'Atrápame si puedes'

'Atrápame si puedes a la mexicana': la historia del emprendedor acusado de estafa por empresarios en Estados Unidos y México

Con poco más de 30 años, la vida de Óscar Villarreal es una enrevesada historia de negocios polémicos, en los que ha sido acusado y condenado por estafar millones de dólares a empresarios en Estados Unidos y México, incluyendo compañías de las familias Servitje y Tricio. Ahora ha vuelto a la carga. Esta es su historia.

por edgar sigler

ÓSCAR VILLARREAL MARTÍNEZ, un joven mexicano nacido en Monclova, Coahuila, se convirtió con apenas 20 años en una figura conocida entre la aristocracia de la exclusiva comunidad de Gates Mills, colindante con la ciudad de Cleveland, en Ohio. Era un estudiante sobresaliente, participaba en la vida social a través de donaciones, fundaciones, actividades cívicas y de caridad, y como pasante de verano logró un contrato de 75 millones de dólares (mdd) con Altos Hornos de México para la firma Tech-Start, en la que entró a trabajar en 2003, y donde en 2006 ya había escalado a director de negocios internacionales. Además, según alardeaba en su blog, era un virtuoso al piano, hablaba cuatro idiomas y acababa de fundar su propio fondo de inversión, WW Capital. Según todos los que le conocían, tenía un carisma irresistible.

“En alemán, Óscar Villarreal sería considerado un ‘wunderkind’, o en su español nativo, un prodigio”, describe un perfil sobre él publicado en el portal Crain’s Cleveland Business, el 17 de abril de 2006.

Villarreal se había construido la imagen perfecta de un chico triunfador, comprometido y con talento para los negocios.

Esto le abrió el camino para conocer a inversionistas y empresarios de esa zona, y pronto empezó a hacer negocios con ellos. Uno de ellos recuerda que ofrecía rendimientos muy altos, “al estilo Madoff”, en referencia al ex banquero que se hizo célebre en medio de la crisis de 2008 por estafar millones de dólares a sus inversionistas, y que ahora purga condenas por más de 100 años en la cárcel.

La comparación, según esta fuente, no es gratuita. En la siguiente década, Villarreal fue acumulando una larga serie de litigios millonarios contra empresarios estadounidenses y mexicanos, que lo acusaron de haberlos estafado y engañado. Ya ha sido declarado culpable en al menos dos juicios en su contra en Estados Unidos, está investigado por el FBI, lo busca el Departamento de Justicia de ese país, fue inhabilitado para presentarse a licitaciones de Pemex, sufrió heridas de bala por una disputa hotelera en Tulum y estuvo encarcelado en Tabasco por una semana. Y esto con apenas 33 años.

Villarreal enfrenta ahora un nuevo juicio, aunque no como demandado, sino como promotor del litigio. En él se enfrenta a las compañías petroleras Impulso Energía y MexOil, de dos de los empresarios más importantes del país: Eduardo Tricio Haro, presidente del Consejo de Administración de Grupo Lala y socio de Aeroméxico; y Daniel Servitje Montull, presidente de Grupo Bimbo.

Mientras tanto, sigue intentando hacer negocios con firmas de ese sector, que temen verse envueltas en problemas, y todavía se presenta a licitaciones de Pemex, a pesar de haber sido inhabilitado varias veces. Su enrevesada historia parece enredarse cada vez más…

 

Expansión ha tenido acceso a demandas, investigaciones y testimonios sobre Óscar Fernando Villarreal Martínez a lo largo de los últimos 12 años, y ha entrevistado a media decena de personas que lo conocieron, hicieron negocios con él e incluso trabajaron para este joven. Todas las fuentes dibujan a un personaje hábil y carismático, con una vida de lujos a costa de proyectos en los que embarcó a inversionistas y empresarios que luego le acusaron de fraude. Las fuentes consultadas, aunque involucradas en diferentes casos, coinciden en compararlo con Frank Abagnale Jr., uno de los estafadores más famosos de la historia de Estados Unidos, encarnado por Leonardo di Caprio en la película de Steven Spielberg, ‘Atrápame si puedes’.

