La reina Isabel II recibió el pasado martes en el castillo de Balmoral, en Escocia, a la nueva primera ministra, Liz Truss, para su designación formal. Fue un suceso especial, ya que generalmente este acto protocolario se realiza en el Palacio de Buckingham.

Este proceso se llevó a cabo en este castillo para precautelar la salud de la monarca, quien tiene serios problemas de movilidad desde hace varios meses. Balmoral es uno de las residencias favoritas de Isabel II, es el lugar donde pasa algunas semanas cuando toma vacaciones.

El castillo está situado en Aberdeenshire, en Escocia. Si bien a la monarca le gusta mucho esta sitio, la misma sería como una casa de campo, ya que la residencia oficial de la familia real en tierras escocesas en el Palacio de Holyrood en Edimburgo.

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La historia de este castillo inicia en el reinado de Roberto II de Escocia (1316-1390), quien tenía un pabellón de caza en la inmediaciones del lugar.

Pero fue recién en 1848 cuando el castillo del siglo XV se convirtió en residencia real; entonces la reina Victoria y el príncipe Alberto pagaron 30.000 libras por la propiedad, quienes decidieron pasar el verano allí.

Tras la compra, el príncipe empezó obras de ampliar el castillo del siglo XV y adecuarlo a las necesidades de la reina.

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El castillo está abierto al público para visitas en los meses de primavera y verano; unas 50 personas trabajan a tiempo completo en este lugar. Se cierra a los turistas entre julio y septiembre cuando la familia real suele visitarlo.

La reina Isabel II en Balmoral. EFE Foto: Andrew Milligan / POOL

La residencia fue refugio a principios de la II Guerra Mundial. Además, la familia real se alojó allí, tras la muerte de Diana de Gales.

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Isabel II le tomó mucho cariño a la residencia desde muy joven. Incluso fue mecánica durante su Servicio Territorial Auxiliar durante la II Guerra Mundial, y entonces se ocupó del mantenimiento de los Land Rover que se utilizan en Balmoral. (I)