En las profundidades de la selva de Sumatra, un descubrimiento extraordinario ha revelado la inteligencia de los orangutanes y su capacidad para utilizar los recursos naturales para su beneficio. Un reciente estudio publicado en Scientific Reports ha captado la atenci�n mundial al documentar por primera vez a un orangut�n salvaje, conocido como Rakus, elaborando un tratamiento con una planta con propiedades medicinales para tratar su propia herida. Este evento no solo demuestra la cognici�n avanzada de estos primates sino que tambi�n podr�a ofrecer pistas sobre c�mo los humanos podr�an haber aprendido de los animales en el pasado.
El curioso incidente ocurri� en el Parque Nacional Gunung Leuser en Indonesia, donde Rakus, despu�s de sufrir una herida en la cara durante una lucha, fue observado aplicando directamente el jugo de las hojas masticadas de la planta Fibraurea tinctoria, conocida localmente como akar kuning. Esta es utilizada por los pueblos ind�genas para tratar enfermedades desde diabetes hasta malaria. Lo sorprendente de Rakus es que aplic� este tratamiento en dos ocasiones, resultando en una curaci�n completa de la herida en tan solo ocho d�as.
Los humanos aprendimos medicina de los animales
Este autotratamiento destaca como un hallazgo significativo ya que, seg�n el equipo de investigaci�n del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal, nunca se hab�a observado tal comportamiento en otros orangutanes del parque a lo largo de 21 a�os de estudios. Michael Huffman, un investigador de la automedicaci�n animal en el Instituto de Medicina Tropical de Nagasaki, resalta la importancia de este descubrimiento al se�alar que la automedicaci�n es un comportamiento observado en muchas especies, lo que refuerza la noci�n de que los animales tienen conocimientos medicinales que pueden preceder y, posiblemente, haber influido en las pr�cticas humanas.
Los orangutanes, al igual que otros grandes simios, han demostrado tener un entendimiento notable de las propiedades medicinales de las plantas en su entorno. En Borneo, por ejemplo, se ha observado a orangutanes consumiendo especies vegetales con conocidas propiedades medicinales, lo que refuerza la idea de que estas pr�cticas pueden no ser aisladas sino parte de un conocimiento m�s amplio y posiblemente compartido entre diferentes grupos de primates. La conexi�n entre la observaci�n de comportamientos en animales y la adaptaci�n de estos comportamientos por humanos plantea un replanteamiento sobre los or�genes de la medicina.
La capacidad de Rakus para identificar y utilizar una planta medicinal espec�fica para autotratarse sugiere que tales pr�cticas podr�an haber estado presentes en los ancestros comunes de orangutanes y humanos. Este evento no solo abre nuevas puertas para la investigaci�n en cognici�n animal y etnobot�nica sino que tambi�n proporciona una perspectiva fascinante sobre la evoluci�n del conocimiento medicinal.