 “Si uno revisa su historia, es imposible no recordar la película, con esa habilidad y carisma personal que tiene para atrapar a la gente. No sólo es empatía, sino la inteligencia para lucrar con eso”, cuenta una fuente que pidió el anonimato. “Es un camaleón. Si un día habla con un texano, imita su acento, y luego lo puede cambiar con otra persona de Nueva York. Además, presume que tiene todo el dinero del mundo. Acaba enamorando”, dice otra fuente. La diferencia con ‘Atrápame si puedes’ es que Frank Abagnale Jr. terminó trabajando para el FBI, mientras que Óscar Villarreal, hoy, se encuentra en paradero desconocido. (Expansión le buscó a través de un correo electrónico y en sus cuentas de Twitter y Linkedin, sin conseguir respuesta).

Esta es la historia de este ‘emprendedor’.

 ¿QUIÉN ES ÓSCAR VILLARREAL?

Óscar Fernando Villarreal Martínez nació en 1984 en Monclova, Coahuila. Dos perfiles publicados en sitios locales en Cleveland, Ohio, describen al monclovense —que para 2006 vivía en Gate Mills, Ohio— como una estrella ascendente entre los empresarios y familias de dinero de su comunidad.

“En Alemania, Oscar Villarreal quizá sería considera como un wunderkind, o en su español nativo, un prodigio”, dice un artículo sobre el en el sitio Crain’s Cleveland Business en 2006.

Para entonces ya era director de negocios internacionales en Tech-Start LLC, una firma de consultoría de automatización de procesos, a la que entró como interno en 2003.

“Oscar Villarreal quizá no sea el típico estudiante. El nativo de México fue aceptado en varias Ivy Leagues (en referencia a ocho de las universidades más prestigiadas del noreste de Estados Unidos), seleccionando al final dos/tres programas en Baldwin-Wallace College y Columbia University”, dice otro artículo de Cleveland Magazine de septiembre de 2005. Además de estas dos universidades, Villarreal dice haber estudiado en la Universidad de Ginebra, Suiza; y realizado un programa en la Escuela de Negocios de Harvard.

También se presenta como un experimentado pianista con 17 años de entrenamiento, y un gran emprendedor de negocios. Ante los inversionistas proclamaba ser parte de una de las siete familias más acaudaladas de México, con amplios contactos en Pemex (decía que su padre era hermano de un ex director de Pemex), y conocedor del ambiente de negocios de su país natal.

El “prodigio” de Cleveland

Su trayectoria empresarial comenzó cuando estaba en la Universidad. “Mientras aún estudiaba, Villarreal conoció a varios miembros prominentes de la comunidad civil y de negocios de Cleveland. Villarreal se integró a sí mismo con ellos, uniéndose a sus clubes y organizaciones de caridad, e impresionándolos con sus presuntas conexiones con importantes empresarios mexicanos y sus pretensiones de tener un pedigrí de élite”. Así lo describen los abogados de la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC), el regulador de los mercados de ese país, en la demanda que presentaron ante una corte en el distrito norte de Ohio, el 26 de agosto de 2014, por iniciativa de 51 inversionistas de Cleveland que lo acusaron de estafa.

Su ‘modus operandi’, según se desprende de los documentos judiciales, es el siguiente. Villarreal construyó una serie de fondos que operaban de forma piramidal, como el esquema Ponzi: atraía a los primeros inversionistas con suculentas promesas, les otorgaba una buena rentabilidad —a menudo con dinero que no salía de ningún negocio, sino de otros empresarios o préstamos—, y luego creaba otro fondo con nuevos prestamistas, a los que captaba gracias a su carisma, y cuyos recursos ayudaban a pagar las deudas adquiridas en el primero. Así funcionó su sistema entre 2009 y 2013, hasta que el castillo de naipes empezó a desmoronarse.

