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Chichipatos: Cecilia Navia regresó a la comedia
La actriz colombiana, en diálogo con EL COLOMBIANO, habló de su participación en la segunda temporada de esta serie de Netflix.
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En su trabajo, Cecilia Navia ha sido conocida principalmente por hacer papeles en los que hay mucho drama. Sin embargo, regresó a la comedia personificando a Janeth. FOTO cortesía netflix
04 de mayo de 2021
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Luego de ocho meses de confinamiento por la pandemia de la covid-19, Cecilia Navia dijo que no pudo hacer un mejor papel que el de Janeth, una mujer corrupta, muy adinerada y con una carrera en la política, en la segunda temporada de Chichipatos.
Esta serie, producida por Caracol Televisión y disponible desde el pasado viernes en Netflix, le devolvió a la actriz la alegría de volver al set, que para ella fue la mejor manera de regresar.
“En este momento, personalmente no estaría con la energía para poder hacer drama, porque ya hay uno muy grande en el mundo con los noticieros, el hambre, la economía, todo lo que está ocurriendo”, resaltó.
Para dar más detalles de su papel en Chichipatos, sobre su trabajo durante la pandemia y de su relación con la comedia, Navia habló con EL COLOMBIANO.
Cuéntenos sobre su personaje en Chichipatos...
“Mi personaje se llama Janeth, es una mujer que viene de una cuna de dinero bogotana y ha hecho su carrera en la política. En este momento, ella está apuntándole al Senado, es absolutamente corrupta. Janeth viene a refrescar un poquito esta temporada. Además, es una malvada mujer, llena de comedia, con unas situaciones muy divertidas que hacen parte de esa historia del pasado de Ñato (papel hecho por el actor Biassini Segura). No les puedo contar mucho, pero es un nuevo punto de giro de la serie. Es una mujer que entra a sentirse atraída por el Mago Juanquini (interpretado por Antonio Sanint), y va a tratar de seducirlo. Está también ese conflicto que va a hacer que nuestro mago siga siendo como ha sido hasta el momento: buscando ser correcto y un buen hombre de familia”.
¿Qué tan difícil fue meterse al ritmo que traían ellos?
“Soy muy afortunada, porque si estamos hablando del equipo técnico, yo ya había trabajado muchas veces con Caracol, entonces se encuentra uno a los amigos, por esa parte la pasé divino. Y en el lado de la actuación fui afortunada porque Biassini Segura, el Ñato, es muy amigo mío, con el que he hecho teatro, he improvisado, tengo una conexión de hace años con él. Así que tengo puntos a favor. Con el actor Jacques Toukhmanian no había actuado, pero es un amigo; con Antonio Sanint también había compartido en el set; y con Alberto Barreto igual. En últimas, me ubiqué en el set con compañeros con los que ya tengo una historia, eso hace que ya tenga ciertas herramientas. Aparte de eso, fuimos dirigidos por Juan Camilo, que es absolutamente espectacular y es muy claro en lo que quiere. Eso es lo bueno de tener Netflix, que además me pude ver toda la maratón y me ubiqué en el tono de la comedia que estaban haciendo, por eso llegué menos perdida. Pasé muy rico después de estar ocho meses en la casa”.
Es un grupo que viene de la comedia, del teatro, ¿es enriquecedor eso?
“Sí. Siento que en este momento el mundo está evolucionando y llevando a otras dimensiones. En esta serie entran dos personajes de unos chicos que son creadores de contenido digital, son influenciadores, “La Segura” y “El Mindo”. Es un ejercicio muy moderno en general, porque ahora todas estas series tienen a actores de teatro, televisión y a esta nueva oleada de chicos que finalmente traen a una audiencia muy joven. No podemos hacer a un lado la realidad, y es que ahora todo está en redes. En vez de pelear con estos cambios, que yo siento que está ocurriendo porque mucha gente se siente angustiada o atacada, yo creo que lo que hay que hacer es no pelear con eso, sino volverlo a nuestro favor. Hay que entender que el mundo ha cambiado, y más con la pandemia, porque básicamente lo que hicimos durante el confinamiento fue estar pegados a las redes”.
Vimos papeles suyos con mucho drama. ¿Cómo encaja ahora con la comedia?
“Soy una actriz a la que le gusta más el drama, me ubico mucho más en él, con personajes que denuncien realidades. Me encantan las series que cuentan historias de la humanidad de las personas. Con la comedia, desde muy chiquita he estado vinculada a ella; y la he estudiado mucho. Me encantó que la pandemia me volviera a ubicar en ella. A mí me gusta escuchar la vida, y dejarme llevar de la presencia de Dios en la vida, entonces dije ‘bueno, mira que la vida me trajo la posibilidad de volver al set con la comedia’. Me divertí y sonreí. Este año sigo en esa misma rama para este primer semestre”.
¿Y deja los personajes en el set o los lleva a la casa?
“Llevo tantos años en esto, imagínate que tengo 41 años y llevo haciendo personajes desde los cuatro años. Mi esposo dice que me deberían dar el premio a toda una vida. Yo ya hace mucho rato, a través de la experiencia, he aprendido a crear un distanciamiento desde mi persona al de los personajes. Casi que tengo mis propios ritos para que no se me vayan a cruzar los cables. Los actores tenemos abierta esa responsabilidad de que siempre estamos en el abismo de lo surreal. Trabajamos desde nuestro sentimiento. Lloro en la escena, cortan y pongo un chiste o bailo una canción. No tengo que estar sumergida en la tragedia para poder interpretarla. Es como un músculo: como entrenas tus bíceps entrenas el músculo de la emoción”.
Y estuvo entrenando comedia con su esposo...
“Él y yo entendimos que las redes sociales, a través de la pandemia, son una ventana muy bonita para acompañar. Como artistas tenemos un compromiso social, no nos podemos hacer los de las gafas gordas. Cada cuál verá cómo lo asume. Nosotros dijimos que aparte de apoyar, de hacer recolectas, ¿qué más podemos hacer? Teniendo el tiempo, las cámaras, el talento, empezamos desarrollar contenidos con los que la gente pudiera reírse desde su casa y acompañarnos”
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