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La biograf�a definitiva de Lou Reed: una vida por el lado salvaje

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Lou Reed GTRES

M�sica, mujeres, hombres, terapias de electro-shocks, drogas, poemas... La vida de Lou Reed es un amasijo de contradicciones intr�nsecas

Lou Reed o 'la peor persona que jam�s vivi�', seg�n su nueva biograf�a

Como dijo en una de sus canciones inmortales: "Da un paseo por el lado salvaje". El compositor nunca tuvo miedo de hacerlo, viviendo a su manera, enfrent�ndose a los convencionalismos de la era baby boom y ayudando a crear toda una m�stica alrededor del rock'n'roll y de Nueva York, ciudad que se convirti� en otro de los personajes de su existencia, imposible de distinguir. Lou Reed era Nueva York y Nueva York tambi�n fue un poco Lou Reed. Todo ello se cuenta en Lou Reed, una vida. Biograf�a con aspiraci�n definitiva escrita por Anthony DeCurtis, uno de los escas�simos periodistas a los que el estadounidense no despreciaba. Se publica ahora en castellano por Libros C�pula.

Lewis Allan Reed naci� en 1942 en un barrio jud�o de clase media en Brooklyn. Sus padres, como tantas otras familias de su generaci�n, se mudaron pronto a un suburbio residencial de Long Island, tambi�n de mayor�a hebrea. Fue el primer paso para que Reed se sintiera fuera de sitio y de lugar, algo que experiment� en muchas ocasiones. Buen estudiante, Lou se fue convirtiendo poco a poco en un chico raro, callado, amante de la m�sica y que empez� a comportarse de una manera un tanto afeminada. "Terapia de electro-shock" fue el tratamiento que un psiquiatra le recomend� a la familia. Por detr�s, una sensaci�n latente -nunca reconocida por nadie- de que aquello le podr�a curar de una homosexualidad latente.

Lou empez� a encontrarse a s� mismo en la Universidad, en el campus del Bronx primero y, despu�s, en la localidad de Syracuse, al norte del Estado. All� tuvo su primera novia (m�s o menos) seria: una joven de buena familia del Medio Oeste llamada Shelley Albin a la que se dedic� a hacer la vida imposible hasta que ella le plant�. Tambi�n aparecieron escarceos poco confirmados con hombres (le gustaba frecuentar los bares gays, aunque su novia afirma que nunca supo si llegaba a consumar aquellas fantas�as en aquella �poca) y las drogas. De alguna manera, aunque viv�a de noche y dorm�a poco, logr� que no le expulsaran. Mientras, ya hab�a formado parte de grupos de doo wop y conformaba una personalidad art�stica un tanto a imagen y semejanza del poeta Delmore Schwarz, que se aup� como una especie de mentor creativo. El poeta, alcoholizado, le pidi� que abandonara el rock y se dedicara a escribir. Por suerte para todos, Reed no le hizo ni caso.

De izquierda a derecha: David Bowie, Iggy Pop y Lou Reed

De vuelta a la ciudad de Nueva York, Reed encontr� su primer colaborador musical: un gal�s apasionado por el vanguardismo llamado John Cale. Fue el germen de The Velvet Underground, proyecto de extrema influencia, aunque no consigui� el �xito masivo en su momento. Andy Warhol les apadrin� -hasta el punto de que en la ic�nica portada de su �pera prima s�lo aparec�a el pl�tano warholiano y la firma de �ste- y Lou pas� a ser habitual de la Factory. All� altern� con modelos, cineastas, artistas y, en general, con la far�ndula neoyorquina, secci�n jet set y tambi�n lumpen. Nico -alemana, guap�sima, personalidad desbordante- fue musa, amante y perdici�n. Las canciones hablaban sin pudor de drogas (Heroin, I'm Waiting for the Man) o sexo (Venus in Furs). Nadie hab�a hecho m�sica as�, nadie hab�a retratado de semejante manera las pulsiones secretas de la sociedad. Pocas bandas se hab�an expuesto de esa manera en p�blico hasta entonces, hablando de esperar al camello o de sadomasoquismo. Aquellas obras no estaban exentas de una belleza inadvertida que s�lo aparece en los rincones oscuros de la sociedad.