Por ejemplo, en uno de sus primeros negocios, seis inversionistas de Estados Unidos le dieron 550,000 dólares para su fondo de inversión WW Capital II. Menos de un año después, Villarreal les regresó 715,000 dólares. Un 30% de rendimiento. Pero todo era una burbuja: según el FBI, parte de ese dinero lo cubrió con “otras actividades”, y parte mediante una línea de crédito.

Sin embargo, ese primer ‘éxito’ hizo que otros inversionistas confiaran en él.

El primer caso

Con esos primeros seis empresarios enganchados, Villarreal creó nuevos fondos: WW Capital III y, un poco más tarde, SAM Fund. Según la denuncia de la SEC, el joven convenció entonces a 51 inversionistas estadounidenses, en su mayoría de Cleveland, para que invirtieran 18.4 mdd en ellos. El objetivo, supuestamente, era entrar en distintos negocios en México: planeaba comprar una firma de tubos de acero llamada TAINSA, adquirir acciones de la constructora ICA, y lograr contratos con Pemex en el sector petrolero.

Para convencer a estos empresarios, Villarreal se presentaba como miembro de “una de las siete familias más acaudaladas de México”, y aseguraba que su padre era hermano de un ex director de la petrolera nacional mexicana. Nada era cierto. “Este acusado ha usado mentiras y engaños para estafar a los inversionistas y llevar un estilo de vida extravagante”, describe el entonces fiscal ante la Corte del Distrito del Norte de Ohio, Steven M. Dettelbach, en un comunicado del Departamento de Justicia de Estados Unidos, fechado el 16 de septiembre de 2014.

El emprendedor nunca hizo la mayoría de los negocios prometidos. De 4 mdd que recibió para adquirir acciones o deuda de dos empresas mexicanas, entre ellas ICA, sólo compró el equivalente a 6,975 dólares de la constructora. En cambio, con los recursos de los fondos, se dio una vida de lujo: invirtió en el mercado de valores —donde perdió millones de dólares—, pagó sus tarjetas de crédito, cubrió las hipotecas de sus casas en Cleveland, se compró un auto de lujo Lamborghini, un BMW, un piano Steinway de 100,000 dólares e incluso un violín Stradivarius como regalo para su esposa Sarah, que sin embargo nunca acabó de pagar, siempre según los informes judiciales, las fuentes consultadas y una investigación del agente especial del FBI Daniel Kunzel, recogida en un documento presentado en un juicio penal paralelo al de la SEC contra Villarreal. “Todo era parte de su fachada”, cuenta una de las fuentes.

Con el tiempo, esa fachada comenzó a caerse, y los 51 inversionistas que habían entrado en los fondos de Villarreal lo acusaron ante la SEC de haber sido estafados por 18.4 mdd entre 2009 y 2013. Entre los empresarios afectados estaban James C. Boland, ex director general y presidente del equipo de básquetbol profesional de los Cavaliers de Cleveland; y Christopher M. Connor, director ejecutivo de Sherwin-Williams, la multinacional de venta de pintura y recubrimientos, según reveló una investigación del medio Cleveland.com, que sigue el caso al menos desde 2012.

Villarreal nunca se presentó al tribunal y fue declarado culpable, aunque terminó por devolver 12.5 mdd a esos inversionistas, según destacó su abogado en este proceso, John McCaffrey, en una carta enviada a Cleveland.com. Expansión no recibió respuesta del abogado de Villarreal, y la SEC declinó hacer comentarios, refiriendo que la información pública del caso se encontraba en línea. La SEC, sin embargo, destacó que esos 12.5 mdd no provenían de ningún negocio, sino de otros empresarios de México... Pero esto sucedió después.

Una investigación del FBI reveló que Villarreal compró un auto Lamborghini con dinero de sus inversionistas.

