Tras tener que dejar atrás a su primera musa rubia, Madeleine Carroll, al irse de Inglaterra a Estados Unidos, 'Hitch' creyó encontrar en Ingrid Bergman su musa definitiva. Lamentablemente, su relación con David O. Selznick, productor con el que la actriz tenía contrato en exclusiva, no fue la mejor y al romper su unión profesional tuvo que buscar otra interprete que colmase sus expectativas. Lo de Grace Kelly fue más disparatado aún, abandonó el cine para convertirse en princesa (normalmente, es al contrario). Dicen que, bastante cabreado con el asunto, Hitchcock empezó la búsqueda de la “sustituta” de Grace Kelly. En 1957 firmó un contrato de cinco años y tres películas con Vera Miles, actriz que hoy cumple 88 años.

Miles, sin embargo, era diferente. Cuesta imaginarla como otra de las rubias de Hitch, era menos llamativa, menos sensual. ¿Por qué? Sir Alfred descubrió a Vera Miles en un episodio del drama televisivo The Pepsi-Cola Playhouse en 1955. Un año después, Kelly abandonaría el cine para convertirse en princesa y Hitchcock elegiría a Vera como su sucesora. La pudimos ver en el mítico primer episodio de 'Alfred Hitchcock presenta', llamado 'Venganza'. No podemos saber qué es lo que de verdad creía el maestro del suspense en esos momentos. Si veía en Vera a una verdadera sustituta de Kelly o sus intenciones nacían del enésimo despecho por parte de una actriz. Lo que trascendió públicamente fue una campaña publicitaria en la que se anunciaba el contrato de Miles con Hitchcock publicitando a la joven actriz como la sustituta de Kelly.

Vera Miles y Henry Fonda en 'Falso culpable'pinterest
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Vera Miles y Henry Fonda en ’Falso culpable’

Lo cierto es que en un Hollywood lleno de estrellas inalcanzables, irreales, pocas han sabido hacer desaparecer su físico de estrella en papeles realistas, de mujeres que parecían de verdad, reales. Vera Miles quizás haya sido lo contrario de lo que pretendía Hitchcock de sus actrices pero le dio todo lo que quería para su película, situar al espectador dentro de ella. En la retina nos han quedado los planos de Grace Kelly en La ventana indiscreta (1954), los de Kim Novak en Vértigo (1958) o los de Tippi hedren en Los pájaros (1963) pero, ¿y si os decimos que Miles era la mujer de Henry Fonda en Falso culpable (1956)? probablemente tengamos que buscar en google para recordar sus apariciones en la película.

Lo cierto es que Hitchcock parece que no reconoció esta característica de Miles y quiso convertirla en una más en su filmografía. Como era habitual, el contrato con Hitchcock era bastante particular. Por órdenes directas del director, ser una rubia de Hitchcock exigía vestir e incluso ser de una manera determinada, una elegida por él. Con la ayuda de la ocho veces oscarizada diseñadora de vestuario Edith Head, la actriz tuvo que serlo 24h del día y no fue capaz. Rebeldía o independencia, nunca lo sabremos, pero cuando Hitchcock se encontraba diseñando una película especialmente para ella, para convertirla en estrella, Vera decidió quedarse embarazada. Esa película era Vértigo. Sí, la considerada a día de hoy como la Mejor Película de la Historia.

Vera Miles y Alfred Hitchcockpinterest
Archivo Fotogramas
Vera Miles y Alfred Hitchcock

Sí Hitchcock pensaba que lo de “me voy para ser princesa” era lo peor que le había pasado, algo tipo Grace Kelly, Miles le dio una excusa más difícil de encajar porque era como ella, más normal pero también más incontestable. Dicen que Hitchcock nunca se recuperó de este revés y que fue una de las razones por las que su trato a Kim Novak fue, cuanto menos, despectivo durante el rodaje. Hoy no podemos imaginarnos Vértigo sin Novak, menos aún a Vera Miles como Madeleine.

Sin embargo, algo había en Vera Miles que seguía atrayendo a Hitchcock. Le costó tres años pero la actriz conseguiría demostrarle al controlador cineasta inglés que sería el tipo de mujer que ella quisiese. Lo consiguió en 'Psicosis' y, de nuevo, en la retina nos quedaría Janet Leigh como Marion Crane, sus apariciones en sujetador, su escena en la ducha… ¿Quién era Vera Miles? probablemente la interpretación más sobresaliente de la cinta, la hermana responsable, esa que vestía con suéter y rebeca (la prenda, no la película).

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Vera Miles en ’Psicosis?

Esa fue la última vez que Hitchcock, cuál Pigmalión, intentaría un imposible, convertir a Miles en otra de sus Galateas. Por el camino, casi por accidente, Vera Miles había conseguido no ser una rubia más en la filmografía de Hitchcock pero si ser la mujer más real de todo su cine. Ese mismo papel le había valido con John Ford para ser la mujer que espera a Jeffrey Hunter en Centauros del desierto (1956) o por la que competían nada menos que Wayne y Stewart en El hombre que mató a Liberty Valance (1962).

Alejada de la vida pública desde hace muchos años, feliz junto a su cuarto marido y sus ya adultos cuatro hijos, hoy la actriz que dio vida y grito a Lila Crane (sí, hemos tenido que mirar como se llamaba su personaje) cumple 88 años. Es evidente que su peso en el recuerdo cinéfilo es menor a la huella que ha dejado en la historia del cine y de las mujeres en el séptimo arte. Vera Miles pudo ser musa, pero decidió ser “simplemente” una mujer.

James Stewart y Vera Miles en El hombre que mato a liberty valance James Stewart and Vera Miles in The Man Who Shot Liberty Valancepinterest
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Vera Miles y James Stewart en ’El hombre que mató a Liberty Valance’
Headshot of Rafael Sánchez Casademont
Rafael Sánchez Casademont

Rafael es experto en cine, series y videojuegos. Lo suyo es el cine clásico y de autor, aunque no se pierda una de Marvel o el éxito del momento en Netflix por deformación profesional. También tiene su lado friki, como prueba su especialización en el anime, el k-pop y todo lo relacionado con la cultura asiática.

Por generación, a veces le toca escribir de éxitos musicales del momento, desde Bizarrap hasta Blackpink. Incluso tiene su lado erótico, pero limitado, lamentablemente, a seleccionarnos lo mejor de series y películas eróticas. Pero no se limita ahí, ya que también le gusta escribir de gastronomía, viajes, humor y memes.

Tras 5 años escribiendo en Fotogramas y Esquire lo cierto es que ya ha hecho un poco de todo, desde entrevistas a estrellas internacionales hasta presentaciones de móviles o catas de aceite, insectos y, sí, con suerte, vino. 

Se formó en Comunicación Audiovisual en la Universidad de Murcia. Después siguió en la Universidad Carlos III de Madrid con un Máster en Investigación en Medios de Comunicación. Además de comenzar un doctorado sobre la representación sexual en el cine de autor (que nunca acabó), también estudió un Master en crítica de cine, tanto en la ECAM como en la Escuela de Escritores. Antes, se curtió escribiendo en el blog Cinealacarbonara, siguió en medios como Amanecemetropolis, Culturamas o Revista Magnolia, y le dedicó todos sus esfuerzos a Revista Mutaciones desde su fundación. 

Llegó a Hearst en 2018 años y logró hacerse un hueco en las redacciones de Fotogramas y Esquire, con las que sigue escribiendo de todo lo que le gusta y le mandan (a menudo coincide). Su buen o mal gusto (según se mire) le llevó también a meterse en el mundo de la gastronomía y los videojuegos. Vamos, que le gusta entretenerse.