Veinticuatro horas en la vida de una mujer

Leer a Zweig siempre es una aventura extraordinaria y fascinante, porque nunca decepciona y siempre te deja con ganas de leer m�s y m�s.
Este es un libro que le� r�pidamente, porque no puedes dejar de leer, es lo que pasa con las obras de Zweig.

Una novela corta pero todo un cl�sico. Creo que quedan pocos amantes de la lectura que no lo hayan devorado. Yo lo hice hace bastante tiempo pero lo voy a recordar en esta rese�a.

Una novela escrita en 1927 por Stefan Zweig, el gran escritor austr�aco, que nos ha dejado una important�sima producci�n literaria, variada y de una genial maestr�a.

Entre todos sus escritos, tenemos esta magn�fica narraci�n corta, muy emotiva y conmovedora, en la que se interna en el alma femenina, regal�ndonos un magn�fico retrato psicol�gico de una mujer.

Una historia con grandes dosis de sensibilidad en la que una mujer siente una inmensa pasi�n que le proporciona un desconocido, y esto es lo extraordinario.

Un viuda inglesa se enamora, por azar, una noche en Monte Carlo, de un diplom�tico polaco. Y hay que saber qu� nos depara este amor a primera vista.

Describe la situaci�n de nuestra protagonista, ella ten�a 42 a�os cuando vivi� durante un solo d�a de su vida, veinticuatro horas muy intensas , un d�a decisivo y maravilloso, pero a la vez, tambi�n con un final terrible que perturb� su existencia durante muchos a�os.

Narrada en primera persona por un residente an�nimo de un hotel de la Riviera, cerca de M�naco, donde se encuentra un grupo de la burgues�a de diferentes pa�ses europeos, que se ha convertido en el confidente del momento m�s impactante y clave en la vida de la mujer, Mrs. C. la protagonista, ya anciana.

Ella le cuenta lo ocurrido, hace ya mucho tiempo, ya que lo cree capaz de no juzgar su comportamiento.

As� es como conocemos esas veinticuatro horas en la vida de una mujer, que altera absolutamente su cotidianidad por el atractivo jugador polaco.

Nos ponemos en la piel de un joven adicto al juego y vemos como la se�ora Mrs. C. tratar� de ayudarlo, mientras se va enamorando poco a poco, a pesar de que �l sigue enfrascado en el juego.

Es precisamente, un reflejo fiel de la moral dominante y los prejuicios de la �poca, las apariencias y las convenciones sociales que castiga y marca a la mujer que se atreve a incumplirlas.

Una historia muy bien estructurada, admirable la capacidad para retratar la psicolog�a de los personajes y sus sentimientos, es muy destacable su excelente an�lisis psicol�gico, as� como la descripci�n de las pasiones arrolladoras e inesperadas, que inundan a la protagonista.

Con su estilo elegante y una historia inolvidable, sorprendente e intensa, nos regala una narraci�n perfecta, impecable y admirable.

Un gran placer leer a Zweig, y jam�s nos deja indiferente y, en esta novela, descubrimos su especial universo literario, intenso, seductor y delicioso.

Nunca nos equivocamos si leemos a Zweig.

Denostada por muchos, debido a la simpleza de su trama, 24 horas en la vida de una mujer es justo por ello, una obra de arte.

No pretendo cuestionar la opini�n de nadie. No soy quien. Pero s�, argumentar mi posici�n, firme y sin vuelta atr�s, los motivos que hacen de esta breve nouvelle, una genialidad.

Una cena de caspa y post�n llega a su momento cumbre del licorcito, cigarrillo y cotilleo.
Una dama es el centro de atenci�n por cometer el delito de quedar prendada de un hombre, al que conoce solo de un d�a y largarse con �l a vivir la vida que su aburrido marido no le da.

Esto, que hoy es de aplauso, en el XIX era un esc�ndalo.

No falta un atrevido var�n que defiende como comprensible, la actitud de la, ejem, cuestionable mujer.

La anciana anfitriona ve en �l el hombro en qui�n confesar un suceso similar que le atormenta cosa mala.

Fin de la historia.

Pero Stefan Zweig es mucho m�s que una trama y, es en su escritura, en su forma de narrar y sobre todo, en la manera de crear tensi�n en el lector a trav�s de los sentimientos de los dem�s, donde radica su maestr�a.

Sublime la escena donde nuestra anciana rememora como las manos de su jugador compulsivo se mueven en funci�n de una ruleta, y como est�s muestran desasosiego o alegr�a.