El segundo caso

Antes de que los fondos WW Capital II y III colapsaran, Villarreal intentó calmar a los inversionistas de Cleveland con una nueva estrategia: construir una firma especializada en la perforación y el mantenimiento de pozos petroleros. Les dijo que, con el dinero recaudado, planeaba transformar TAINSA (Tubos de Acero del Norte), una compañía que afirmaba haber comprado en 2009, para que dejara la manufactura de tubos de acero y entrara a ofrecer servicios a Pemex, ahora bajo el nombre de Industrias Costa Mesa, también llamada luego ICM US.

Villarreal aseguró a sus inversionistas que tenía amplios contactos en México para conseguir contratos con Pemex. “Se hacía pasar como miembro de la familia que lidera Villacero (que también se apellida Villarreal), y así lograba convencer a los inversionistas de su posición en la élite empresarial de México. Pero no tiene ninguna relación con ellos”, cuenta una de las fuentes consultadas.

La investigación del FBI reveló después que TAINSA en realidad era una firma fachada a través de la cual Villarreal había desviado parte de los recursos de los fondos de inversión, y con la que apostó en los mercados de valores —bajo la denominación TAINSA Investments—, perdiendo millones.

Sin embargo, en ese momento logró seducir a algunos de los inversionistas, y pudo seguir adelante con sus operaciones. Y entre 2012 y 2013, otros cuatro empresarios de Ohio — de manera separada a los fondos WW Capital II y III— le dieron cerca de 16.3 mdd para Industrias Costa Mesa, con la meta de adquirir en Estados Unidos equipo de perforación para participar en las licitaciones con Pemex.

Al principio, todo pareció ir a la perfección. En 2012, Villarreal incluso ganó dos contratos con Pemex, en sendas licitaciones, por un valor conjunto de 100 mdd. Tras ese éxito, el mexicano convenció a sus inversionistas para que le prestaran más recursos con los que comprar equipos de perforación cada vez más potentes.

Y eso que, en esas fechas, los problemas ya empezaban a acumularse. “En agosto de 2013, luego de aparecer noticias sobre una potencial investigación del FBI acerca de sus otros fondos, Villarreal hizo una presentación para inversionistas, incluyendo a los demandantes, en la que aseguraba repetidamente que sus inversiones eran reales, y que iban a ser financieramente lucrativas, como había prometido”, relata una de las demandas judiciales en su contra en Estados Unidos, interpuesta por los cuatro empresarios que prestaron 16.3 mdd para la compra de las perforadoras.

Sin embargo —siempre según las investigaciones en Estados Unidos y las fuentes conocedoras de estos casos—, en realidad estaba desmantelando esos equipos para llevárselos hacia México, donde revenderlos o realquilarlos después. “Villarreal sobornó a funcionarios aduanales con dinero y mujeres para pasar cientos de camiones con equipo, herramientas, tuberías, etcétera, hacia México”, aseguran los abogados de esos cuatro empresarios. Con este movimiento, cambió la propiedad de las perforadoras, que antes tenía bajo el nombre de Industrias Costa Mesa (ICM US), y también en otras compañías, y creó una nueva firma llamada ICM México.  ya sin relación con los inversionistas que le habían prestado para comprar las perforadoras. Según la demanda judicial, Villarreal usó parte del equipo adquirido para conseguir más recursos a través de contratos tipo ‘sale & leaseback’. Es decir: vendía el equipo, pero al mismo tiempo se lo quedaba en arrendamiento. De esta forma, consiguió créditos por 15 mdd con Unifin Financiera y por 55 mdd de CSI Leasing México. Esos créditos se otorgaron a ICM México y TechStar, dos compañías ligadas sólo a Villarreal.

Tiempo después, los inversionistas descubrieron que, además, el emprendedor había sido inhabilitado por Pemex desde 2012, por 20 meses, al haber falsificado información para ganar las licitaciones. O sea, los contratos por 100 mdd con que los había convencido ni siquiera estaban vigentes, y nunca les informó de ello. El concurso público exigía demostrar experiencia en la operación de perforación de pozos, y Villarreal se la inventó. “Como parte del esquema fraudulento, fabricó la existencia de un empleado, quien Villarreal decía que tenía una docena de años de experiencia en la industria, y fue tan lejos que presentó ante Pemex un currículo y licencia de conducir falsos, además de un diploma escolar que en realidad pertenecía a otro hombre sin conexión con él”, explica la demanda de la SEC.

