En una �poca ya pret�rita y pluscuamperfecta, a los Kennedy se les consider� la familia real americana. En una sociedad �vida por crear mitos y con una imperiosa necesidad de que por sus venas corriera sangre azul (a finales del siglo XIX y principios del XX fueron sonados los matrimonios de ricas herederas con nobles ingleses, franceses e italianos medio arruinados) la imaginer�a consagr� al que es, probablemente, el apellido m�s notable de Estados Unidos.
En la actualidad no vive ninguno de los nueve hijos que engendraron Joseph y Rose, siendo Jean Kennedy Smith el �ltimo v�stago en fallecer a los 92 a�os en 2020. Sin embargo, quien s� es una testigo fundamental de aquel Camelot en el que reinaron John y Jackie es Ethel Skakel (94), la amant�sima esposa del fiscal general de los Estados Unidos Robert Kennedy, asesinado en 1968 tan solo cinco a�os despu�s del magnicidio de Dallas.
Ethel naci� en un entorno privilegiado ya que su progenitor fund� la Great Lakes Carbon Corporation, empresa vinculada al pr�spero negocio del acero. A pesar de tener ocho hermanos, estudi� en los mejores colegios, entre ellos, el Manhattanville College of Sacred Heart, donde conoci� a Jean Kennedy, de quien se hizo �ntima amiga e incluso fueron compa�eras de cuarto en el campus.
Jean no dud� en presentarla a su hermano Robert durante unas vacaciones de esqu� en Quebec en 1945. Parad�jicamente, en aquella �poca el joven estaba saliendo con Patricia, la hermana mayor de Ethel, con quien romper�a poco tiempo despu�s. Y como el roce hace el cari�o, la amistad dio paso al amor y la pareja se cas� en 1950. Congeniaron en seguida a pesar del republicanismo de los Skakel ya que Ethel compart�a otros rasgos significativos del clan, como ser de origen irland�s, cat�lica y amante de los deportes.
En sus 18 a�os de matrimonio procrearon 11 hijos, de los que solo viven 10 ya que uno de ellos, David, falleci� por drogas con 28 a�os en 1984. Aquel fue el golpe m�s duro de su vida tras el asesinato de su esposo, al que hay que sumar otro muy doloroso cuando hace tres a�os enterr� a su nieta Saoirse, de 22, a causa de una sobredosis accidental. Estas muertes ya forman parte de la tan cacareada maldici�n de los Kennedy.
La joven viv�a con ella en el complejo de los Kennedy en Hyannis Port en Massachussets, una propiedad de 2,4 hect�reas frente al Atl�ntico que alberga tres edificaciones, entre ellas, la mansi�n principal de 850 metros cuadrados que donaron hace una d�cada al instituto Edward Moore Kennedy para el Senado de los Estados Unidos (EMK) con el fin de dar a conocer a la gente de la importancia de esta parte de la rama legislativa del gobierno federal para preservar la democracia.
Ethel vive en una casa adyacente a la mansi�n desde que en 2009 vendiera por 8,25 millones de d�lares Hickory Hill, la propiedad de 2,5 hect�reas en el estado de Virginia donde se asienta la ic�nica mansi�n de fachada blanca, con 12 chimeneas y 2 piscinas. En ambas residencias esta gran mujer siempre ayud� en las campa�as electorales de su cu�ado y esposo, convirti�ndose en un pilar fundamental para su familia pol�tica. Form� parte del equipo directivo de las campa�as para el congreso, el senado y la presidencia de JFK y apoy� a su marido cuando este se empecin� en eliminar las desigualdades sociales entre ricos y pobres, blancos y negros o j�venes y viejos. Actualmente la consideran la gran matriarca.
Cuando se qued� viuda, Ethel manifest� p�blicamente que jam�s volver�a a casarse y cumpli� su palabra. Por eso, cuando ten�a que acudir a alg�n evento, en la mayor�a de las ocasiones estaba acompa�ada por su �ntimo amigo, el cantante Andy Williams. Debido a ciertos problemas de salud motivados por su avanzada edad, Ethel Kennedy ya no acude a eventos p�blicos. Para conocerla algo mejor hay que visionar el documental que hace una d�cada rod� su hija Rory, nacida meses despu�s del asesinato de padre.
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