Solo un genio es capaz de secuencias como esta.

Adem�s, no falta su sello personal, como es capaz de entrar en la psique de una mujer de su �poca y de expresar sus inquietudes y angustias.

En esta ocasi�n, no he acudido a la edici�n de el acantilado, sino de Hermida y su antolog�a de la que recientemente os habl� de forma m�s general.

Sin embargo, se me hac�a necesario detenerme un poco m�s en este texto, pues su factura es simplemente brillante.

La magia del austr�aco, no la encontraremos en grandes desarrollos argumentales, pero si, en la condici�n humana, sus miserias y sus ineludibles incertidumbres.

Y estas 24 horas son un ejemplo magn�fico de ello.

ALTO LAS ROTATIVAS DE TODO EL MUNDO😱!
Y si en este caso �la mujer no fuera la villana🤔?
Ya sabes a lo que me refiero, �verdad?

�No?

Bien, d�jame que empiece por el principio...

🌸Imag�nate un esc�ndalo, ya sabes, uno de esos en los que las mujeres siempre salimos perdiendo; en los que se cuestiona la moralidad no solo de la aludida sino la de todas en general. Una de esas tardes de tertulia alrededor de una mesa en la que todos sus ocupantes tienen algo que aportar y no precisamente de valor.

🌸Pero �qu� pasar�a si, de pronto, se alzara una voz distinta, inconforme con lo que se est� exponiendo?

🌸�Ser�a un esc�ndalo?
🌸�Habr�a que echarlo de la tertulia?
🌸�Negarle, quiz�s la palabra?

O... tal vez, este incidente sirviera para dar voz a una mujer que esconde un pasado un tanto �cuestionable?

UNA HISTORIA SOBRE UN IMPREVISTO QUE CAMBI� PARA SIEMPRE LA VIDA DE UNA MUJER

Me fascina la capacidad que tiene Zweig para retratar la psicolog�a de los personajes, sobre todo porque apenas necesita unas l�neas para lograrlo, no por mucho escribir es mejor escritor.
El autor relata con maestr�a los claroscuros de las decisiones que tomamos desde la parte m�s pasional e intensa de nosotros mismos, y sus consecuencias, con las que deberemos aprender a vivir.
Nos creemos capaces de condenar sin saber qu� har�amos nosotros de vernos enfrentados a esta situaci�n.....Y es que cuando las cosas se ven desde fuera es muy sencillo opinar.
La mujer casi siempre juzgada, subyugada a la moral de la �poca. Porque, �hubiese sido tan escandaloso si el protagonista hubiese sido un hombre? �Se le cuestionar�a tanto el hecho de abandonar a su familia llevado por la pasi�n?
Un "gran peque�o libro" que se lee de un tir�n

Tengo mis m�s y mis menos con Stefan Zweig. Y es que todo lo que ha escrito, o al menos, todo lo que yo he le�do, es absolutamente intenso, y eso no siempre apetece, �Verdad?

Esta novela corta de apenas ciento cuatro p�ginas nos demuestra una vez m�s que no es necesaria la extensi�n para contar una historia al detalle y al completo, que tampoco necesitamos de m�ltiples personajes o una trama complicada. �nicamente, manejar muy bien la psicolog�a de sus personajes, meterse en sus cabezas e introducir al lector en ellas en cada l�nea es el todo para un resultado simplemente bello.

En esta historia, nos acercamos al relato comedido y en petit comit� de una se�ora que le confiesa a un desconocido, algo acontecido en un d�a de su vida hace algunos a�os, y de lo que parece no puede olvidarse.

Algo que es incre�ble y no deja de sorprenderme es que, si hay un autor conocedor de la psique femenina, ese es Stefan Zweig sin duda alguna. Es alucinante c�mo conoc�a este se�or el alma de una mujer, por decirlo de alguna forma. Si �Veinticuatro horas en la vida de una mujer� o �Carta de una desconocida� hubieran sido escritas por una mujer, me lo creer�a a pies juntillas, o si acaso resultara que Stefan Zweig fuera un seud�nimo que escondiera a una autora tambi�n hubiera sido cre�ble. Este escritor tuvo que ser un gran observador del alma humana, all� donde fuere y con qui�n estuviere. Lo imagino tomando apuntes mentales observando al detalle cada emoci�n el los otros.

Una novela corta que vale mucho la pena leer, para conocer a este autor si a�n se te resiste por alguna raz�n, y tambi�n porque es una delicia de relato, como siempre, muy bellamente escrito.