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Universal

Dirección: Stephen Gaghan
Reparto:
Robert Downey Jr., Antonio Banderas, Michael Sheen, Jim Broadbent, Jessie Buckley, Harry Collett
Título Original: Dolittle
País:
Estados Unidos Año: 2019 Fecha de estreno: 24-01-2020 Género: Aventuras Color o en B/N: B/N Guion: Stephen Gaghan, Thomas Shepherd, Chris McKay Fotografía: Guillermo Navarro
Sinopsis: Después de perder a su mujer hace siete años, el excéntrico Dr. John Dolittle , un reputado doctor y veterinario, se encerró en sí mismo tras los muros de su mansión con la única compañía de su colección de animales exóticos. Pero cuando la joven reina cae gravemente enferma, Dolittle tendrá que dejar, muy a su pesar, su vida de ermitaño para embarcarse en una épica aventura a una mítica isla en busca de una cura, recuperando su sentido del humor y su coraje a medida que se cruza con viejos adversarios y mientras descubre maravillosas criaturas

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Lo mejor: asume con suicida convicción su condición de película para niños.
Lo peor: el chirriante acento de Robert Downey Jr. en el original, algo que no estará en el doblaje al castellano del gran Juan Antonio Bernal.

Cuando El extravagante doctor Dolittle (Richard Fleischer, 1967) llevó a la bancarrota a la Twentieth Century Fox también acabó, como daño colateral, con el grandilocuente y bigger tan life musical que había estado triunfando en la taquilla durante más de una década. Nunca me pareció una mala película, pero sí una rareza que no permitía al espectador sentirse cómodo con canciones (o recitaciones en el caso de Rex Harrison) olvidables, un argumento infantil y un sentido de la fantasía que supongo provocaría un rechazo visceral a finales de unos años 60 que no estaban para cosas así. A Las aventuras del doctor Dolittle, en teoría firmada por Stephen Gaghan (el pasado mayo se volvieron a rodar escenas y se cambió el montaje original), le ha sucedido exactamente lo mismo: este 2020, el cine que hoy se produce y se consume, y lo que es peor, los críticos, no están para comprender o estimar a una película voluntariamente pasada de moda que es extremadamente fiel a los cuentos escritos por Hugh Lofting. Cine infantil (no solamente para el público infantil) en toda su acepción, la película se entrega incondicionalmente a la inocencia (incluyamos en ella el tema de ventosidades y puerros vía rectal), a narrar un viaje tan viejo como el de cualquier relato de Las mil y una noches (¿no es lo del fruto del árbol del Edén que puede salvar a la reina de Inglaterra como la rosa de El ladrón de Bagdad, versión de 1961 de Arthur Lubin y Bruno Vailati?) y a encadenar escenarios y acciones como si fuéramos pasando a mano las páginas ilustradas de un libro.

Las aventuras del doctor Dolittle ha llegado con años de retraso; ha llegado a unos tiempos modernos de cinismo extremo, acaso mal acostumbrados a que una propuesta vintage venga acompañada de guiños actuales, de chistes cinéfilos y de irrespetuosa/cariñosa mirada desde el hoy. Cede algo a eso (las referencias a las entradas en el cuaderno de bitácora de Star Trek o el chiste sobre El padrino), pero es un lapsus. Todo el film parece vivir en una cápsula del tiempo donde Pippi Calzaslargas viaja a islas de piratas, donde Robert Downey Jr. se disfraza como Burt Lancaster y Nick Cravat en El temible burlón, donde los animales están más cerca de Disney que de la Warner y donde uno se pregunta si acaso fuera esta la versión que Jim Henson podría haber hecho (con marionetas en vez de bichos CGI) en los 80, tal vez la última vez que de verdad fuimos inocentes y capaces de llamar a la puerta de este extravagante doctor, de este cuento fantástico, blanquísimo y sin maldad.

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