Nuestra macabra fascinación por los asesinos en serie –podéis 'disfrutar' con muchos de los más famosos en el vídeo de ahí arriba– se ha visto alimentada en los últimos tiempos por Netflix, primero con la magnífica serie Mindhunter y más recientemente por la emisión de Conversaciones con asesinos: Las cintas de Ted Bundy. Pero aún echamos en falta la presencia de uno de los más famosos 'serial killers' de la historia y también uno de los que han penetrado más hondo en la cultura pop: John Wayne Gacy.

Sin relación con el famoso actor de películas del oeste, Gacy fue un asesino en serie, violador y el más terrorífico payaso que haya existido desde quien fuera que se graduó en la Universidad de Payasos justo antes que él. Durante los años 70 fue responsable de, al menos, la muerte de 33 jóvenes, por lo que fue ejecutado en 1994 a una semana de cumplir los 53 años y tras 14 años en el corredor de la muerte.

Entre crimen y crimen, vestido de Pogo el Payaso, organizaba fiestas en el vecindario e invitaba a los vecinos a sus barbacoas en el jardín, mientras traumatizaba entretenía a los más jóvenes a escasos metros de donde tenía enterradas a sus víctimas.

john wayne gacy asesino en serie netflix
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Stephen King se inspiró en él cuando se dispuso a escribir una de sus más célebres novelas, It (1986), que saltaría en forma de miniserie a la televisión cuatro años después, con Tim Curry en elpapel del malvado Pennywise, y al cine en 2017 con Bill Skarsgård interpretando el papel del payaso. “Entonces me pregunté, ¿qué asusta a los niños más que nada en el mundo? Y la respuesta fue los payasos. Así creé al payaso Pennywise”, declaró el propio autor.

Sobre Gacy, sus víctimas y las terroríficas 'obras de arte' que creó mientras estuvo en prisión, se ha escrito mucho, más que suficiente para una buena tanda de episodios en una hipotética serie de Netflix, de la que obviamente nos ofrecemos como showrunners llegado el caso de rodarla. Así que vamos a fijarnos en un pequeño capítulo menos conocido sobre la vida (o más bien la muerte) del tristemente célebre asesino: se titula '¿Quién sabe dónde... está su cerebro?'.

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Una de las obras de Gacy en prisión.

Tras su ejecución por inyección letal, durante la siguiente década nadie supo que había sido de los dementes sesos de Gacy. Hasta que el cerebro fue descubierto en poder de la doctora Helen Morrison, que lo había tenido guardado en rodajas en su sótano. Morrison, una psiquiatra forense especializada en comportamiento sociópata, había entrevistado muchas veces al asesino en prisión y tras su muerte se las apañó para convencer a sus hermanas de le quedejaran guardar su cerebro.

Así que tras la autopsia, se lo llevó para hacer sus propias investigaciones... que no revelaron nada importante. Así que la doctora apretó el botón de pausa en su búsqueda del gen del mal o lo que sea que estuviera buscando y se dedicó a organizar visitas a su preciada posesión a quien estuviera interesado. Y dio la casualidad de que una de ellas era, vaya, un tanto conocida: Khloe Kardashian.

Kourtney and Khloe take Miami
E!

Ajá. Resulta que durante un episodio del reality Kourtney and Khloe take Miami, la popular celebrity le pide a su productor que encuentre a un asesino en serie real para su programa de radio. Una propuesta muy razonable. Por lo visto Khloe siempre ha estado obsesionada con los asesinos en serie así que cuando le ofrecen ver el cerebro de John Wayne Gacy, acepta encantada.

Cuando por fin llega a casa de la doctora Morrison, se entusiasma y hace agudos comentarios sobre el órgano en cuestión. Ja. Para nada. Khloe, aburrida del tema desde el minuto uno, lo compara con "una hamburguesa" y dice que es “súper pequeño”. Si existe el karma de ultratumba, habrá que suponer que como mínimo, Gacy se merece retorcerse en el infierno porque una Kardashian se ría del tamaño de sus sesos.