Villarreal creó una firma petrolera llamada Industria Costa Mesa para competir por licitaciones de Pemex.

El tercer caso

En septiembre de 2013, Villarreal ya había escapado a México con todas sus pertenencias, incluyendo las perforadoras, según cuentan las dos demandas contra él en Estados Unidos. (Expansión no tuvo respuesta a los correos enviados a los abogados de ambos casos).

Ayudado por su hermano, logró trasladar el contenido de sus casas de Gates Mills  a San Miguel de Allende. “La realidad es que estaban a punto de atraparlo. Así que Villarreal se pela de Estados Unidos, y su hermano, que tenía contactos con la policía local, le da el pitazo de que ya iban por él”, explica una de las fuentes consultadas, cercanas a este caso.

Y Villarreal obtuvo de manera ilegal la posesión de la casa de San Miguel de Allende, valuada en unos 4 mdd, coinciden dos de las fuentes. Una de ellas relata que el ‘emprendedor’ hizo un pequeño pago como compromiso de que iba a adquirir esa vivienda, y luego se instaló en ésta con su familia, contrató guardaespaldas y se negó a dejarla a pesar de no haber realizado el pago completo. Ni la demanda ni las fuentes ubican la dirección exacta o el estatus actual de esa vivienda.

Ya en su tierra natal, y con la propiedad de los equipos de perforación que había traído desde Estados Unidos, Villarreal volvió a involucrarse en licitaciones de Pemex, a pesar de haber sido inhabilitado apenas un año y medio antes. Y tuvo éxito: en diciembre de 2013, ganó un contrato con la petrolera nacional por 165 mdd, a través de Industrias Costa Mesa México (ICM México).

A partir de ese contrato, entran en escena los empresarios mexicanos Daniel Servitje y Eduardo Tricio, mediante dos firmas creadas por ellos para crecer en el sector petrolero mexicano. Impulso Energía y MexOil, la primera vinculada a Tricio y la segunda a Servitje, firmaron acuerdos con Villarreal para prestarle de manera conjunta 100 mdd, y que con los recursos cumpliera con el contrato que había ganado con Pemex.

“Él conoce a las familias Servitje y Tricio en una reunión, porque sabía que querían invertir en el sector petrolero. Él ya había ganado un contrato para rentar tres equipos a Pemex, y necesitaba el capital para cumplir con el segundo contrato (el de 165 mdd) para rentar otros siete”, explican fuentes cercanas a MexOil. Estas compañías decidieron prestarle el capital a Villarreal apenas un mes luego de que ganara la licitación. Las firmas se quedaron como acreedoras de ICM México, con la posibilidad de convertirse en accionistas, añade esta fuente, y la devolución del préstamo se realizaría a través de los pagos de Pemex. Las perforadoras quedaron como garantía.

Cerca de un mes después de recibir este dinero, Villarreal devolvió 12.5 mdd a los 51 inversionistas de Cleveland que lo demandaron en el primer caso. Las demandas de la SEC y los cuatro inversionistas de Ohio aseguran que ese dinero provino de los pagos de MexOil e Impulso Energía, y las fuentes cercanas a MexOil confirman este desvío de unos recursos que debían destinarse para cumplir con los trabajos para Pemex.

