La final de la Copa Mundial Femenina de Fútbol de 1971 reunió a 110,000 personas en el Estado Azteca y posee el Récord Guinness del evento deportivo femenino con mayor asistencia en la historia. Entonces, ¿por qué se sabe tan poco sobre este Mundial? ¿Por qué la gran mayoría de aficionados del mundo desconoce que existió? El documental Copa 71 de Rachel Ramsay y James Erskine saca al evento de las sombras para responder estas preguntas, pero principalmente para transmitir la esperanza y pasión que se vivió durante el mismo.

Después de un breve recorrido por la historia del fútbol femenil mundial y los obstáculos que el patriarcado le impuso durante más de la mitad del Siglo XX para prosperar, Ramsay y Erskine nos llevan hasta el México de 1971 para conocer cómo surgió la idea del Mundial, el empuje mediático que tuvo y el emocionante desarrollo del evento, así como la postura sexista de la FIFA frente a su existencia.

El país cobijó a futbolistas de Italia, Dinamarca, Francia, Argentina, Inglaterra y, por supuesto, a las locales, con mucho cariño y emoción. A través de entrevistas con algunas de estas futbolistas, podemos comprender la sorpresa que experimentaron al recibir tal trato pese a la poca o nula atención que se le daba al fútbol femenil en sus respectivos países; es también gracias a sus testimonios y carisma (las entrevistadas tienen mucha personalidad) que podemos sentir la euforia que existió alrededor del torneo en aquella época.

Ramsay y Erskine dirigen con desbordante energía este documental. El dinamismo de la edición, que mezcla vívido pietaje de archivo con entrevistas a futbolistas y periodistas, así como el eléctrico score de Rob Lord, logra transmitir la emoción de los partidos. Las tomas del público apoyando, el excelente resumen de los encuentros clave y el entusiasmo con el que algunas futbolistas relatan lo ocurrido de cancha, hacen que Copa 71 se sienta como una vibrante celebración del evento. En mi experiencia presencial en sala, todos estos elementos lograron meter de lleno al público: sin importar que estábamos viendo pietaje de hace 50 años, se podía sentir el apoyo de la audiencia al equipo mexicano y la tensión en el aire cada vez que una rival se acercaba a la portería. 

En donde la película flaquea es en su exploración de las secuelas del torneo. Si bien queda claro cómo es que los hombres se encargaron de borrar el evento de la historia y la decepción de las futbolistas cuando el deporte no despegó a partir del éxito de México 1971, Ramsay y Erskine dejan muchas preguntas al aire, no desarrollan con profundidad las maquinaciones de la FIFA para sepultar el evento y no abordan la cuestión económica (¿cuánto les pagaron?). Debo admitir que este problema se exacerbó en mi caso dado que hubo un Q&A después de mi proyección y las futbolistas mexicanas aportaron tanta y tan valiosa información que inevitablemente agrandaron las fallas narrativas del filme. Da la impresión de que la dupla de directorxs no quería dejarnos un mal sabor de boca después del palpitante desenlace del Mundial, así que condensó todo lo negativo de manera un tanto apresurada hacia los últimos minutos del filme.

La FIFA es una de las asociaciones más descaradamente corruptas e hipócritas del planeta y su líder ha demostrado ser un misógino en más de una ocasión, así que, por supuesto, todavía no reconocen la existencia del Mundial del 71. Es por ello que Copa 71 cobra aún más valor: además de darle luz a la magnificencia de tan histórico acontecimiento, es también un recordatorio del alarmante poder que posee y siempre ha poseído la FIFA en cuanto a cuestiones de género en el fútbol se refiere. 

El deporte sigue creciendo a pasos agigantados y demostrando su popularidad a nivel mundial, pero la inequidad salarial y de oportunidades todavía no desaparece, ni tampoco el sexismo de sus dirigentes. Copa 71 es al mismo tiempo una celebración, un llamado de atención y una herramienta de resistencia para seguir luchando contra el control patriarcal en el fútbol femenil.

“Copa 71” forma parte de la Gira Ambulante 2024.