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¿Por qué se celebra el Año Nuevo el 1 de enero?

Tenemos asumido que el año comienza el 1 de enero, pero su elección fue tanto astronómica como política. La celebración de este día está expandida por el mundo junto con el calendario gregoriano
¿Por qué se celebra el Año Nuevo el 1 de enero?
Celebración del Año Nuevo en Río de Janeiro en 2013. Fuente: Leandro Neumann Ciuffo (Flickr)

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El Año Nuevo se celebra el 1 de enero en la mayoría de los países porque se basan en el calendario gregoriano, que estableció este día igual que su antecesor, el juliano. No obstante, hay países que se rigen por otros calendarios y conservan sus fechas tradicionales para celebrar la llegada del nuevo año.

Del calendario romano al gregoriano

El precedente más remoto del calendario gregoriano es el primero de la Antigua Roma. El calendario romano constaba de diez meses de veintinueve días cada uno, y el año comenzaba en marzo, con el inicio de la primavera. Más tarde, por influencia griega, el año pasó a tener doce meses. Este calendario lo gestionaban los pontífices, quienes interpretaban el tiempo a través de las fases de la luna. Su labor influía en la vida de la población, pues determinaba las cosechas, el cobro de los salarios o los ritos religiosos. 

El año duraba entonces 304 días, lo cual generaba desfases en la vida de la población. Además, la gente pagaba a los pontífices para que acomodasen los meses a sus necesidades, por lo que las estaciones se descuadraron aún más. Para corregirlo, Julio César estableció un nuevo calendario en el año 46 a. C.: el calendario juliano. En este los años eran de 365 días y seis horas, divididos en doce meses. Asimismo, estableció que el año comenzaba el 1 de enero, pues era cuando los cónsules tomaban posesión del cargo.

Pese a su precisión, el calendario juliano establecía que el año duraba once minutos y catorce segundos más de lo que dura la traslación de la tierra. Este pequeño desfase retrasaba cada año la fecha oficial once minutos respecto a la fecha astronómica. Tras un milenio y medio de vigencia, el retraso había llegado a los diez días. Para arreglarlo, el papa Gregorio XIII estableció en 1582 el calendario gregoriano, que desde entonces rige la mayoría del planeta. Se determinó que cada año duraba 365 días, cinco horas, 48 minutos y 46 segundos. Además, para ajustar la fecha oficial se pasó directamente del 4 al 15 de octubre.

Otras fechas para el Año Nuevo

Sin embargo, el calendario gregoriano no se generalizó de inmediato ni se adoptaría en todas partes. Gregorio XIII había promulgado por bula papal el mandato de adoptar este calendario, pero al principio sólo se adoptó en Italia, España, Francia y Portugal. El resto de reinos católicos adoptaron el nuevo sistema progresivamente, y a partir de ahí casi todos los países del mundo. Con el tiempo se empezó a celebrar el Año Nuevo de manera oficial y como un evento de masas. Por su parte, varios países mantienen calendarios propios, con sus fechas tradicionales para celebrar el Año Nuevo.

En Rusia, por ejemplo, existen dos fechas, una del calendario gregoriano y otra del juliano. Con la separación del Estado soviético ruso de la Iglesia ortodoxa en 1918, el primero sustituyó el calendario juliano por el gregoriano y prohibió las celebraciones religiosas oficiales. Para ello suprimió trece días, pasando directamente del 31 de enero al 14 de febrero. La Iglesia ortodoxa no apoyó el cambio y mantuvo el calendario juliano con sus celebraciones religiosas en las mismas fechas. 

Las fechas religiosas no se recuperaron hasta la caída del Muro de Berlín en 1989 y de la Unión Soviética en 1991 y la disminución de la censura. Entre ellas estaba la Navidad ortodoxa, que pasó a ser fiesta oficial en 1990 y se celebra el 7 de enero. Por tanto, ambas festividades intercambiaron posiciones: la Navidad ortodoxa según el calendario juliano se celebra más tarde que el Año Nuevo según el calendario gregoriano. Como la Navidad ortodoxa debe ir precedida de una preparación estricta, se comenzó a celebrar el Año Nuevo Viejo el 14 de enero como protesta y para poder disfrutar sin limitaciones las fiestas.

Mientras que el juliano y el gregoriano son calendarios solares, en otros países del mundo son lunares o usan las fases de ambos. Los calendarios lunares se fijan según las fases de la Luna y facilitan establecer semanas y meses, pero se descuadran respecto a las estaciones. El más conocido es el calendario lunar islámico, que establece el Año Nuevo el día 1 del mes de Muharram. Por su parte, varios países de Asia celebran el Año Nuevo Chino del calendario lunisolar tradicional. La fecha de Año Nuevo varía cada año y las celebraciones duran una semana.

Natalia Ochoa

Toledo, 2000. Estudiante de Relaciones Internacionales y Economía en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC). Interesada en la geopolítica, la economía, los movimientos sociales y la cultura.