas personas abandonar la ciudad, por lo que el virrey debió expedir un bando prohibiendo la salida de los pobladores.
Luego de su victoria, Tupac Amaru II cometió el primero de varios errores militares que terminarían costándole la victoria y la propia vida.
Su esposa y compañeros le instaron a continuar al Cuzco luego de la victoria, pero Túpac Amaru II pensaba que sacaría mayores ventajas de una negociación de paz, por lo que prefirió devolverse a Tungasuca a su cuartel general.
Los virreyes de Perú y Río de la Plata unieron fuerzas para adversar al inca, reuniendo 17 mil hombres que marcharon rumbo al Cuzco en diciembre, provocando que Túpac Amaru se movilice a sitiar la ciudad, aunque ya sería muy tarde.
El sitio duró desde el 28 de diciembre al 10 de enero de 1781, cuando finalmente luego de tres ataques frontales, Tupac Amaru II ordena la retirada en un momento que los analistas militares han visto como prematuro considerándolo un error.
Sea como fuere, la superioridad ahora estaba del lado español, ya que el avance de su ejército había implementado el terror por los pueblos a su paso, logrando que muchos indígenas desertaran de la lucha.
La captura y muerte de Túpac Amaru II
El 6 de abril de 1781, luego de que terminara el asedio del Cuzco y que Túpac Amaru II lanzara un bando de coronación el día 18 de marzo de 1781 donde instauraba el incanato y terminaba con la regencia de Castilla, se produjo la Batalla de Tinta donde el Curaca fue capturado.
Su captura se dio gracias a la información de uno de sus allegados, Francisco Santa Cruz, tomando no solo a Condorcanqui sino a toda su familia, para trasladarlos al Cuzco.
En aquella ciudad fueron condenados a muerte, obligando los españoles a Condorcanqui observar la muerte de familiares y especialmente su esposa e hijos, a quienes cortaron la lengua.
A Túpac Amaru II, le amarraron de cuatro caballos que debieron desmembrarle pero que su fuerza física evito tal destrucción de su cuerpo, por lo que terminó siendo degollado el 18 de mayo de 1781.