En 1970 se termin� la Velvet y empez� una nueva etapa en su vida, que desembocar�a en una larga y fructuosa carrera en solitario. Poco despu�s de dejar la banda empez� a salir con una muchacha llamada Bettye Kronstad que, en cierto sentido, significaba continuar con el arquetipo de Nico (rubia, escultural, casi metro ochenta de altura. Quiz� los comentarios antisemitas y el desprecio con el que en ocasiones Nico le trataba en p�blico dejaron huella), aunque tambi�n presentaba la otra faceta que fascinaba a Lou: la de la chica dulce y buena. Junto se mudaron al Upper West Side. Una supuesta nueva vida, pese a que la adicci�n del m�sico al alcohol y las drogas duras no hab�a decrecida. Se acabaron casando, ella en el papel de abnegada esposa devota, secretaria y casi enfermera. En 1974, Kronstad le mand� al garete, harta de sus excesos.

La persona fundamental para la carrera como solista de Reed fue nada menos que David Bowie, fan absoluto de Lou y quien le produjo su gran obra maestra en 1972: Transformer. Ambos compart�an gusto por los recovecos de la sexualidad, la androginia y el glam. El �lbum estaba lleno de referencias homoer�ticas en letras y est�tica pero, sobre todo, conten�a una maravillosa colecci�n de canciones memorables, incluida Walk on the Wild Side. Por aquel momento tambi�n se convirti� en paciente del c�lebre Doctor Robert Feelgood Freymann, citado por The Beatles en el tema Dr. Robert y del que se cuenta que hasta Jackie Kennedy era adicta a sus batidos vitam�nicos. Discos posteriores como Berlin,Sally Can't Dance o Coney Island Baby confirmaron el gran momento creativo del neoyorquino.

El Lou de los a�os 70 frecuentaba los bares gays cercanos al R�o Hudson y otro tipo de reuniones sexuales. Era un conocido voyeur de la escena: hac�a fotos, entrevistaba a travestis, proxenetas y transexuales. Aun as�, la mayor�a de gente cercana a Reed afirma que no era homosexual, que siempre le atrajeron m�s las mujeres. Sea como sea, en uno de esos paseos nocturnos conoci� a Rachel, transexual que se convirti� en pareja estable y exclusiva durante tres o cuatro a�os. Pese a las diferencias evidentes con anteriores novias, al final su necesidad de ser cuidado se mantuvo inalterable: buscaba una presencia maternal que se ocupara de �l. A la vez, circulaban rumores sobre supuestos malos tratos por parte de Lou. Rachel, sea como sea, sab�a defenderse. Tampoco faltan historias sobre su dominio de la navaja. Las calles de Nueva York no eran moco de pavo en aquellos a�os.

Lou Reed en una imagen de archivoGTRES

En directo, Reed lograba reunir grandes cantidades de gente, especialmente en Europa. Pero su personalidad err�tica, alimentada por su toxicoman�a, era fuente de problemas. Uno de los m�s sonados fue en Madrid en 1980, cuando dio terminada una actuaci�n tras 20 minutos de conciertos. Tuvo que salir por patas. Un poco antes, Rachel hab�a sido sustituida por Sylvia Reed, con la que se cas� y que pas� a ser su manager (esa necesidad de dependencia). Los primeros a�os 80 fueron de vida material y de desintoxicaci�n, mudanza al New Jersey rural incluida. Por primera vez en su carrera, adopt� una actitud pol�tica. En 1989 public� su �lbum de mayor �xito comercial: New York. A principios de los 90 lleg� a reformar la Velvet Underground, en un movimiento que dio dinero, pero que fue fallido creativamente.

Lou y Sylvia se divorciaron en 1995 y, poco despu�s, conoci� a la tambi�n cantante Laurie Anderson, su �ltimo gran amor. Como si estuvieran contratados por el Ayuntamiento, Laurie y Lou se paseaban por Nueva York: encontr�rselos era casi una atracci�n tur�stica. Reed pas� los a�os 90 y el nuevo milenio c�modamente instalado en el olimpo del rock, sin un �xito comercial grande, pero s� con prestigio m�ximo, participando en proyectos de diversa �ndole, siempre en la Alta cultura (qui�n se lo iba a decir).

Lou muri� el 27 de octubre de 2013 en su casa de los Hamptons. Poco antes hab�a recibido un transplante de h�gado. El gran impacto que caus� su fallecimiento fue la �ltima prueba del tremendo legado art�stico y personal de un artista �nico que no dud� en pasear por el lado salvaje.