Esas firmas mexicanas, igual que los empresarios en Estados Unidos, quedaron deslumbradas por la personalidad de Villarreal, por sus promesas y por el contrato con la petrolera nacional. Pero no tardaron en descubrir que habían hecho negocios con una persona muy problemática. “MexOil estableció un comité de finanzas paralelo al proceso de ‘due diligence’ para conocer más de Óscar. Ahí comenzaron los problemas. No le gustaba asistir a las reuniones. Siempre ponía excusas, y luego comenzó a bloquear información sobre Industrias Costa Mesa. Cada vez se volvió más difícil hablar con él, hasta que por fin desapareció”, relata una fuente cercana a MexOil. Además, a finales de abril y principios de mayo de 2014, los cuatro inversionistas de Ohio que habían prestado dinero para las perforadoras, y que estaban investigando a Villarreal, visitaron México y se reunieron con representantes de Impulso Energía y de MexOil. “Ellos vinieron con el ánimo de cobrarle a MexOil, pensando que era accionista de la empresa de Óscar. Luego vieron que también era acreedora de él, y que estaban todos del mismo lado”, dice la fuente cercana a este caso.

Al descubrir que le habían prestado 100 mdd a partir de información incorrecta, las empresas vinculadas a Tricio y Servitje decidieron tomar acciones penales en contra del monclovense, que fue encarcelado en Tabasco en junio de 2014. Privado de su libertad, Villarreal firmó una serie de acuerdos para transmitir las acciones de ICM México a Impulso Energía y MexOil, que por tanto se quedaron con las perforadoras y con el contrato con Pemex. A cambio, pudo dejar la cárcel.

Sin embargo, pasó inmediatamente al ataque: interpuso recursos legales para anular los nuevos contratos con Impulso Energía y MexOil, al argumentar que los había firmado bajo coacción. “(Pido) la nulidad de esos contratos y de todos los documentos cuya firma fue puesta ilegalmente mediante el uso de la violencia en contra del actor que se encontraba recluido en el Centro de Readaptación del Estado de Tabasco”, dice en una resolución del Cuarto Tribunal Colegiado en materia Civil, en la revisión de amparo en revisión 269/2016, publicado el 20 de abril de 2017.

Esta resolución deriva de un juicio civil que aún se dirime en la Ciudad de México. Villarreal ha conseguido algunas sentencias favorables en el transcurso de este pleito, según registros judiciales, pero ha dejado de presentarse para continuar con el proceso.

ICM México está inhabilitada por parte de Pemex en la actualidad, pero las perforadoras que compró Villarreal sí están trabajando. Según información proporcionada por Pemex, una nueva empresa llamada Ceiba Perforadora —creada por Impulso Energía y por MexOil para seguir con los contratos que tenía ICM México—, opera los contratos en la actualidad.

Para complicar las cosas, estos equipos son los que reclaman los inversionistas de la segunda demanda en Ohio. El juez en ese proceso falló a favor de los demandantes en julio del año pasado, y declaró que los inversionistas en Ohio eran los legítimos dueños de todo el equipo adquirido por ICM US, de Villarreal, y que luego pasó a manos de Impulso Energía y MexOil, hoy bajo el nombre de Ceiba Perforadora. Expansión cuestionó a Pemex sobre los contratos con Ceiba Perforadora y la situación legal de esos equipos, sin recibir respuesta.

De momento, MexOil sigue adelante con los trabajos para Pemex, con el fin de recuperar el dinero que le dio a Villarreal, y niega que exista algún conflicto con la propiedad de los equipos en su poder.

UNA ENREVESADA HISTORIA

Villarreal comenzó a sobresalir en los círculos poderosos de Cleveland, Ohio, desde muy joven, donde consiguió 18.4 mdd de 51 inversionistas. Luego huyó a México, donde continuó con sus tácticas para hacerse de más y más recursos.

Nuevos intentos

Villarreal se encuentra en paradero desconocido. El 4 de diciembre de 2017, el Juzgado Décimo de Distrito en Materia Civil en México lanzó un llamado, en forma de edicto, para que se presentara ante ese juez en relación a un juicio de amparo promovido por Comarca Energy, una empresa relacionada con MexOil, al desconocer su domicilio actual. Villarreal no se ha presentado al tribunal, igual que hizo en todos los juicios de Estados Unidos.

Pero esto no quiere decir que haya desaparecido totalmente de la escena. Incluso tras todas estas polémicas, el emprendedor ha seguido intentando hacer negocios. A finales del año pasado, se puso en contacto con otra compañía del sector petrolero en México para buscar asociarse con ella, según dos fuentes cercanas al caso que pidieron el anonimato. “Se ostentó como una persona con grandes recursos, conocimiento, relaciones y un discurso convincente, porque conocía a los nombres correctos dentro de Pemex y del gobierno, a quienes toman las decisiones”, cuenta una de las fuentes, que representa a la compañía contactada.

Villarreal se reunió con ejecutivos de esta petrolera para ofrecerles invertir en sus actividades, y poner a su servicio sus perforadoras para los trabajos que necesitaran. Los directivos se interesaron en su oferta, y pidieron realizar las tareas de investigación para iniciar negocios con él. Pero los problemas de Villarreal, con una simple búsqueda en Google, salieron a flote.

Por ello, esa compañía decidió no seguir en tratos con el mexicano. Sin embargo, en diciembre de 2017, uno de los representantes legales de Villarreal se comunicó con esta empresa para exigirle una indemnización, esgrimiendo que ya había realizado inversiones para movilizar personal y equipo. Esa compañía espera ahora que Villarreal interponga un recurso legal para exigir algún pago, en lo que considera como el ‘modus operandi’ del mexicano.

Y el emprendedor sigue acudiendo a licitaciones con Pemex. El nombre de una de sus compañías, Servicios Petroleros Continental, aparece en una lista de recepción de documentos de precalificación en otro concurso, en enero de este año, para contratar servicios de reactivación y mantenimiento de la producción de pozos cerrados. Villarreal figura como administrador único en el acta de constitución de esa firma, consultada a través del sistema SIGE de la Secretaría de Economía. La empresa se presentó a esa licitación junto a otras dos, una de las cuales se llama Heisenberg Energía México. “Sabemos que es otra de sus compañías, porque además es fan de la serie Breaking Bad”, asegura una fuente conocedora de estas licitaciones. (El personaje principal de esa serie, Walter White, se hace llamar Heisenberg una vez que se adentra en el mundo de la fabricación y venta de la metanfetamina azul).

Las polémicas de Villarreal no se han limitado al sector energético. A finales de 2016 y principios de 2017, también se vio involucrado en una disputa por varios hoteles en Tulum, donde aseguraba tener la legítima propiedad frente a los ocupantes. Los reportes de prensa dan cuenta de este conflicto: al parecer, el empresario metió gente armada al hotel para desalojarlo y quedarse con él. La bronca se elevó hasta el punto en que Villarreal fue herido de un disparo de bala en esa región en abril de 2017.

Desde entonces, el emprendedor mantiene un perfil bajo, pero las fuentes temen que continúe en la caza de su siguiente negocio, porque si bien su pasado puede revisarse en cualquier buscador de Internet, muchas personas aún siguen abriéndole las puertas al ‘wunderkind’ de Cleveland. “No va a parar”, coinciden varias fuentes, entre risas de perplejidad.

Una pirámide empresarial

Villarreal construyó un esquema empresarial piramidal, donde las inversiones de unos inversionistas pagaban las de los anteriores. Una vez que el sistema dejó de funcionar en Estados Unidos, consiguió recursos en México. La siguiente es una relación de las empresas creadas o relacionadas con Villarreal desde 2005.

'Atrápame si puedes a la mexicana': la historia del emprendedor acusado de estafa por empresarios en Estados Unidos y México

Su ‘modus operandi’, según se desprende de los documentos judiciales, es el siguiente. Villarreal construyó una serie de fondos que operaban de forma piramidal, como el esquema Ponzi: atraía a los primeros inversionistas con suculentas promesas, les otorgaba una buena rentabilidad —a menudo con dinero que no salía de ningún negocio, sino de otros empresarios o préstamos—, y luego creaba otro fondo con nuevos prestamistas, a los que captaba gracias a su carisma, y cuyos recursos ayudaban a pagar las deudas adquiridas en el primero. Así funcionó su sistema entre 2009 y 2013, hasta que el castillo de naipes empezó a desmoronarse.